Conversations in the Dark

✨Capítulo ocho: Besos desastrosos

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Jamás en mi vida había sentido tanta envidia como cuando vi a Noah posar sus manos sobre ella. Doy un largo trago a mi cerveza sin quitarle los ojos de encima. Está radiante esta noche. Sonrío como un estúpido al verla reír antes de mover sus caderas al compás de la música y por un instante deseo ser yo el que esté riendo junto a ella.

Maldigo cuando la veo bajar sin dejar de mover sus caderas con Noah detrás. El movimiento hace que su falda, esa maldita falda, se le suba un poco y trago grueso.

Es preciosa, sin importar qué lleve puesto. Si entre semana es capaz de alterar todo mi sistema con su ropa desaliñada y el cabello despeinado, hoy voy a terminar muerto por ella. Por ella y esa jodida falda blanca que le queda perfecta. Todo le queda demasiado bien, demasiado para mi propio bien y el de todos los idiotas que están viéndola embobados como yo.

Sonríe coqueta cuando nuestras miradas se encuentran y me guiña un ojo.

Debo parecer un idiota, uno que no puede dejar de sonreír.

No recuerdo tener las hormonas tan alteradas desde los catorce.

—Deja de mirar a mi novia como si quisieras comértela.

Frunzo el ceño antes de mirar a Josh.

—¿De qué rayos estás hablando?

Señala con su vaso donde Nina está bailando alegremente con Sky.

—Llevas veinte minutos babeando por ella en mi cara.

¿Veinte minutos? Creo que no he dejado de babear por ella desde que la he visto entrar.

—Primero, no estoy babeando por nadie —miento. — Segundo, Nina no es tu novia.

Ahora es él el que frunce el ceño.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Tienes solo quince años, Josh. Y babeas por Avery todo el tiempo.

—Eso no es cierto.

Ruedo los ojos.

—Claro que lo es.

—Bien, tal vez lo sea… —se encoge de hombros—. Aun así, deberías de dejar de mirarla como un puto acosador si no quieres que te partan la cara.

— ¿Y quién va a partirme la cara? ¿Tú?

Josh da un trago a su bebida y niega con la cabeza señalando al alero del equipo, quien está mirándome como si quisiera matarme.No me sorprende en absoluto.

Sonrío con arrogancia.

— Deja que lo intente.

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Mi garganta arde mientras siento el líquido bajar. Dave me mira burlón cuando le paso la botella y le da un trago antes de girar la otra. Estamos sentados en un semicírculo en su jardín trasero jugando a verdad o reto con varios chicos del equipo, la mayoría de las porristas y alguna que otra cara conocida del instituto.

Para ser sincera, estoy empezando a sentirme mareada. Sky ha cumplido con la mayoría de los retos, quedando solo en falda y sostén después de besar a dos chicos del equipo. Noah intenta seguirle el paso igual o más ebrio que yo y yo, bueno, yo he tomado más de cuatro shots de tequila con tal de no besar a nadie y quedar en bragas frente a todos. Ellos lo están pasando en grande mientras yo siento que voy a vomitar todos mis órganos en cualquier momento.

Y como si humillarme a mí misma frente a Dave y los idiotas de sus amigos no fuera suficiente, McGarrett acaba de unirse al juego junto a Stuart y Madison. Les juro que he querido vomitar cuando lo he visto sentarse junto a ellos.

Menos diez puntos para el bombón.

― Verdad ― digo cuando la botella se detiene frente a mí.

― Vamos, Orwell, no seas aburrida ―Dave me mira con hastío―. No puedes elegir verdad cada vez que la botella se detenga frente a ti.

Varios asienten en aprobación, incluso la traidora de Sky.

Suelto un bufido.

―Bien, bien, reto entonces.

Sky sonríe con aprobación y Dave con malicia.

― Te reto a… — finge pensarlo — Bailarle sensualmente a Jacks.

El susodicho sonríe con aprobación.

Mierda.

― No tienes que hacerlo si no quieres ―susurra Noah a mi lado.

Le sonrío agradecida. Puede que esté borracho, pero no deja de cuidarme ni por un segundo.

Una risa burlona capta mi atención, una que conozco bien. Fijo mis ojos en Madison. Mi estómago se revuelve al ver el brazo de Stuart rodeando su cintura y su mirada puesta en mí.

¿Cómo puede tener el descaro de mirarme así con ella a su lado?

―Vamos Dave, sabes que la santa Nina jamás lo hará ―el veneno sale de Madison como la víbora que es.

¡Cómo deseo quitarle esa asquerosa sonrisa de suficiencia de la cara! Y tal vez estoy demasiado ebria o demasiado cansada de dejarla ganar, porque lo siguiente que hago es levantarme y caminar hasta quedar frente a Jacks.

― Pruébame, víbora.

La sonrisa se esfuma de su rostro cuando subo mi falda lo más que puedo, dejando ver el final de mis bragas negras con encaje que Sky me ha obligado a llevar en caso de que quisiera tener un poco de diversión. Ruedo los ojos al reconocer la canción antes de ponerme de espaldas y dejar que Jacks coloque sus manos en mi cintura. Earned It de The Weeknd empieza a sonar. Muevo mis caderas al ritmo sensual de la canción, recordando los pasos que Sky me enseñó.




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