Conversations in the Dark

✨Capítulo dieciséis: Yo nunca

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― Trigonometría va a matarme ― exagera Sky mientras se deja caer a mi lado.

Resignada, dejo de mirar a los chicos del equipo y miro a Sky.

― Tal vez si dejaras de meterte mano con Dave y empezaras a ir a clase, lo entenderías mejor ― señala Noah, dándole un bocado a su almuerzo.

― Hablando de meterse mano… ― Sky me mira y sonríe traviesa. ―¿Cómo salió tu cita con McGarrett? ¿Llegaron a besarse? ¿Hubo manos de por medio?

― ¿Tu cabeza no piensa en algo más que no sea sexo? ― Noah frunce el ceño, pero me mira con curiosidad. ―¿Te besaste con McGarrett?

Ojalá.

Pensar en la cita de anoche me hace querer vomitar y sonreír como una idiota por partes iguales.

― No era una cita ― aclaro. ― Y no, no nos besamos.

La verdad es que hubiera sido el momento perfecto para besarnos, sin interrupciones ni nadie alrededor. Incluso el cielo estaba estrellado, haciendo que todo fuera romántico. Y juro que íbamos a besarnos, todavía puedo sentir la calidez de las manos de Jayden al acariciar mi mejilla y su respiración chocar contra mis labios.

La cara de decepción en el rostro de Sky y la sonrisa de triunfo en el rostro de Noah me hacen fruncir el ceño.

― Me debes diez dólares ―Noah extiende la palma de su mano frente a Sky.

―Yo confiaba en ti ―Sky me niega con la cabeza antes de darle los diez dólares a Noah.

Mi ceño se frunce aún más y los miro sin comprender nada.

― ¿Y yo que tengo que ver?

― Sky y yo hicimos una apuesta sobre tu cita con Jayden ― explica Noah y da un sorbo a su Coca Cola antes de continuar ―. Sky apostó a que se besarían y yo aposté a que esperarían hasta la tercera cita para hacerlo. Han sido los diez dólares más fáciles de mi vida.

Sonríe y se tumba en el césped con una mano detrás de la cabeza y los ojos cerrados por el sol.

― Qué gran día ― dice.

Sky rueda los ojos y me mira.

― No puedo creer que no se besaran... ¡Pero si ambos han querido comerse la boca desde que se conocen!

Me ruborizo al recordar todas las veces que hemos estado a punto de besarnos.

― No era el momento, Sky ― miento.

Sí que lo era. Todo era perfecto hasta que Madison decidió arruinarlo.

La chica tiene una habilidad increíble para arruinar las cosas sin estar presente.

Jayden y yo llevábamos varios minutos en silencio, mirándonos, mientras él recorría mi rostro con sus manos. Acariciaba mi mejilla con los dedos antes de bajar hasta mi mandíbula y pasar desde mi cuello hasta mi clavícula, repitiendo el proceso varias veces, enviando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo. Se sentía tan bien que poco a poco empecé a acercarme más a él, necesitando más que unas suaves caricias. Todo en mí estalló cuando se le ocurrió acariciar mi labio inferior. Entreabrí los labios por instinto antes de relamerme el labio inferior, con sus ojos puestos en ellos.

Contuve la respiración cuando hizo lo mismo con los suyos y colocó una mano detrás de mi cabeza, acortando la pequeña distancia entre nosotros. El cosquilleo en mi estómago se hizo presente ante la anticipación. Jayden rozó sus labios con los míos y cuando estaba a punto de besarme, su celular empezó a sonar compulsivamente, sobresaltándonos. Di un respingo, apartándome de él como si estuviéramos haciendo algo indebido. Me incorporé y le alcancé el celular. Una mueca de horror se instaló en mi rostro al ver la cara de Madison iluminar la pantalla con una llamada entrante. Todas las mariposas que pude estar sintiendo en ese momento se ahogaron.

Y Jayden tuvo que ver la incomodidad en mi rostro, porque maldijo antes de rechazar la llamada y pedirme disculpas. Después de eso, el ambiente se volvió tenso y le pedí que me llevara a casa con la excusa de que tenía que ayudar a mamá con un postre que tenía que entregar al día siguiente.

― Tal vez pueden besarse hoy en la fiesta ― Sky sube y baja sus cejas con una sonrisa pícara en el rostro, devolviéndome a la realidad.

Frunzo el ceño.

― ¿Qué fiesta?

Noah me mira como si tuviera un tercer ojo antes de hablar.

― La que dará Josh en su casa junto a tu hermana esta noche.

Lo miro sin comprender.

― Es broma, ¿cierto?

Ambos niegan con la cabeza.

¿Mi hermana ha organizado una fiesta y no me ha invitado?

― Lo enviaron el miércoles por el grupo, ¿no lo viste?

Niego con la cabeza y Sky me enseña el mensaje.

― Tú serás la conductora designada ― sentencia.

Siempre lo soy.

― No estoy segura de ir, Sky, no estoy de humor para fiestas.

― Nunca estás de humor para fiestas ― señala Noah.

La campana suena, anunciando el final de la hora de almuerzo.

— Tengo práctica con el equipo, paso por ustedes a las ocho.

Noah deja un beso en nuestras cabezas antes de irse y nosotras nos levantamos para volver a entrar en el instituto. Sky me acompaña hasta mi casillero e inconscientemente busco a Jayden con la mirada. No sé nada de él desde ayer.

― Seguro que está en la práctica.

Dejo de mirar el pasillo y cierro mi casillero.

― No sé de quién hablas.

La observo rodar los ojos por el rabillo del ojo.

― ¿Aún no han hablado? ― niego con la cabeza ― ¿Tan mal resultó la cita?

Suspiro.

― Fue increíble, Sky ― admito sin mirarla. ―Es solo que… Al final surgió algo y quizá solo era una salida como amigos.

― O eso es lo que tú crees. He visto cómo te mira, Nina, el chico está que babea por ti.




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