Coral de Fuego

Capítulo XXXIII

NAT

    Bueno, eso había sido interesante. Había estado deseando verlo y hablar con él para aclarar lo que pasaba entre nosotros. Cuando lo llevé a la biblioteca de mis grimorios había sido para eso, para hablar, pero creo que el beso respondió a más preguntas de las que cualquier plática hubiera hecho. Y luego al final cuando me regañó por perder el control, mentiría si digo que no me enojó, porque lo hizo. ¿Quién se creía al primero decir que él me ayudaba por si perdía control y luego regañarme por hacerlo? No tenía lógica. 

Lo había dejado con un casto beso en el salón y aunque deseaba besarlo otra vez sin que nadie nos interrumpiera, mi enojo aún seguía ahí. Pasaría, pero no lo haría tan rápido y él necesitaba saber eso. 

Entré a la casa y me dirigí a mi habitación donde sabía que mis amigas me esperaban. Abrí la puerta y me encontré con una Valeria tirada en mi cama y una Isabel recargada en la cajonera observándome.

—Siempre me he preguntado ¿qué tan bien besarán los profesores del internado? —preguntó al aire Isa. Y Val se atacó de la risa. No me esperé ni un segundo.

Caeli— repliqué su talento y le eché una corriente de aire que levantó su cabello y falda. Valeria sólo rió más fuerte. 

—Haz mejorado—sentenció Isa refiriéndose a mi talento.

Desde que llegamos, empezamos a trabajar juntas para mejorar mi control y ya que no me podía exceder, decidimos que practicaría con el talento de ella por si cualquier cosa pasaba, ella me pudiera ayudar a pararlo. 

—Así es, ahora deja de hacer preguntas bobas. 

—¡Bobas ni que ocho cuartos! —exclamó Val parándose de la cama— nos vas a contar que rayos fue lo que pasó en la biblioteca porque tú y yo muy bien sabemos que no se te hinchan los labios sólo por que sí.

Rayos. Se había dado cuenta. Bueno, tampoco fui tan desapercibida; pero no pensé en que Val estaba presente. Era de esperarse que mis hermanos hicieran vista gorda, ¿pero Val? Sí, era imposible. 

—¿Qué esperas? Cuenta—me animó la misma. 

—No hay mucho que contar—me senté en la salita y las chicas me siguieron— le iba a preguntar que qué se suponía que éramos y en eso me tomó por la cintura y si les soy honesta no sé que rayos fue lo que le dije, probablemente fueran cosas sin sentido, no estoy segura de siquiera si hilé bien las oraciones— dije un poco avergonzada— lo siguiente que sé es que me está besando y es el mejor beso de mi vida. Después Will nos llama y pues regresamos al Salón, fin—termino—. Ahora Val, ¿nos dirás que rayos está pasando en el internado? Will no nos dice nada.

—Buena maniobra de evasión—comenta Val— y sólo por esta vez la dejaré pasar. La verdad, las cosas se pusieron feas después de que partieron. Todos los nombres de nuestro pasillo y del de Nate fueron revelados, pegaron los nombres a las puertas de nuestros dormitorios. Yo quité el mío antes de que nadie lo viera, pero para cuando regresé a la habitación, lo habían escrito con aerosol. Lo mismo empezó a pasar en los salones, los llenaron de nombres y algunos incluso con el precio. 

—Pero eso fue todo ¿no? —preguntó Isa—sólo revelaron nombres. 

—Eso quisiera—siguió Val— un chico y una chica aparecieron colgados en sus dormitorios. A dos chavos los envenenaron y aunque uno sobrevivió el otro falleció. Y una chica del cuarto de Sky saltó del piso de su dormitorio. Las cosas se pusieron feas. 

—Por Dios.

—Es correcto Isa, por Dios. Ósea todos creíamos que estábamos a salvo en el internado, jamás pensamos que nuestros mismos compañeros fueran capaces de matarse unos a otros—nos dice Val. 

—Eso es terrible—comento. 

—Imagínate vivirlo—dice— ¿saben qué? cambio de tema, bueno y sólo para que no se preocupen todos nuestros amigos van a salir del Internado para finales de la semana y estará vacío para final de mes. 

—¿Qué quieren hacer?

—Oficialmente debemos aprender la técnica de Nat para cambiar de tema—declara Isa—cero sutil pero eficiente—todas reímos. 

—Isa me dijo que tienes un armario de primera y una alberca de ensueño, ¿qué les parece estrenar unos bellísimos trajes e ir a nadar un rato?

—Eres una digna Popławski —comenta Isa.

—Ya lo sé, alto, ¿cómo sabías mi apellido?

—Quinto nombre en la lista que me mandaron. 

—Claro tiene sentido—entiende Val. 

—¿Acaso soy amiga de dos de las chicas que mayor valor tienen sus cabezas?

—Eso parece querida—le comento con falsa seriedad. 

—Debería buscarme a nuevas amigas— contesta con la misma falsedad. 

—Probablemente, pero no lo harás porque igual tendrás mejor seguridad con nosotras cerca— contraataca Val.

—Eso también es muy cierto—nuevamente todas reímos. 

En algún otro momento la plática que acabamos de tener pudo haber sido pesimista, pero con todo lo que hemos vivido en las últimas semanas, solamente estamos felices de estar juntas de nuevo. Si no podemos ver a nuestras familias; lo mejor que podemos hacer es estar con amigos; y si entienden nuestra situación, aún mejor. 

Isa entra a mi armario, mismo que está abierto para mantener la habitación de Isa y mía conectadas; y guía a Val al área de trajes de baño. Ahora que Val está aquí, ella se encargará de elegir la ropa por nosotras. Es algo que agradezco y muchas veces sufro las consecuencias por los conjuntos tan atrevidos que elige para mi. 

—Nat, cacha—me lanza un traje completo negro de escote marcado, levanto una ceja. Pensé que me lanzaría algo un poco más revelador conociendo su estilo— aprovecha ahora mientras que todavía no llega tu hombre—eso tiene más sentido.

—Ni creas que me voy a vestir para Alec—me excuso. 

—Aww, no necesitó ni que le dijéramos a quien nos referíamos— Isa comentó.

—Ya era hora de que lo aceptara—dice Val, yo solo niego con la cabeza riéndome de mis amigas. 




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