Capitulo 2

Cuando llegamos al estudio de baile, inmediatamente, Heliana se dirigió al salón que nos prestó la directora para poder ensayar, en lo que me dirigía a los vestidores para cambiarme. El lugar es realmente grande, en el vestíbulo hay un enorme árbol de navidad, la directora se encarga de decorarlo con la ayuda de los estudiantes más pequeños. En la punta del árbol, se encuentra la estrella que mi hermana y yo hicimos cuando teníamos ocho años, esa día ella me había acompañado a la clase pero no hubo, pues la profesora que nos daría clase se ausento por enfermedad, así que la directora aprovecho ese momento para pedirnos a los niños que realizáramos algún adorno para el árbol, mi hermana y yo hicimos un estrella, la hicimos con papel y la decoramos con varios colores, a la directora le gusto tanto la actividad que cada año le pide a los niños que hagan un adorno para agregarlo al árbol junto con los de los mas grandes. Con el paso de los años, algunos de los adornos se han roto pero por extraña razón, el nuestro sigue en pie, se ve igual de lindo como la vez que  se puso por primera vez en el árbol, me da curiosidad saber si alguien  ha estado cuidando de él. Una vez que termino de arreglarme y guardar mis cosas en mi casillero, y me dirijo al salón donde se encuentra Heliana, desde el pasillo puedo escuchar como toca el violín, pero no identifico alegría, posiblemente sea confusión o tristeza pero prefiero cualquier cosa menos tristeza. Quisiera que ella me contara lo que le pasa pero solo me ignora.

-Tardaste más de lo normal, ¿no crees?- dice ella sin dejar de tocar el violín.

-Lo siento, solo caliento y empezamos- digo colocándome delante del espejo, los espejos sirven para que podamos ver nuestras posturas durante el baile y corregirlas, a mí me costó mucho empezar a usarlo pero al menos ya identifico mis errores.

-Aun no puedo creer que eso no te duela- dice cuando estoy haciendo un squash.

-Años de práctica- digo con una sonrisa, mientras ella deja de tocar.

-Yo hago eso y ya estamos en el hospital- dice divertida.

-¿Qué te paso?- le digo cambiando el tema.

-¿A qué te refieres?- dice extrañada.

-Pues últimamente estas más seria de lo normal y también me ignoras.

-Son imaginaciones tuyas- dice para continuar tocando.

-No, sabes bien que eso es así- digo poniéndome de pie- llevas días ignorándome.

-Ya te lo dije: es lo tu imaginación.

-No, tú…- digo pero no puedo terminar de hablar pues entra la directora.

-Perdón la tardanza, es  que tuve que dejar a mi hijo con mi hermano.

-No se preocupe,  nosotras también llegamos tarde- dice mi hermana volteando a verla.

-Al menos así no nos retrasamos tanto, ustedes me entienden- dice divertida.

-Ya termine de calentar- digo

-Es bueno saber que siempre te adelantas, eres una de mis mejores alumnas.

-Hay no diga eso. Sabe que la mejor es Erika.

-Sí, puede que ella tenga muy buena técnica pero no tiene corazón,- dice señalando mi corazón- ella no sabe expresarse- dice acercándose a Heliana- Pasa lo mismo con cualquier tipo de arte, como el violín, hay que reflejar lo que uno siente, eso hará que el público identifique lo que sientes- sonríen mirándonos a las dos- vamos hay que empezar.

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Normalmente no estoy nerviosa cuando tengo una presentación de baile, siempre estoy tranquila pero hoy estoy demasiado nerviosa, nunca había sudado tanto en mi vida.

-Hannah, ¿lista?- dice mamá entrando a mi habitación.

-No lo sé- digo frente al espejo- me siento demasiado nerviosa.

-¿Tú? ¿Nerviosa?- dice con burla.

-No te burles-digo volteando a verla- no es divertido.

-Está bien, no me burlo, pero es muy extraño de ti- dice parándose alado de mi- tú nunca habías estado nerviosa.

-Ya lo sé, nunca había sentido esto- digo sentándome en la cama.

-¿Ya hablaste con Heliana?- dice sentándose a mi lado.

-No, aún sigue ignorándome- digo agachando la cabeza- ayer hablamos como si nada pero de repente ignoro lo que le preguntaba y ya no quiso seguir hablando.

-Pues hay que arreglar eso antes de irnos,- dice dándome un abrazo- hoy es un día importante, hoy noche buena y recuerda que después del festival cenamos juntos, como la familia que somos, además también es especia pues hoy tu hermano vendrá a verlas.

-¿En serio?-digo con una sonrisa. Desde hace dos años que mi hermano se mudó para estudiar en la universidad, desde entonces solo hablamos por video llamada.

-Sí, pidió permiso de faltar al trabajo tres semanas al trabajo, así que también estará con nosotros en año nuevo.