Conversations in the Dark

✨Capítulo quince: una cita no cita

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― ¡Eh, eso ha sido falta personal! ― grito al ver como empujan a Jayden.

Por suerte, le conceden el tiro y logra encestar de maravilla. Me ruborizo cuando mi mirada choca con la suya y me guiña.

―Yo propongo que le beses cada vez que enceste ―bromea Sky a mi lado.

― Cállate, Sky.

Aunque la idea no me desagrada en lo absoluto.

Falta poco para que el juego termine. Por desgracia, van perdiendo por dos puntos y necesitan de un triplete para ganar.

Puedo notar la frustración en el rostro de Noah cada vez que falla o fallan un tiro. Tienen dos minutos para que empaten, ganen o pierdan. Muevo el pie con inquietud al ver como marcan a Noah e intenta sin éxito sacárselos de encima. Está muy cerca del aro. Busca con desesperación a alguien a quien pasarle el balón, no puede estar con él más tiempo. McGarrett aparece a su lado y en un abrir y cerrar de ojos tiene el balón, lanza sin dudar y grito eufórica cuando encesta, poniéndome en pie.

― ¡Qué gran tiro, joder!

Sky se ríe al verme tan emocionada. Aplaudo como loca cuando Jayden encesta un triple, dándole la victoria al equipo. Observo como Noah lo levanta, celebrando el gane y siento el cosquilleo en mi estómago cuando me mira sin dejar de sonreír.

Me dejo llevar por la emoción y corro hasta llegar a ellos con Sky pisándome los talones.

Abrazo a Noah felicitándolo por el juego y seguidamente abrazo a McGarrett, tomándolo por sorpresa.

― ¡Estuviste increíble!

Me devuelve el abrazo antes de dejar un beso en mi coronilla.

― No podía fallar sabiendo que estabas aquí.

La sonrisa en mi rostro se ensancha, al igual que la suya y me pregunto si no le dolerán las mejillas de tanto sonreír. Jayden se aparta un poco y me recorre con la mirada, repasando cada detalle de mi atuendo. Me sonrojo cuando sus ojos se encuentran con los míos.

― Te ves preciosa.

Sky, detrás de él, alza el pulgar en aprobación y sonríe con picardía antes de prestarle atención a Dave. No estaba convencida de verme bien con la falda negra y el body rosa un poco escotado que Sky me regaló en Navidad, pero la mirada en su rostro me confirma que hice una buena elección.

―Gracias ―sonrío.

―¿Te importaría esperarme fuera del vestuario mientras tomo una ducha rápida antes de irnos? No tardaré mucho ― promete.

Asiento con la cabeza y dejo que entrelace nuestras manos mientras nos dirigimos al vestuario, con Noah, Dave y Sky detrás de nosotros. Puedo sentir la mirada de varios chicos del equipo y de las porristas sobre nosotros. Decido ignorarlos, no dejaré que eso arruine mi no cita con McGarrett.

― Te veo en diez.

Besa mi mejilla antes de entrar al vestuario e intento disimular la sonrisa estúpida que intenta formarse en mi rostro.

― Ni una palabra ― le advierto a Sky al ver su mirada burlona en el rostro.

― ¿Andas goma de mascar de menta o cepillo de dientes? ― asiento. ― Bien, porque no puedes besar al bombón teniendo mal aliento.

La sola idea de besarlo hace que todo en mí vibre.

― No creo que lleguemos a besarnos, Sky, es solo una salida de amigos.

Sky me mira incrédula y sonríe negando con la cabeza.

― Apuesto lo que sea que llegarían hasta la tercera base si tú lo quisieras así.

― ¿Con quién piensas llegar a la tercera base? ― pregunta Dave, saliendo del vestuario.

― No es asunto tuyo― responde Sky por mí y se levanta de su asiento. Busca algo en su bolso de mano y me lo lanza ―. Por si llegas a necesitarlo, no dudes en llamarme si las cosas salen mal y necesitas que vaya a por ti.

Me guiña antes de irse, miro el paquete dorado en mi regazo y niego con la cabeza.

― ¿Nos vamos?

Alzo la vista y miro a McGarrett. Varias gotas se deslizan por su rostro al tener el cabello mojado. Una camisa blanca se adhiere a su pecho tonificado y la sonrisa coqueta en su rostro lo hace lucir malditamente guapo.

Es demasiado atractivo y ni siquiera se esfuerza por serlo.

Me ofrece su mano y la acepto con gusto. Me levanto de la banca y hago el ademán de caminar. Sin embargo, Jayden me detiene al agacharse para recoger algo del suelo y un brillo travieso baila en sus ojos cuando se reincorpora.

― Creo que esto es tuyo.

Me tiende el paquete dorado y me ruborizo hasta las orejas. Lo tomo y me apresuro a guardarlo en el bolso. Una sonrisa burlona se forma en su rostro y empiezo a caminar dejándolo atrás, muerta de vergüenza.

― Precavida y directa, me gusta ― lo escucho decir antes de alcanzarme y entrelazar nuestras manos.

No soy capaz de mirarlo. Se va a creer que espero que tengamos sexo esta noche. Estúpida Sky y sus preservativos.

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― Siempre supe que eras un acosador y estabas esperando el momento indicado para robar todos mis órganos ― dice saliendo del auto.

― ¿Cuánto crees que me den por ellos? Espero que más de lo que gano trabajando para Danny.




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