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Protocolo de Primeros Auxilios en Caso de Crisis Hipertensiva

Las personas que padecen hipertensión crónica generalmente saben cómo actuar en estas situaciones y suelen llevar consigo los medicamentos necesarios. Los toman de forma regular y saben cómo, cuándo y en qué dosis deben administrarlos. Sin embargo, en caso de que ocurra una situación de este tipo, es importante tener claro cómo proceder.

La crisis hipertensiva es una emergencia médica caracterizada por un aumento severo de la presión arterial, que puede poner en peligro la vida si no se trata rápidamente. A continuación, se describe el protocolo de primeros auxilios:

  1. Reconocimiento de los síntomas

Identifique los signos y síntomas de una crisis hipertensiva, que pueden incluir:

  • Dolor de cabeza intenso.
  • Mareos o confusión.
  • Náuseas o vómitos.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor en el pecho.
  • Alteraciones visuales (visión borrosa o pérdida de visión).
  • Ansiedad o sensación de opresión.
  1. Actuación inmediata

Mantenga la calma y tranquilice a la persona.

Ayude al cliente a sentarse en una posición cómoda, preferiblemente con la espalda apoyada y las piernas ligeramente elevadas. Esto facilita la circulación y reduce la presión en el corazón.

Evite esfuerzos físicos.

No permita que la persona se levante o camine.

Mida la presión arterial (si tiene un tensiómetro disponible).

Anote los valores obtenidos.

  1. Llamada a emergencias

Llame de inmediato a los servicios de emergencia (número local, como 112 en España o 911 en muchos países).

Informe al operador sobre la situación, los síntomas y los valores de presión arterial si los tiene.

  1. Medidas adicionales mientras llega la ayuda

Administre medicamentos si están prescritos:

Si la persona tiene medicamentos recetados para la hipertensión (como un antihipertensivo sublingual), ayúdele a tomarlos según las indicaciones del médico.

Nota: No administre medicamentos que no hayan sido prescritos específicamente para el cliente.

Controle la respiración:

Si la persona presenta dificultad para respirar, ayúdela a respirar profundamente y lentamente para reducir la ansiedad.

  1. Supervisión constante

Mantenga a la persona bajo observación constante.

Esté atento a cualquier cambio en su estado, como pérdida de conciencia, dolor intenso en el pecho o dificultad respiratoria grave.

  1. Evite acciones inapropiadas

No intente bajar la presión arterial de manera abrupta con métodos caseros.

No permita que la persona se acueste completamente plana, ya que esto puede dificultar la respiración.

  1. Al llegar los servicios médicos

Proporcione toda la información relevante a los profesionales de salud:

  • Valores de presión arterial medidos.
  • Medicamentos administrados.
  • Síntomas observados.

En ausencia de medicamentos, se pueden utilizar métodos tradicionales. La eficacia de estos métodos es significativamente menor que la de los medicamentos, pero pueden aliviar temporalmente los síntomas y permitir esperar la llegada de la ambulancia. Para reducir la presión arterial general, es necesario aumentarla localmente.

Para ello, si es posible, llene una palangana con agua tibia y pida al cliente que sumerja los pies en ella. Esto ayudará a que la sangre se desplace de los vasos de la cabeza hacia las extremidades inferiores.

También se recomienda aplicar alguna sustancia irritante (mentol, cremas que contengan alcaloides de pimienta roja, gel de masaje con taurina, mostaza, bálsamo chino) en la zona de los músculos de las pantorrillas y el cuello.




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