Daryan – Presente
No pudo dormir esa noche.
Aunque su cuerpo estaba cerca del de ella, aunque el fuego los envolvía, aunque su aroma lo calmaba más que cualquier brebaje…
el eco de las palabras de Lyrian no se iba.
“Van a venir por ella.”
Él lo sabía.
La había tocado.
Y en su mundo, eso no se perdonaba.
No cuando era con una criatura que había sido marcada como enemigo.
No cuando lo hacía un alfa.
La observó dormir.
Tenía el cabello suelto, y su espalda desnuda le temblaba apenas bajo la sábana.
Su boca se entreabría al respirar.
Y aún así… parecía más fuerte que nunca.
No puedo alejarme, pensó.
Pero si me quedo… la destruyen.
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Neriah – Sueño
El agua estaba fría.
Oscura.
Pero no la ahogaba.
Flotaba entre siluetas borrosas, como si el tiempo se deshiciera en gotas a su alrededor.
Y de pronto… escuchó voces.
Gritos.
Cantos.
Peleas.
Y su madre.
—¡Corre, Neriah! ¡Escóndete!
La niña que era en el sueño tenía escamas pequeñas en los tobillos, y un brillo extraño en la piel.
Su voz rompía el agua como un canto.
Ella era una sirena.
Siempre lo fue.
Solo que su memoria… fue sellada.
Vio a su madre pelear contra sombras con colmillos.
Sintió la sangre teñir el agua.
Y luego… oscuridad.
Despertó de golpe.
Jadeando.
Llorando.
—Te vi —susurró, con voz rota—. Te vi morir.
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Daryan – Presente
La abrazó sin preguntar.
Sin decir nada.
Ella temblaba entre sus brazos como si aún sintiera el océano sobre ella.
—Era real, ¿verdad? —dijo.
—Sí.
—Mi madre murió… protegiéndome.
¿Quién soy, Daryan?
Él tragó saliva.
—Eres lo que ellos temen.
Eres lo que está destinado a despertar…
y a elegir de qué lado estás.
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Neriah – Más tarde
Cuando salió de la cueva, el cielo estaba gris.
Pero ella no se sentía débil.
No esta vez.
Sus pasos eran firmes.
Su respiración… más profunda.
Su piel… más viva.
Ya no era solo una chica rota por sus sueños.
Era algo más.
Algo que el mundo aún no entendía.
Y no iba a esconderse más.
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Alguien – Muy lejos
—La encontraron —dijo una voz en la penumbra.
—¿Y Daryan?
—Cerca de ella. Demasiado cerca.
Un puño golpeó la mesa.
—Entonces… habrá que separar al mar de la sombra.
Antes de que sea tarde.