Convaleciendo al corazón

Capítulo 7

Jareth

No puedo creer que Ian haya manejado el orgullo de Savannah a su antojo, todo para ver el partido sin tener que madrugar, cosa que tampoco le incumbe.

Sin ganas, me quito la ropa y me pongo un short y una camiseta deportiva. Tomo una botella de agua y abandono la habitación con mis dos mejores amigos detrás. Bajamos las escaleras y atravesamos el camino hasta la cancha de basket prácticamente corriendo para no pasarnos de los 15 minutos, con los gritos de Ian de fondo exigiéndonos ir más rápido.

Savannah está parada bajo una de las canastas cuando llegamos. A leguas se nota que está igual o más ansiosa que yo con todo ésto pero apenas se percata de nuestra presencia, todo temor desaparece de su rostro y éste se llena de una seguridad impresionante, tanta que a cualquiera le abordarían las ganas de retroceder.

—Vaya, dos minutos de sobra, creí que te haría falta tiempo —dice con sorna, enfocando su par de ojos verdes en los míos—. Bien, terminemos con esto. —Me lanza el balón que lleva en las manos. Tiene buen brazo—. Tú empiezas.

Los chicos se sientan en la primera hilera de las gradas, impacientes por que iniciemos con este circo, principalmente Ian, lo que solo acrecienta mis nervios.

—Ese será tu lado —explica señalando la canasta a nuestras espaldas—, y éste el mío. —Señala ahora el que está sobre nosotros—. Cuando quieras, Morrison.

Su lenguaje corporal es despreocupado, como quien no tiene nada que perder, lo que me hace pensar tres cosas: es más que buena en el basket, tiene un as bajo la manga o solo es una forma de ocultar sus verdaderos sentimientos, en este caso, miedo a tener que responderme; y de ser así, qué es lo que tanto se esmera en ocultar.

Mi curiosidad crece con cada pregunta que se formula en mi cabeza, pero a la vez el sentimiento de que no estoy haciendo lo correcto. A mí no me gusta hablar de mi familia fuera de mi círculo de amigos, y no hablo de los falsos que solo se acercan a nosotros porque quieren algo, sino de los verdaderos, así que qué me da el derecho de indagar en su vida.

Inhalo profundamente y exhalo, repito el proceso hasta que logro concentrarme en el aquí y ahora, ya veré qué hacer después, pero no puedo dejar que el pánico por ser vencido por ella me venza.

Dejo de ver la pelota anaranjada en mis manos para buscar la mirada de Savannah. Sigue igual de confiada, pero a la vez hay un profundo vacío en la misma, aquello me desconcierta, por lo que busco ahora a los chicos, quienes lucen más que entusiastas. Ian se frota las manos con una sonrisa que no le cabe en el rostro, como si supiera que estoy a nada de iniciar el juego y, por ende, el espectáculo que tanto ansia presenciar, está a punto de comenzar. Connor, por su parte, parece más ocupado en analizar la situación, tiene el entrecejo fruncido, y cuando nuestros ojos se encuentran veo que piensa lo mismo que yo. Algo no cuadra. Es imposible que si tanto desea mantener algo en secreto, se arriesgue de esta manera, en especial porque es consiente de mi puesto en el equipo de la escuela. Pero supongo que no lograremos averiguar nada hasta que empecemos.

Sin más, boto el balón y echo una carrerilla en dirección a la canasta de Savannah. La chica, por alguna extraña razón, no hace amago de bloquearme, por lo que lanzo el balón sin ningún problema, pero justo cuando pienso que va a entrar en la canasta salta para evitar que enceste. Mi aturdimiento es tanto que llega hasta la mitad de la cancha, y para cuando quiero impedir que siga avanzando ya ha hecho un tiro que contaría 3 puntos en un juego real, pero dada la forma en que acordamos jugar, solo cuentan el número de veces que encestemos.

—¡Ian, cuentas los puntos de Jareth; Connor, los míos!

La miran tan aturdidos como yo, y al no lograr emitir sonido simplemente asienten. De la nada veo el balón volver a venir directo hacia mí con rapidez, de manera que apenas logro alcanzarlo antes de que me dé en la cara.

—Empieza.

Vuelvo a botar el balón mientras avanzo hacia la canasta, pero esta vez Savannah se acerca a mí con la intención de arrebatarme el objeto de las manos, y después de unos cuantos fallos logra su cometido y encesta nuevamente, dejándonos perplejos. No solo parece tener el juego en sus manos, sino también hace lanzamientos con una gracia y exactitud incomparables.

Me quedo quieto en mi lugar a la espera de que me lance la pelota como hizo anteriormente, pero es ella quien comienza la partida. Corro hasta alcanzarla, y después de ver la facilidad con que hace los tiros a distancia, me concentro más en bloquearla que en robarle la pelota.

Luego de varias vueltas a la cancha y un par de intentos, finalmente soy capaz de arrebatárselo y anotar mi primer punto.

Tras 48 minutos jugando, el sudor comienza a hacerse presente entre nosotros y las gradas se han llenado de una multitud de alumnos curiosos e interesados por descubrir cómo concluirá la “competencia” entre Savannah y yo. Y el puntaje deja mucho que desear, vamos 17-10, favor Savannah, y la verdad comienzo a creer que esto es una clase de señal para que nos esforcemos más en los entrenamientos.

Savannah tiene el control del balón y lo bota con un dominio que nunca antes había visto —claro, hablando en un nivel estudiantil—. Me acerco a ella con la intención de bloquear su tiro y arrancarle el balón de las manos, lo cual termino logrando. Avanzo un poco en la cancha y termino pasándolo por debajo de mis piernas para burlar a la chica y evitar que vuelva a tomarlo. Luego de un tiempo luchando por el control del mismo, logro mi cometido y encesto, consiguiendo no solo otro punto, sino otra oportunidad para hacerle una pregunta.

Sé que el basket es un juego de equipo, pero ver el esfuerzo que me toma llegar hasta la cancha y lo imposible que me resulta hacer tiros a distancia, me hacen saber que me he apegado demasiado a mi posición, y que necesito practicar más mis tiros. No quiero ser la razón por la que perdamos en el campeonato si por algún motivo llego a tener que hacer un tiro a larga distancia y fallase.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.