Me senté a escribir por primera vez el nueve de julio de 2020, transitando la pandemia que tantas situaciones diversas provocó.
Hoy pensando a quién me gustaría dedicarle este nuevo libro, un pensamiento gentil vino hacia mí y advertí que esta nueva entrega deseo dedicármela a mí.
A mí, por escribir letra por letra aún cuando el ego nubla mi esperanza.
A mí, por seguir de pie aún cuando el peso en la espalda me doblega.
A mí, por no dejar de soñar.
A mí, porque imagino con profundo y sincero amor a cada uno de mis personajes, creándolos a conciencia.
A mí, porque a pesar de las realidades vividas sigo creyendo en los finales felices.
A mi ángel de la guarda, Rehael.
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Editado: 04.11.2025