― Por favor arrodíllate, Sky ― suplica Noah.
Reprimo una sonrisa al ver la mirada coqueta en el rostro de Sky y como se relame el labio inferior, la perversión brilla en sus ojos y estoy segura de que sus pensamientos no son decentes en lo absoluto.
― ¿Quieres hacerlo con Nina aquí presente, Brown? ― dice ella, arrastrando las palabras. ― No creí que fueras ese tipo de chico.
Noah frunce el ceño, confuso e intento no reírme con todas mis fuerzas.
― Sky, déjate de tonterías y arrodíllate, voy a sujetarte el cabello ― dice este y cierra la puerta del baño.
― ¿Tú también le harás un oral? ― Sky sube y baja sus cejas mientras me mira ― ¿O haremos un trío?
Me río al ver las mejillas coloradas de Noah por la vergüenza y le doy un zape a Sky antes de alzar la tapa del retrete.
La fiesta no está saliendo tan bien como ellos pensaron que saldría. Para empezar, Noah estuvo pegado a mi como un chicle desde que llegamos, sin dejar que algún otro chico se acercara a hablarme o tuviera la intención de bailar conmigo, por lo que he tenido que bailar solo con él y Skylar en lo que va de la noche. Y no me desagrada la idea en lo absoluto, pero eso provocó una serie de rumores sobre ambos y trajo a colación otros del pasado que hubiera preferido que se quedaran ahí, así no me hubiera indispuesto con tanta rapidez. Y para empeorar las cosas, en el único momento en que Noah accedió a que ambos disfrutaramos de la fiesta y bailaramos con quien quisieramos, Sky se puso como una cuba en cuestión de segundos y ahora ambos estamos aquí, intentando que vomite en el lugar correcto y no se lie con el primer idiota que se le aparezca.
― Nadie le hará nada a Noah, Sky, y tampoco tendremos un trío ―aclaro mientras le aparto el cabello pegado en su frente por el sudor, Noah se encarga de hacerle una coleta ―. Estás ebria y es cuestión de tiempo para que vomites, así que arrodíllate antes de que me vomit…
Muy tarde.
Sky suelta una arcada y cierro los ojos con fuerza.
La muy traicionera me ha vomitado encima.
― Mierda, Sky ― Noah reacciona lo más rápido que puede y la aparta de mí.
Una arcada vuelve a atacarla y Noah la ayuda a inclinarse mientras sujeta su cabello. Le frota la espalda y le pasa papel para que logre limpiarse cuando termina de vaciar su estómago.
Hago mi mayor esfuerzo para no vomitar e intento quitar el vómito de mi blusa.
Sky me mira apenada.
― Lo siento ― hipa y me sonríe.
Noah la sienta en el inodoro y me mira.
― Te daría mi camisa, pero no sé en qué habitación la dejé perdida ― sonríe apenado ―, quédense aquí, te buscaré algo limpio.
Asiento con la cabeza, Noah sale del baño y me arrodillo frente a Sky al escucharla sollozar.
Frunzo el ceño y limpio las lágrimas de su rostro.
― ¿Por qué estás llorando?
― Es que te extrañé mucho cuando estuviste en España y ahora que regresaste no quiero que te vayas.
Sonrío, Sky es muy graciosa y sentimental cuando se emborracha.
― No me iré a ningún lado, Sky, puedes estar tranquila.
Limpio con cuidado el maquillaje corrido bajo sus ojos y le ofrezco la botella de agua que Noah dejó en el lavatorio. Sky suele emborracharse con frecuencia, por lo que los vómitos, las lágrimas y las botellas de agua nunca faltan, es como un ritual.
― ¿Qué pasa? ― pregunto extrañada al ver que no deja de llorar.
― Es que hoy quería acostarme con algún chico guapo y he terminado vomitando en el baño de un desconocido ― solloza.
Me río y niego con la cabeza.
Extrañaba esto.
Me siento frente a ella, con la espalda pegada en la pared del baño y espero a que deje de llorar; para cuando termina, esta hecha un desastre, tiene el maquillaje corrido, el cabello rubio enmarañado en un mal intento de coleta y la blusa un poco desacomodada.
― No volveré a tomar ― promete, arrastrando las palabras.
― Si lo harás.
― Solo tomaré un poquito ― asegura, haciendo la muestra con sus dedos y se ríe. ― ¿Dónde está Noah, crees que está enfadado conmigo?
― No lo creo, aunque tal vez solo un poco, porque le cortaste el rollo con esa chica ― sonríe inocente ―. Pero ya se le pasará.
Sky asiente y se baja del inodoro, se sienta a mi lado y recuesta su cabeza en mi hombro.
― Apestas a vómito ― dice, arrugando la nariz.
― Tu igual, así que evita hablar.
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Editado: 15.11.2024