Contrato Real [saga griegos #8]

Capitulo 2

Pasó una mano por mi cabello y suspiró, abro la puerta de la oficina y sonrió al ver a la pequeña Eileen.

 

Hola pequeña —  ella levanta su rostro y puedo notar su sorpresa de verme ahi.

 

— ¿Cómo está el príncipe de Medrea? — enarco una ceja por que siempre ella me recordaba mi titulo.

 

— Cabreado —  rodeo su escritorio y le doy un sonoro beso en la mejilla — Cómo sabrás por los periódicos me tienen como todo un bueno para nada.

 

— Ambos sabemos que no lo eres —  me encogo de hombros por que la verdad no me interesaba la opinión de los medios.

 

— Mi padre quiere que empiece a hacerme responsable — ruedo los ojos — Sé de negocios pero el consejo de ancianos mucho interfiere.

 

— ¿Y tía Pythia que dice?

 

Hago una mueca irónica.

 

—Mamá no deja de darme sermones acerca de que debo ser un hombre de una sola mujer, que debo seguir el ejemplo de papá que sólo tiene ojos para ella. Como si mi padre tuviera opción de mirar a otra mujer, mamá lo despellejaria vivo.

 

— Tú padre tiene opción Apollo, sólo que Mika ama a tu madre y no tiene necesidad de buscar a otra mujer.

 

— Creo que tú y mi hermana leen las mismas novelas románticas.

 

— Karissa y yo vemos el ejemplo de nuestros padres.

 

Suspiró.

 

— Bien pequeña, iré a trabajar, Graco me despedirá si no me ve haciendo mi labor.

 

— Apollo —  me giró para verla — No soy ninguna pequeña, tengo 24 años.

 

La miró sorprendido por que el tiempo pasó demasiado rápido.

 

— ¿Tan rápido ha pasado el tiempo? bueno mi querida prima, para mi, siempre serás como mi hermanita menor.

 

Ella no respondió y seguí mi camino hacia la oficina. Todo el dia me la pasé revisando balances, cuando vi el reloj ya era un poco tarde, tomé mi maletin y sali de la oficina, corrí al ver que los chicos entraban en el ascensor, meti el pie antes que se cerrará

 

— Chicos — recoste mi espalda en la pared del ascensor y cerré los ojos.

 

—Me imaginó que no vas a tu departamento a dormir —  abro los ojos ante las palabras de Dimitri.

 

— Supones bien, he decidido no nadar contra la corriente.

 

— ¿A qué te refieres?

 

— El consejo de ancianos buenos para nada, se han atrevido a amenazarme que si no me reformó y busco una novia para convertirla en mi esposa, el trono será para un familiar lejano de papá.

 

— ¿Pero por que tanto apremio con el trono? Mika está sano, joven aún.

 

— Mi padre la cago, aceptó hace muchos años atrás la propuesta del consejo de ancianos, que su heredero subiría al trono a la edad de 30 años para que Medrea no se atrasara en tecnología por las ideas de un rey viejo.

 

— Aún faltan dos años para que cumplas 30 años.

 

— Es que el asunto es que para subir al trono tengo que tener un año de casado.

 

— ¿Qué harás? — Dimitri pregunta.

 

— Conocer a buenas chicas, debo pensar en mi pueblo, mi padre nos enseñó a Karissa y a mi a amar Medrea, un familiar lejano no la cuidará a cómo se debe.

 

— ¿Qué te hizo cambiar de opinión? En la mañana estabas molesto.

 

— Hable con Altaír, él me contó los requisitos que puso el consejo de ancianos hace muchos años pero papá y mamá no me lo habían dicho por que no deseaban presionarme a un matrimonio sin amor, pero no estoy dispuesto a perder Medrea, es mi hogar.

 

La puerta del ascensor se abrió en el sótano, salimos e íbamos en silencio.

 

— Altaír me comentó que en Atenas está de visita una princesa rusa —me encogo de hombros — en mi nombre la invitó  a cenar y ella aceptó.

 

— Esperó todo salga bien Apollo — Dimitri me da una palmada en la espalda — no te apresures acerca de la esposa que buscas, tiene que amar a Medrea.

 

— Lo sé, esto es un secreto. No quiero que la prensa se enteré que estoy en busca de esposa. Ya suficientes escándalos he tenido. Espero que la princesa Katerina sea agradable — me acercó a Eileen y  depósito un beso en su mejilla — Buenas noches princesita.

 

— Buenas noches — respondió, me despedí de Dimitri y busque mi auto, subi y mi mirada vago por todo el parqueo, extrañaba escuchar las olas del mar estrellarse contra las rocas, suspire y encendi el auto, la princesa rusa me estaba esperando, puse de nuevo el mensaje de voz de Altair y encendí el auto, la princesa llegaria sola al restaurante, conduje con rapidez y me emociono sentir la velocidad.

 

Cuándo llegué  al estacionamiento, repase una vez mas en mi mente el motivo del por qué estaba ahi, bajé del auto y me dirigí a la entrada.

 

Pregunte a la chica que estaba en la entrada por Katerina y ella me guío a su mesa.

 

Mientras me acercaba pude notar que era una chica muy bonita con una mirada triste, llevaba demasiado maquillaje en los ojos.

 

Cuando llegué a su mesa su mirada se encontro con la mia, sus ojos eran verdes.

 

— Princesa — sonrió, ella mordió su labio inferior, me siento y me doy cuenta que ella titubea un instante y su rostro se transforma con una gran sonrisa.

 

— Principe Apolo — extiende su fina mano, enarco una ceja por que espera un beso.

 

Suspiró e inclinó mi rostro para besarla, no sé si fue mi imaginación pero senti que su mano tembló.

 

Me acomodó en la silla mientras la observó revisar el menú, ella no aparenta seguridad, eso me intriga por que en el video que me envio Altair, hay una mujer muy segura de si misma.

 

— ¿No pedirá? — me mira por un instante para desviar la mirada, enarco una ceja y cruzó una pierna, sin más sacó el.móvil y veo la foto que tengo en mi móvil ya que Altair me ha llenado de tantas fotos donde aparece ella en su pais Galya.

 

— Puedes hacerlo por mi — levantó la mirada, me cruzo de brazos y observó que su mano tiembla — me gusta el anillo de una rosa negra que usas en tu dedo meñique, sólo que no lo llevas — el rostro de Katerina no oculta la sorpresa para luego ser sustituido por el ¿miedo?



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En el texto hay: romance, saga griegos, kgerals

Editado: 02.07.2019

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