Conversations in the Dark

✨Capítulo cinco: Estar en casa

AD_4nXdS2SgjbBgyfgWkvHqq0fEnZI8wlhp8LBCR_Eio70SwzEdj8xY1-xmodGglAO-rpl408dz2y7uHYh4Iiv1AMN0b61hSsaaVcKGX21hqmsCZsyN8qscGhqiKrlpJKgajxCaDksc6z3vI68Bjga2ojnTpbChTP5u9aguTouxhMsmubJZmOkEp1g?key=q3ZHuM3DFxU4schkuhGI1w

― ¿Cómo es eso de que tuviste sexo con McGarrett y no conmigo?

Suelto un bufido.

Jesús, si me pagaran por cada vez que me han dicho que me acuesto con Jayden en lo que va de la semana, ya estaría en un avión de camino a Berlín.

Josh se deja caer a mi lado y me mira indignado. Es domingo, estamos sentados en el jardín trasero de su casa mientras esperamos que Ben —su hermano— y Noah terminen de asar la carne.

—Por última vez, no tuve ni tengo sexo con Jayden McGarrett.

Para mi mala suerte, porque el chico es guapísimo.

―Bien, porque dejé pasar tu relación con aquel idiota y te perdone lo del español, pero no dejaré pasar lo del sexo con McGarrett. Soy mucho mejor que él.

Sonríe con suficiencia y niego con la cabeza.

―No voy a acostarme contigo, Josh.

―¿Por qué no? ―hace un puchero.

―Porque soy mayor que tú.

―La edad es solo un número, bebé.

―El ojo morado que voy a dejarte como sigas queriendo acostarte con mi hermana será solo un lindo adorno en tu rostro, idiota.

Avery se sienta a su lado y le da un zape antes de ofrecerme una lata de coca cola que acepto gustosa.

―Bueno, tal vez si tú dejaras de golpearme y quisieras tener sexo conmigo, como buena mejor amiga, no tendría que pedírselo a tu hermana —se encoge de hombros.

―¿Y por qué Avery tendría que acostarse contigo? ―se entromete Noah, parándose frente a mí.

―Ya sabes, para reforzar la amistad.

Josh le guiña un ojo a Avery, ella vuelve a darle un zape y me río.

Noah sonríe negando con la cabeza, me tiende una mano y me ayuda a levantarme. Nos alejamos de ellos antes de presenciar una de sus discusiones infantiles y nos acercamos a la piscina. Nos quitamos nuestros zapatos y Noah enrolla un poco sus pantalones para luego sentarse en el borde de la piscina y meter los pies en el agua. Me siento a su lado y lo imito.

―A lo mejor nosotros también deberíamos reforzar nuestra amistad ―bromea y le doy un suave empujón.

―Sí, también deberíamos hacer un trío con Sky ―ruedo los ojos y se ríe.

―¿Cómo podría negarme a algo así?

―Idiota.

Me sonríe, entrelazo nuestros brazos y apoyo mi cabeza en su hombro.

—Extrañaba esto —digo sin mirarlo—. Verlos todos los días, escuchar las peleas tontas de Josh y Avery o las tuyas con Sky, bromear todos juntos o que se rían a costa de mí — sonrío —. Te extrañaba a ti, poder estar así.

Conocí a Noah y Skylar en tercer grado de primaria, cuando la profesora nos castigó a los tres y dos compañeros más por iniciar una guerra de comida en la cafetería. Noah y Sky se conocían desde el primer grado. Yo llegué a su grupo hasta tercero, luego de que la señorita Sawyer decidió cambiarme al otro grupo por hablar demasiado. No había hablado con ellos hasta el día en que Sky decidió que era buena idea lanzar sus fideos en la cara de Ronan Payton para que dejara de hablar y a mí se me ocurrió lanzarle los míos a ella por grosera. Cuando nos dejaron sin receso y llamaron a nuestros padres, me puse a llorar a mares y Noah no dudó en abrazarme. Sky se unió después y no han dejado de secar mis lágrimas desde entonces.

Noah deshace el agarre de nuestros brazos para rodearme con su brazo y estrecharme contra él, deposita un beso en mi cabeza y apoya su mejilla en ella. Cierro los ojos disfrutando de la calidez que siente mi corazón en su compañía.

—Fue muy duro estar sin ti, ¿sabes? —habla después de un rato en silencio. — Saber que estabas mal y no poder hacer nada porque ya no estabas a dos cuadras de distancia, sino que estabas a 12 horas de aquí. Me destrozaba el corazón saber que iba a despertar y no te iba a ver en el insti, que no iba a abrazarte o llorar contigo — me abraza con fuerza. — Era una mierda tener que verlo todos los días, tener que verlos a ambos tan felices y saber que tú estabas en otro continente tan lejos, tan rota. Nunca había odiado a nadie como los odio a ellos, Nina, te lo juro. Y nunca había extrañado a nadie como te extrañé a ti. Eres parte de mí, lo sabes ¿no?

Asiento.

—Lo siento.

—No tienes que sentirlo, necesitabas estar lejos y lo entiendo. Solo me hubiera gustado que contaras conmigo, que supieras que estaba aquí y que no iba a dejarte sola con todo lo que estabas viviendo — entrelaza sus dedos con los míos —. Eres mi mejor amiga, Ni, y me dolió que te fueras sin despedirte. Un día solo desperté y ya no estabas aquí.

—No volveré a irme así — prometo.

Noah guarda silencio mientras muevo mis pies jugando con el agua y miro el cielo. Ya está empezando a oscurecer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.