Abro la pesada puerta y entró al salón, mis pisadas resuenan en el lustroso piso de mármol, mi mirada no se aparta del hombre que está al final.
— ¿Es necesario esto? — extiendo mis brazos y él no responde, su mirada azul está puesta en mi, sus labios en una linea y su ceño fruncido.
Llegó frente a él.
— ¿Estoy ante ti como hijo o como ciudadano de Medrea?
Suelta un puñetazo en uno de los brazos de su trono... si, su trono.
— ¡Estás aqui como el principe de Medrea! — su mirada es dura — ¡tú has olvidado tus obligaciones con el pueblo!
—¿De qué hablas? — mi padre saca unos recortes.
—De esto — mi mirada se dirige a las fotos que aparecen en el periódico... yo — cada dia el principe de Medrea con una mujer diferente.
— Es mi vida privada eso no influye con el pueblo — Papá se pone de pie, sus manos son un puño.
— ¿Crees que la historia que te he contado acerca de cómo casi perdi el trono por llamarme el Rey Sádico eran sólo para que te durmieras?
—Eso fue hace mucho tiempo padre.
Él sonríe pero es una risa de esas que papá tenia que causaba miedo.
Baja los escalones donde está su trono, su traje azul está bien abrochado, su corona... que yo creia ya la habían donado al museo se movió un poco.
— El dia que libere a Medrea de las garras de Kosmos, hice un pacto con el consejo, el próximo rey subiria al trono a la edad de treinta años, alguien amando a esta isla... lo hice para asegurar que el pueblo no cayera en manos enemigas que vendieran a la isla y destruyeran a su gente.
— Eso haré padre, me has preparado para ser un rey.
— ¿Crees que el consejo te dejará subir al trono con la larga fila de conquistas? Para ellos un rey debe ser un ejemplo para el pueblo, para la juventud.
— Te repito padre, aún no me he casado por esa razón disfruto mi soltería.
— ¿En serio? —mi padre sonrie con burla — un hombre que no puede controlar lo que hay bajó sus pantalones es alguien que no es digno al trono, no trabajas Apolo, a pesar de tener un título, creo que es mi culpa que hoy Medrea peligre.
— ¿Peligre?
— Si en un año, no hay una reina, el trono pasara a manos a algún familiar y si en caso no hay familiar será a alguien elejido por el consejo.
Negué y mire a papá.
— ¿Es una broma? — papá negó — ¿De donde me voy a sacar a una reina en un año?
— Eso lo hubieras pensado si estuvieras atento a lo que pasa en tu pueblo — papá metió las manos en los bolsillos de su pantalón — trabajo ya te conseguí, iras a trabajar a la naviera de Graco.
— ¿Pero por que no en mi pueblo?
— Por que aqui eres el príncipe y nadie dejará que muevas un dedo, el dinero de tu cuenta está congelado, por el.momento te daré un pequeño préstamo para lo que necesites para instalarte pero desde hoy vivirás de tu salario Apolo.
Miró perplejo a papá.
— Es tiempo que demuestres tu amor por está isla como lo vives gritando a los cuatro vientos.