Contrato por un día.

Capitulo 42.

                A mí cerebro le costaba procesar lo que había dicho mi abuela. Si eso era verdad, entonces significaba que ese loco psicópata demente era nuestro primo.

 

-Pero, no, no entiendo porque hace todo esto.

 

       Me fijé en Christopher quien no había dicho ni una palabra y parecía estar pensando en algo con demasiada concentración. Entonces sus ojos se iluminaron y miro a mi abuela como si ella tuviera la respuesta a todas sus dudas.

 

-Sra. Velator. ¿A caso usted sabe dónde está Rick ahora?

 

-Mi querido. ¿A caso crees que estaría aquí de saber eso? No. Pero pronto lo sabré ya que mis hombres están trabajando en ello.

 

-¿Quieres decir que estás buscándolo?

 

-Por supuesto Kat. No puedo permitir que ese tipo este suelto amenazando a mi familia. Y por mucho que me cueste admitirlo debo decir que mi hija, realmente amaba a tu padre y él intento protegerla hasta el último momento. Por eso le debo protección y se que ya es demasiado tarde para pedir perdón. Pero soy una mujer mayor  con los años de vida contados por lo que no tendré otra oportunidad para intentar redimir mis errores. Jack, se que es tarde pero si pudieras perdonar a esta vieja obstinada, prometo que no te arrepentirás.

 

-No hay nada que perdonar. Somos humanos y cometemos errores. La diferencia está en aquellos que saben reconocerlo y piden disculpas y los que no hacen ni lo uno, ni lo otro.

 

        Con Daniel nos miramos sorprendidos e incapaces de comprender que bicho le había picado a nuestra abuela para que actuará de tal modo. Así como el reciente instinto protector hacia mi padre y nosotros. Greison fue quien rompió el silencio de forma ansiosa.

 

-Entiendo lo que usted dice señora pero no acabo de entender porque Rick se quería casar con mi hermana.

 

-Eso es sencillo mi querido Sr. Gratton. La familia de Rick está en quiebra, en cambio la tuya no. A tratado de ocultar sus problemas económicos al mundo, sobretodo por los pocos empresarios que pueden estar interesados aún en su empresa. Una unión matrimonial con tu hermana le habría asegurado un eslabón fuerte y el 25% o 50% de las acciones del negocio de tu familia, eso depende de como tengan ustedes divididas las acciones. Pero cuando el idiota averiguo que Alis no era hija como ustedes, creyó que no obtendría lo que su fría mente había calculado. Pero la bomba fue cuando tú hermano apareció en la “boda fracaso” con mi querida nieta alegando que eran novios. Eso le hizo ver qué su unión si sería fuerte. Es decir, ¿dos de las familias más ricas unidad en matrimonio? Eso le hizo enfadar aún más.

 

-Espere, quiere decir que él ya sabía de Katy?

 

-Por supuesto Christopher. En cuanto Small supo que era adoptado, inmediatamente averiguo sobre sus verdaderos orígenes y fue así como llego a descubrir a mis nietos. Saber sobre su niñez, como crecieron y ver qué ignoraban su fortuna, le hizo enfadar aún más. Lo que Rick busca es venganza por no haber logrado lo que Daniel, Kat y Jack lograron. Nacer en una cuna de oro. Si bien él se crío en una, fue una que estaba más en quiebra que estable.

 

        Ahora todo estaba claro. El comportamiento de Rick tenía un porqué pero aún así no era excusa para hacer lo que estaba haciendo, eso era de dementes.

 

                                °°°°°°°°°°••••••••••°°°°°°°°°°

 

         Christopher miraba por la ventanilla con el ceño fruncido en extrema concentración. Era exactamente el mismo gesto que puso mientras salíamos de la clínica y así se había quedado hasta ahora. Coloque mi mano suavemente sobre la suya para llamar su atención y así lo conseguí. Volteo su rostro y miro directo hacia mis ojos y sonrió aunque su sonrisa no alcanzo su mirada. Está tenía un aire de suma preocupación y a su vez parecía estar intentando entender algo pero yo no alcanzaba a saber el que.

 

-Escúchame Katylu. Jones te llevará a casa luego de dejarme a mí.

 

-¿Tú no vendrás conmigo?

 

-Te alcanzó más tarde cariño. Debo hacer una parada antes para comprobar algo. No te preocupes por tu hermano y tu tía. Le ordene a 7 de mis, no, nuestros hombres, que vigilen la clínica por fuera y hay otros 6 hombres que tú abuela llamo para la seguridad dentro de la clínica. Van a estar bien.

 

        Miró por en sima de mi hombro hacia la calle y entonces me beso la frente como despedida mientras Robert frenaba. Cuando Christopher se bajó del auto intenté ver hacia donde iba pero no logré adivinarlo y por más interrogatorio que le realice no soltó ni una sola palabra.

 

        Cuando llegamos a la casa sentí una opresión en el pecho, era una angustia tan grande y no lograba saber bien el porque, de dónde venía o que lo ocasionaba. Eran muchos motivos por los cuales podría sentirme así. Robert se quedó parado en la puerta del lado de afuera y me observo hasta verme entrar y cerrar la puerta. Encendí las luces y con un suspiro me dirigí hacia la cocina en busca de un vaso de agua para beber. Sentí una extraña sensación, esas que te dan cuando eres observado pero decidí ignorarla diciendo que ya estaba paranoica. 

 

              <<Debería haber hecho caso a mis instintos.>>

 

         Cuando entre a la cocina observé que en la encimera había una copa de vino a medio tomar junto a un manojo de fotografías esparcidas sin ningún orden. Cuando quise acercarme para ver de que se trataba sentí un brazo rodearme por la cintura mientras una mano tapaba mi boca. Intente luchar y gritar pero había un pedazo de tela obstruyendo mis fosas nasales y mis labios, de a poco fui consciente de que estaba perdiendo mis fuerzas, los brazos ya no peleaban con tanto ímpetu cómo al principio y mis ojos comenzaron a pestañear de forma pesada. Lo último que recuerdo antes de que el mundo se sumiera en la oscuridad es el aliento cálido de alguien soplando contra mi oído mientras hablaba.




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