Coral de Fuego

Capítulo XXVII

NAT

Faltan dos días para el baile de gala de otoño y todavía no tengo pareja. Sé que no es algo por lo que me debería preocupar, pero pensé que por lo menos en esta escuela alguien me invitaría para este entonces. Todos desconocen mi situación con Alec y si lo que mis amigos dicen es cierto, sé que no paso desapercibida por los chicos de mi generación y mayores. Ya debería de tener una cita. Aunque si nos a sinceramos, secretamente he estado esperando que Alec me invite; después de todo se supone que seremos pareja más pronto que tarde. Pero bueno, en el peor de los casos, yo seré quien invite a alguien, tal vez ya sea momento de cambiar un poco las tradiciones. 

—¡Nat, están tocando a la puerta puedes porfa checar quien es? —me grita Val desde el baño. 

—Sip, dame dos, me estoy parando. 

Me dirijo a la puerta y es entonces cuando sucede justo lo que estaba pensando antes. Nate está parado frente a la puerta de mi dormitorio con una sonrisa en la cara y un ramo de flores en una mano y una tarjeta en la otra. 

«¿Te gustaría ir al baile conmigo?»

—¡Si! — salto a sus brazos y él me abraza de regreso. 

Nate se ha convertido en uno de mis mejores amigos. Y es la segunda mejor opción que tenía, no hay mejor manera de pasármela bien en un baile que con un amigo. Cuando las cosas se pusieron raras con Alec, empecé a pasar aún más tiempo del que ya pasaba con Nate. Íbamos seguido a la cascada, o bueno siendo más precisos, atrás de la cascada. Estudiábamos juntos en la biblioteca y me estaba ayudando un poco con algunos ejercicios de control. No era nada del otro mundo, pero realmente me sentía cómoda con él. 

—Pensé que me ibas a decir que ya tenías pareja, que suerte que no fue el caso. Habría sido muy incómodo.

—Y aunque ya la tuviera, cancelo y voy contigo. —Ambos reímos. A ojos de cualquiera podría parecer que estoy enamorada de Nate, y la verdad es que no. Es un amigo y nada más. Y él también lo sabe, o por lo menos espero que lo sepa. 

—Es bueno saberlo— nos separamos y lo invito a pasar a la habitación, tomo el ramo de sus manos y las coloco en un florero que encuentro en la habitación.

—Te tardaste en invitarme. 

—Ya lo sé, pero quería darte la oportunidad de aceptar la invitación de alguien más. Ya sabes, que no te sintieras obligada a ir conmigo. 

—Que va, si prefiero ir contigo antes que con cualquier gilipollas que solo le interese meter su lengua hasta mi garganta. — Si tan sólo supiera. 

—Bueno, tienes razón. 

—Yep, siempre la tengo. Aunque te mentiría si te dijera que no me decepcioné un poco al ver que faltaban dos días para el baile y todo apuntaba a que iba a ir sola— nos sentamos en la sala.

—No me puedo creer que nadie te invitara, varios chicos me preguntaron sobre tus flores preferidas y tus horarios, estás segura de que nadie te invitó y ¿no te diste cuenta? Tú y tu hermano tienen fama de no captar indirectas. 

—No es mi culpa que las personas no hablen de forma clara. Si lo hicieran, muchos problemas se evitarían. Pero si, estoy casi segura de que la tuya es la primera invitación que recibo. 

Platicamos por un rato más y luego Val se unió a nuestra plática. Isa había salido con Xav, así que sólo estábamos nosotras dos en nuestra habitación. Cuando llegó la hora para ir a clase de control de talentos, Nate se fue a arreglar para la clase y Val y yo hicimos lo propio. Dos horas después estábamos de regreso en nuestro dormitorio y una carta esperándonos pegada en la puerta de la entrada, con cada uno de nuestros nombres en el sobre. 

«Natalia, Valeria e Isabel»

—¿Qué creen que sea? — preguntó entusiasmada Isa. Arrancándola de la puerta y entrando al cuatro para sentarse en su cama. 

—No lo sé, pero no me agrada ni un poquito.

—Ay vamos Val, no seas aguada.

—No soy aguada, pero no se si te diste cuenta de que el sobre tiene nuestros nombres y no como nos dicen, sino que nuestros nombres. 

—¿Y?

—Por dios Isa, ni los maestros nos llaman así. 

—Estoy con Val en esta, sí esta raro. Ábrela y quitémonos de las dudas. 

—Está bien, ya verán que están exagerando. 

Isa abrió la carta y así empezó a leer:

—Natalia, Valeria e Isabel, esta es la primera carta que reciben, así que tengo que felicitarlas. Se han evitado semanas de estrés. Pero es momento de robarles esa alegría. —La cara de felicidad que hacía un momento formaba parte de la cara de Isa había desaparecido y ahora expresaba intriga y preocupación. Val y yo pronto nos sentamos junto a Isa en su cama y esta siguió leyendo—. Ya es hora de que se enteren de la razón por la cual el ambiente en la escuela se ha vuelto sombrío y la razón por la cual personas han empezado a evitarlas. Por que es así ¿o me equivoco? Siendo las chicas más populares del instituto y tardaron tanto en conseguir citas para el baile. ¿No es normal o sí? — le arrebaté la carta de las manos a Isa y seguimos leyendo cada una por su cuenta. 

«Así es, pero no se preocupen, no son las únicas. Ya NADIE confía en NADIE. La verdadera identidad de muchos de los estudiantes está por ser rebelada, evita que tu mayor secreto salga a la luz a cambio de un pequeño favor. Hoy por hoy sólo necesito la cooperación de su querida Isabel. Así que, de la mejor manera posible, y con el estrés en el corazón, las dejo que disfruten el resto de su día. Me pondré en contacto con ustedes cuando lo vea necesario. Y cuando lo haga, no lo comenten con sus amigos. Ahora si, ¿cómo sabes en quién confiar y qué esperar si no sabes lo que está por ocurrir? Isabel espera pronto una carta de nuestra parte.

Con afecto,
La Orden de Angerona.»

***

Después de la bomba, todas optamos por no comentar al respecto, y creo que al final del día era lo mejor. Creo que lo normal sería que me estuviera preguntando si todos habían recibido una carta parecida, que identidades iban a ser reveladas. Cómo se relacionaba esto con que nos estuvieran evitando las personas. Qué era lo que iba a tener que hacer Isa. Pero no, mi cabeza sólo regresaba a una frase: "¿Cuál sería motivo suficiente para traicionar a un amigo?" La misma frase que había recibido de los espíritus. Ahora lo sabía, un secreto lo suficientemente fuerte para poner en peligro tu vida. Porque eso era ¿no? Una amenaza a nuestra seguridad. 




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