Todo esto me estaba volviendo más loca de lo que creo que ya estaba.
Estuve cuatro días más allí, aguantando a esos siete niños que no paraban de contarme cosas y sucesos.
Una de las noches, Seokjin se quedó de acompañante, me respondió todas las preguntas que el resto había estado evitando.
- ¿Cómo llegué a estar aquí?
- ¿Recuerdas a Carlos? – respondió recostado en un pequeño sofá al lado de mi camilla.
¿¡Cómo sabía sobre aquel tipo!? Era agua pasada. Un gran problema que tuve en España... pero no tenía ni la menor idea de cómo sabía sobre él.
- Por diferentes sucesos, tu padre lo trajo aquí para animarte – ahora lo estaba entendiendo todo -, pero aquello fue lo peor que pudo hacer. – soltó un suspiro largo antes de continuar. – Fingió ser una buena persona y nos la clavó a todos por la espalda. ¡Incluso te pidió ser tu novia delante de todos y tú aceptaste! – se le notaba claramente enfadado, aunque intentaba retenerlo. – Todos pensábamos que estabas feliz, pero, al contrario, estaba haciendo de tu vida una pesadilla, y nosotros no nos dimos cuenta, hasta que le pillamos con una gran mentira.
Tras eso, me contó todo lo que sucedió el día del bosque.
- Cuando intentó huir, te empujó y tu cabeza golpeó el marco de la puerta. Te quedaste inconsciente al instante.
- ¿Qué ocurrió después? ¿Atrapasteis a Carlos?
Asintió con la cabeza.
- Yoongi y yo te atrapamos antes de que tu cuerpo golpeara el suelo. Lee, estábamos realmente asustados. El resto salió corriendo detrás de aquel desgraciado. Por lo que me contó Jungkook, estuvieron persiguiéndolo durante bastante rato hasta que consiguieron acorralarlo cerca de la empresa. Una vez allí, junto con un guarda que vigilaba la entrada del edificio, lo redujeron para que no se pudiera mover hasta que llegó la policía y se lo llevaron.
Aquello me alivió increíblemente.
- ¿Todos estabais bien? – pregunté espantada. Este volvió a asentir.
- Pero tú no, Lee. Al caer, tu camiseta se levantó un poco... vimos algo asomar y la levantamos un poco.... (TN), estabas llena de hematomas y heridas. Tu barriga, costado y espalda eran una completa mancha de dolor. ¿¡Por qué no dijiste nada!?
¿¡Qué!?
- Seokjin... cálmate. No puedo recordar nada. – dije realmente triste por todo lo que pasó. – Siento mucho que hayáis tenido que vivir todo eso.
- No tienes que disculparte, no es culpa tuya. – giró su cara a la vez que cruzaba los brazos y suspiraba para relajarse.
Estiré mi mano y cogí la de él. Estaba realmente avergonzada, pues era un desconocido para mí, pero necesitaba agradecerle de alguna manera y no se me ocurrió nada más aparte de ese gesto.
Esos cuatro días en el hospital me dieron mucho que pensar. Pero ahora, tenía la difícil tarea de conocer mi casa, mis cosas, lo que hacía hasta aquel mal suceso... todo.
- ¡Guau! – exclamé asombrada.
Ellos, a pesar de saber sobre mi pérdida de memoria, ponían caras raras ante mi expresión.
- Este es tu cuarto – dijo Jungkook señalando con el brazo -, el baño, nuestro dormitorio...
Y así continuó el más joven mientras me enseñaba cada una de las habitaciones. Después fui a la empresa con Namjoon y Yoongi, la cual estaba prácticamente al lado, y me hicieron otro tour por esta. Me enseñaron los videos que grabamos de los diferentes ensayos y... ¡Dios mío! ¿Era yo esa chica bailando en el vídeo? ¡Wow! No lo hacía nada mal. Para no agradarme la idea de formar parte de un grupo idol, verme haciendo aquello me llenaba de orgullo. La voz... uno de ellos hablaba más que el resto... era como el profesor de baile. ¿Hoseok?
- Él – lo señalé en la pantalla -, ¿es el coreógrafo?
- Se podría decir que sí. Junto con Jimin, Jungkook y un coreógrafo profesional crean el baile. Luego Hoseok se encarga de enseñárnoslo y mostrarnos las diferentes técnicas.
- ¡Sí! Es él. El sonriente y bromista Hoseok.
Lo... ¡Lo recordaba! Recordaba sus chistes y sus tonterías que nos hacían reír en cada momento.
No pude evitar abrazarlo en cuanto lo vi al llegar a la casa.
- ¡Hoseok! – al nombrarlo con aquel tono, supo de inmediato a qué se debía.
- ¡Lee! – corría de una manera un tanto extraña, pero graciosa, mientras repetía mi nombre.
El resto estaba feliz, aunque no los veía animados. Realmente me sentía muy frustrada, pues quería recordarlos a todos. Por el momento, estaba obligada a vivir en una casa que no recuerdo con personas a las que, a mi parecer, no conozco. Excepto a los dos nombrados, claro.
- Bueno – dijo Yoongi en un suspiro – no podemos hacer mucho al respecto.
- Y si... – empezó a decir Jimin.
- No, ya sabes que no podemos estresarla o entrará en un trance al no procesar tantísima información, todo poco a poco – le espetó Seokjin.
Jimin abrió la boca para decir algo más, pero, seguidamente, la cerró.
- Entonces seguiremos como si nada, haciendo nuestro día a día durante un tiempo y vemos si así puede recordar algo – sentenció Namjoon.
Todos asentimos aceptando su propuesta.
Fue así como empezaron a hacer la cena. Yo me ofrecí, pero me dijeron que no me iban a dejar hacer nada, tenía que estar de relajada. Fue por eso por lo que fui a mi cuarto y me senté en la cama, observando todo a mi alrededor. Luego me dejé caer en el colchón mirando al techo y cerré los ojos.
¿Realmente he perdido la memoria? ¿De verdad he vivido con estos chicos durante tanto tiempo? ¿Enserio voy a debutar con ellos?
- Ay, ay...- dije llevando mi mano a la cabeza por que unos repentinos punzones fuertes me estaban matando del dolor.
Al parecer pensar tanto, era malo. Suspiré.
Tocaron a mi puerta.