La frecuencia respiratoria es un indicador vital que refleja la cantidad de respiraciones que una persona realiza en un minuto. Su medición es importante para evaluar el estado respiratorio y detectar posibles anomalías.
1. Preparación
Asegúrese de que la persona esté en reposo durante al menos 5 minutos antes de la medición.
Realice la medición en un ambiente tranquilo y cómodo.
La persona debe estar sentada o acostada en una posición relajada.
2. Procedimiento
Observe el movimiento del pecho o del abdomen de la persona mientras respira.
Cuente el número de respiraciones completas (una inspiración y una espiración) durante 60 segundos completos.
Si utiliza un reloj con segundero o un cronómetro, puede contar durante 30 segundos y multiplicar el resultado por 2 para estimar la frecuencia por minuto.
Si la persona está consciente de que está siendo observada, trate de que se relaje para evitar cambios en su patrón respiratorio. Puede hacerlo mientras aparenta medir otro signo vital, como el pulso, para que no altere su respiración.
3. Valores normales
La frecuencia respiratoria varía según la edad y el estado físico de la persona:
Adultos: 12-20 respiraciones por minuto.
Niños: 20-30 respiraciones por minuto.
4. Consideraciones importantes
Una frecuencia respiratoria elevada (taquipnea) puede indicar fiebre, ansiedad, dolor, problemas pulmonares o cardíacos.
Una frecuencia respiratoria baja (bradipnea) puede estar asociada con problemas neurológicos, sobredosis de medicamentos o hipotiroidismo.
Observe si hay signos de dificultad respiratoria, como:
Respiración superficial o profunda.
Uso de músculos accesorios (como el cuello o el abdomen).
Cianosis (coloración azulada en los labios o las uñas).