El masaje de espalda en la zona torácica es el tipo de masaje que, para muchas personas, está más asociado con el concepto general de "masaje". A lo largo de miles de años, se han desarrollado numerosas técnicas para trabajar esta área. La zona torácica se distingue de otras regiones por la presencia de órganos vitales del sistema respiratorio y cardiovascular, como el corazón y la aorta.
El masaje en la zona torácica de la espalda está diseñado para actuar sobre un gran grupo de músculos que están sometidos a cargas constantes. Por esta razón, el masaje periódico de esta área contribuye a mejorar la productividad y el bienestar general.
El masaje de la espalda en la zona del tórax puede realizarse inmediatamente después del masaje en la zona lumbar o ser un procedimiento independiente. La duración total del masaje de la espalda debe ser de al menos 45 minutos para trabajar adecuadamente todos los músculos superficiales y profundos de la espalda. El trabajo con clientes corpulentos y físicamente desarrollados puede durar entre 60 y 90 minutos.
Effleurage durante el masaje de espalda en la zona torácica
El effleurage en la zona torácica es un movimiento suave y deslizante que se realiza al inicio y al final del masaje, así como entre otras técnicas, para relajar los músculos y preparar la piel para manipulaciones más profundas.
Posición del masajista: Colóquese en un lado de la camilla o de pie detrás del cliente, dependiendo de la comodidad y el acceso a la zona.
Preparación de las manos: Aplique una pequeña cantidad de aceite o crema para masaje en las manos y frótelas para calentarlas antes de comenzar.
Inicio del movimiento: Coloque ambas manos sobre la parte superior de la espalda, justo debajo de los hombros.
Dirección del movimiento:
Deslice las manos suavemente hacia abajo a lo largo de la columna vertebral, evitando presionar directamente sobre ella.
Al llegar a la zona inferior de la espalda, deslice las manos hacia los costados siguiendo la forma de las costillas.
Regrese a la posición inicial realizando un movimiento circular amplio hacia los hombros.
Ritmo y presión: Mantenga un ritmo lento y constante con una presión ligera a moderada, ajustándola según las preferencias y la sensibilidad del cliente.
Este movimiento debe repetirse varias veces para calmar la tensión muscular y mejorar la circulación en la zona torácica.
Proceso de fricción durante el masaje de la espalda en la zona torácica
La fricción es una técnica clave en el masaje de la espalda en la zona torácica, ya que permite un calentamiento profundo de los tejidos, mejora la circulación sanguínea y prepara los músculos para técnicas más intensas.
Dirección de los movimientos:
Los movimientos de fricción se realizan desde la base de la espalda (zona lumbar) hacia la parte superior (hombros).
Siempre se evita ejercer presión directa sobre la columna vertebral. En cambio, se trabaja a ambos lados de la misma, sobre los músculos paravertebrales.
En la parte lateral de la espalda, los movimientos se dirigen desde los costados hacia la columna, siguiendo el trayecto de las costillas.
A lo largo de la columna vertebral:
Los movimientos se realizan paralelamente a la columna, trabajando sobre los músculos paravertebrales.
Se comienza desde la parte inferior de la espalda (zona lumbar) y se sube hacia la parte superior (zona cervical).
Al descender, se puede aplicar una presión más ligera, mientras que al ascender, se ejerce una presión más firme para estimular la circulación.
Desde el centro hacia los costados:
Los movimientos parten desde la columna vertebral hacia los laterales de la espalda, siguiendo el trayecto de las costillas.
Esto ayuda a liberar la tensión acumulada en los músculos intercostales y a mejorar la flexibilidad de la caja torácica.
En espiral o círculos pequeños:
En áreas específicas con mayor tensión muscular, como los omóplatos o la parte baja de la espalda, se realizan movimientos circulares o en espiral.
Estos movimientos se pueden hacer con las yemas de los dedos, las palmas o los nudillos, dependiendo de la intensidad requerida.
En diagonal:
Para trabajar los músculos grandes como el dorsal ancho, los movimientos pueden realizarse en diagonal, desde la parte inferior de la espalda hacia los hombros.
Este enfoque cubre una mayor área y ayuda a liberar tensiones acumuladas en músculos extensos.
En zigzag o "aserrado":
Usando el borde de las manos, se realizan movimientos rápidos en zigzag a lo largo de los músculos dorsales.
Esta técnica es ideal para estimular la circulación y calentar los tejidos.
Movimientos cruzados:
En la parte superior de la espalda y entre los omóplatos, se pueden realizar movimientos cruzados para relajar las fibras musculares que tienden a tensarse en esta zona.
Progresión:
La fricción comienza con movimientos suaves y aumenta gradualmente en intensidad y velocidad para calentar los tejidos de manera uniforme.
Se presta especial atención a los puntos de mayor tensión muscular, trabajando de forma lenta y controlada en estas áreas para aliviar el estrés acumulado.
Duración:
La fricción en la zona torácica dura entre 5 y 10 minutos, dependiendo de las necesidades del cliente y del propósito del masaje.
Al final de la técnica de fricción, los músculos deben sentirse más relajados, calientes y preparados para las siguientes etapas del masaje.