Contrato por un día.

Capitulo 43.

     

          Sentía náuseas en la boca del estómago y cuando intenté frotar mi mano sobre el, note que mis manos estaban inmovilizadas. Al tratar de abrir los ojos algo me lo impidió dejándome sumida en la oscuridad total. Mis labios estabas sellados por lo que no podía emitir palabra alguna. El sonido de una puerta siendo abierta llegó a mis oídos, erguí mi cuerpo para estar preparada para cualquier cosa, pero mucho no podría defenderme estando como estaba. Unos pasos pesados y lentos se acercaban a mi, entonces unos fríos dedos quitaron la venda que cubría mis ojos. Al principio todo era borroso y solo lograba divisar una silueta recortada contra luz pero cuando mi vista se fue aclarando descubrí a un Rick sonriente frente a mí. No era una sonrisa alegre ni mucho menos, era escalofriante verlo así.

 

-Al fin despiertas querida.

 

        Fruncí el ceño e intenté retrucarle pero todo lo que salió fueron cosas ininteligibles que incluso a mí me fastidiaron, en cambio a él parecía darle gracia.

 

-Pobrecilla de ti. Seguramente me estás maldiciendo pero con esa cinta sobre tus labios nada saldrá. Bien, seré bueno y te la quitare. Pero espero que no grites.

 

       No era estúpida. Había visto suficientes películas como para saber que si gritaba luego de que el maldito psicópata secuestrador me había dicho que no lo hiciera, terminaría muerta antes de que me las ingeniera para escapar. Por lo que asentí con la cabeza demostrando que no gritaría y él cumplió con su parte. Sentí como los bellos de mi cara eran arrancados violentamente y no pude evitar maldecir.

 

-¡Joder! ¿Quién te crees? ¿La depiladora de un centro estético? Deberías tener más cuidado a la hora de retirar esas cosas del rostro de tus víctimas. Además no soy tu querida, no vuelvas a llamarme así.

 

       Rick me miró algo sorprendido, de hecho todo en él gritaba que yo era la la loca y no él. Entonces comenzó a reírse como un esquizofrénico que acaba de perder su apuesta más importante.

 

-¿De verdad eso es lo que más te importa? ¿Qué tirará demasiado fuerte de la cinta?

 

-Pues, que te digo. Siempre odie las bandas depiladoras y la cera. Tú me recuerdas a eso.

 

-Sin duda eres una mujer bastante peculiar Katherin.

 

-Gracias, me lo dicen a menudo.

 

-No fue un cumplido estúpida.

 

-Waw. ¿Ahora recurres a los insultos como un niño? Creo que hasta un infante podría responder mejor que tú.

 

-Tú…. Eres una maldita zorra….

 

-Ah, ya es tarde para cumplidos Rick.

 

-¿Qué?

 

           Si, eso mismo pensé yo. <<¿¡Qué!?>> Sabía que debía ganar tiempo para ver si lograba desatarme las manos. Pero provocarlo no era precisamente el camino correcto para lograrlo. Pero la Kat que estaba molesta no lo dejaría ir fácilmente. <<A veces odiaba esa Katherin. Y hoy era uno de esos “a veces”.>>

 

-Solo digo que pareces un pequeño niño mimado que no logro obtener el juguete que deseaba y ahora busca arrebatárselo a otro.

 

-¡Tú no sabes nada de mi!

 

        Entendí que debía mantener mi boca cerrada cuando abofeteo fuertemente mi mejilla. Mi rostro giro a causa del golpe y pude sentir algo caliente sobre mis labios. Al pasar mi lengua comprobé que era sangre.

 

-¿Ves lo que me haces hacer? Yo no quería lastimarte. Nooooo, yo ¡quiero cuidarte!

 

-Vaya forma de demostrarlo.

 

        Mordí mi lengua en castigo por no mantener mi boca cerrada. Era como una maldita canilla abierta y sin filtro.

 

-¿Sabes? Encontré la solución a mi problema pero para eso te necesito a ti querida prima. ¿Sabías que el matrimonio entre primos, no es ilegal?

 

-Espera. ¿Qué acabas de decir?

 

-¿No me digas que no sabías eso?

 

-No es eso. Es que ahora se me aclara la frase de Sam.

 

-¿Quién?

 

-Un viejo amigo que solía decir que se casaría con su prima….

 

-¿Y eso a quién demonios le interesa?

 

-Pues tú acabas de preguntar.

 

-No seas idiota. Eres más lista que eso.

 

       Si, sabía eso. Porque mientras él estaba entretenido en hablar y escuchar yo había logrado cortar la piola que ataba mis manos con un pedazo de vidrio que había en  el suelo. <<Porque el muy listo y malévolo Rick me había depositado en el suelo junto a un montón de vidrio rotos a mi espalda. Muy listo.>>

 

-Gracias por el cumplido Rick. Pero como te dije antes, ya es tarde para ellos.

 

        El volteo sujetando su cabeza en señal de estar volviéndose loco y esa fue mi oportunidad. Me puse en pie tan rápido como pude, tome la piola que había sacado de mis muñecas y salte sobre la espalda de Rick rodeando su cuello con ella. Él comenzó a pelear contra mí mientras intentaba quitarse mis manos de encima, pero yo deposite toda mi fuerza en ellas. Comenzó a caminar hacia atrás y entonces chocamos contra una pared luego de varios tropezones casi caídas y mi cuerpo recibió el golpe del impacto. Eso aflojó un poco mi agarre en uno de los extremos de la piola pero no lo suficiente para que él logrará zafarse. Tomo impulso y nuevamente impacto mi cuerpo contra el concreto y está vez mi cabeza pego fuertemente, lo que provocó un gran mareo en mí. Apreté mis piernas alrededor de su cadera para asegurarme de no soltarme pero con los sentidos algo aturdidos por el golpe no fue posible mantenerme sobre él y me zafé. Busqué rápidamente con la mirada algo, algún objeto que me ayudara a combatirlo cuerpo a cuerpo. Junto a mi vi una tabla ancha la sujete justo cuando él volteaba en mi dirección, la abanique y la estrellé contra su cabeza lo más fuerte que pude, lo que detuvo en un Rick derrumbado en el suelo y con una fuerte contusión craneal. Probablemente.




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