Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, ya sea por un coágulo (isquémico) o por una hemorragia (hemorrágico). Reconocer y actuar rápidamente puede salvar vidas y minimizar el daño cerebral.
Los síntomas más comunes incluyen:
F - Face (Cara): Pida a la persona que sonría. ¿Un lado de la cara está caído?
A - Arms (Brazos): Pida que levante ambos brazos. ¿Un brazo cae hacia abajo?
S - Speech (Habla): Pida que repita una frase sencilla. ¿El habla es extraña o ininteligible?
T - Time (Tiempo): Si observa cualquiera de estos síntomas, actúe inmediatamente.
Llamar a emergencias inmediatamente:
Marque el número de emergencias local (como el 112 o 911).
Informe claramente que sospecha de un accidente cerebrovascular.
Colocar a la persona en una posición segura:
Ayude a la persona a acostarse con la cabeza ligeramente elevada para reducir la presión intracraneal.
Si está inconsciente pero respira, colóquela en posición lateral de seguridad.
Mantener la calma y tranquilizar a la persona:
Hable con la persona de manera calmada y asegúrese de que no realice esfuerzos físicos.
No administrar alimentos ni líquidos:
Evite dar comida, agua o medicamentos, ya que puede haber dificultad para tragar y riesgo de asfixia.
Observe constantemente su respiración, pulso y nivel de conciencia.
Si deja de respirar, prepárese para realizar reanimación cardiopulmonar (RCP).
No intente mover a la persona innecesariamente.
No administre medicamentos como aspirina, ya que en caso de un ACV hemorrágico podría empeorar la situación.
Mientras espera la llegada de los servicios de emergencia, siga monitoreando a la persona.
Proporcione toda la información posible al equipo médico, incluyendo el momento en que comenzaron los síntomas y cualquier condición médica conocida.
Actuar rápidamente y con precisión puede marcar la diferencia en la recuperación y el pronóstico de una persona que sufre un ACV.