Conversations in the Dark

✨Capítulo trece: Yo podría ser tu tipo

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Escucho mi celular sonar y lo busco entre las cobijas. He pasado todo el día acostada, mirando la televisión en pijama y envuelta en las cobijas como un burrito.

Pauso la película y frunzo el ceño al ver un mensaje de un número desconocido.

Hola, extraña.

Sonrío al ver su foto de perfil. Se ve demasiado guapo cuando sonríe dejando a la vista sus hoyuelos.

Desbloqueaste un nuevo nivel de acoso, McGarrett.

Ja ja, muy graciosa.

Me sorprendió no verte hoy en el instituto, ¿estás bien?

Lo estoy, mañana podrás admirar mi hermoso rostro otra vez, tranquilo :)

Genial, porque mi parte favorita del día es cuando veo tu fea cara :)

Ruedo los ojos con una sonrisa, sin saber qué responder.

Vuelvo a reproducir la película y disfruto viendo como Landon le confiesa su amor a Jamie. Podría ver esta película cien veces sin cansarme.

La llegada de dos mensajes me hace apartar la vista del televisor.

¿Quieres salir a caminar un rato?

Gargamel cerró temprano hoy.

Es un poco tarde, Jayden, no creo que sea buena idea.

¿Cenicienta tiene hora de llegada?

Pensé que eras una chica rebelde.

Cenicienta necesita terminar de ver una película y descansar :)

El móvil suena y la cara de McGarrett aparece en la pantalla. Me pongo nerviosa al ver que es una videollamada, porque hoy parezco una vagabunda.

Tardo demasiado en contestar y maldigo cuando la llamada se pierde. Amarro mi cabello en una coleta por si decide llamar otra vez.

¿Quiero que el bombón vuelva a llamarme?

Claro que sí.

Reviso el celular una vez más, ansiosa y me resigno cuando después de varios minutos sigue sin llamar. Los minutos pasan y me es imposible prestar atención a la película porque estoy pendiente al celular por si Jayden escribe o decide llamar.

¿Debería llamarlo?

El tono de llamada me sobresalta y me avergüenzo de lo rápido que respondo. Ni siquiera lo he dejado timbrar una segunda vez.

― ¿Interrumpo tu noche, Cenicienta?

Tiene una sonrisa perfecta, lo juro.

― ¿Desesperado por verme, bombón?

Siento el rubor en mis mejillas cuando asiente sin dejar de sonreír.

Observo como se coloca el cinturón de seguridad y enciende el auto.

― No deberías hablar por teléfono mientras conduces, Jayden.

― Solo será mientras me acompañas a casa. No va a pasar nada.

― Existen los accidentes, genio.

― Tranquila, puedo turnarme para mirar la carretera y admirarte.

Reprimo una sonrisa y pongo todo mi esfuerzo en rodar los ojos. Evidentemente fracaso y termino por sonreír.

― ¿Estás coqueteando conmigo? ― pregunto.

Se relame los labios antes de responder con una sonrisa arrogante dibujada en su rostro.

― ¿Quieres qué coquetee contigo, Orwell?

Sí.

Guardo silencio y finjo ver la televisión.

― Interrumpes el final de una maravillosa película, McGarrett.

― ¿No prefieres verme a mí? ― bromea haciendo un puchero.

― Paso, Landon Carter está más bueno.

― Creí que el romance no era lo tuyo ― detiene el coche y me mira con una ceja alzada.

― ¿Ya llegaste? ― asiente ― ¿Cómo sabes qué es una película de amor?

― Mi madre está obsesionada con Nicholas Sparks y sus películas. Reconocería al protagonista de A Walk To Remember donde fuera.

Lo observo bajar del coche y sentarse en lo que supongo que es el porche de su casa.

― Entonces, Nina ― dice después de un rato de silencio. ―¿Los chicos malos son tu tipo?

Lastimosamente.

― No tengo un tipo, pero Landon Carter sin duda sería el mío.

Rueda los ojos y sonríe.

― Landon Carter es el tipo de todas, después de mí, claro ― ahora es mi turno de rodar los ojos y sonreír ―. Los personajes ficticios no cuentan, Orwell, tienes que tener un tipo.

Sí, los idiotas sin cerebro.

― Los chicos reales tampoco cuentan, McGarrett.

― Yo podría ser tu tipo.

― Seguro, porque eres el tipo de todas ― se ríe. ― ¿Y tú, tienes un tipo, McGarrett?

Niega con la cabeza.

― Tú podrías ser mi tipo.

Siento un cosquilleo en mi estómago y pongo todo de mí para no sonreír.

Me mira fijamente cuando guardo silencio y le sostengo la mirada durante unos segundos hasta que termino apartándola. Recuesto mi cabeza en la almohada, bostezando.

― Luces cansada.

― Tu igual.

― La práctica con el equipo fue horrible, Noah parecía querer matarnos hoy ― suspira ―. Además, trabajar con Danny y ser el chico más guapo del instituto es agotador.

Sonrío.

― Ser el crush de medio instituto debe ser cansado.

― Tú deberías saberlo, la gente no deja de mirarte en los pasillos.

Hago una mueca.

― Ojalá me miraran por esas razones o dejaran de hacerlo.

― Si no te miran por lo guapa que eres, ¿por qué lo harían? ― me encojo de hombros, ignorando el cosquilleo que siento al escucharlo llamarme de esa manera. ― ¿Te veré mañana en el instituto?

― Mañana lo sabremos.

Vuelvo a bostezar y sonríe.

Me encanta cuando sonríe y sus ojos se achinan un poco. Debería ser ilegal verse tan bien siempre.

― Iré a dormir, McGarrett.

― Espera, no cortes todavía ― me mira ―. No sé qué ocurre contigo, pero los malos días también terminan, Orwell, recuérdalo.




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