Conocí un chico llamado Javier Wilde, alguien cuya vida no había sido fácil; cuando niño de apenas 11 años era muy bueno en natación y comenzó a crear ideas y sueños para vivir de ese deporte. A Javier le gustaba lo que hacía y lo practicaba cada vez que le era posible para ser mejor cada día, quizá fue exigente consigo mismo por su deseo de llegar pronto a la grandeza. Por cosas de la vida, una caída hizo casi imposible cumplir sus sueños relacionados con la natación. La vida de Javier cambió en esos pocos segundos, trayendo consigo muchos dilemas, no sólo médicos, físicos, sino también, sociales y psicológicos, pero aquel chico encontró la forma de lidiar con ellos; aunque hizo una gran transformación pasó de ser sociable e hiperactivo, a ser callado y sarcástico casi pareciese que quería ser invisible, aunque nunca dejó de ser ingenioso, ocurrente y gracioso. Cualidades que sólo verías si llegarás a conocer sus pensamientos o manera de ver la vida; Javier era un tesoro muy bello oculto en miles de capas de transformaciones que la situaciones de la vida le obligó a realizar.
Su crecimiento de ahí en adelante se encaminó sólo en adaptarse a cada situación de la mejor manera, tratando de ver lo positivo de todo lo que le fuese posible, e incluso en situaciones muy difíciles como el que era discriminado y maltratado por ser diferente del resto, donde Javier sólo le agradecía a la vida el estar al frente de personas que le recordaban era distinto y debía quererse así.
A la edad de 14 años conoció a Alexa alguien muy espontánea quizá algo loca, simpática, arriesgada y agradable para los ojos de Javier además de que tenía un lindo físico, era rubia no tan alta y con ojos verdes, estaban en la misma clase y dada la espontaneidad de Alexa la amistad se formó rápidamente aunque Javier fuese callado ella lograba comunicarse fácilmente con él y él se veía feliz por ello. Al paso de algunos meses mi amigo decidió comenzar un noviazgo, eran polos opuestos pero quizá llegarían a combinar.
Esta relación duro unos 4 años, haciendo a Javier alguien muy feliz y sacando a relucir su lado romántico desde flores hasta cartas fueron dadas por su parte. Hasta que un triste día en el colegio él iba en camino a recoger unos libros, en el pasillo se oían los gritos de una discusión llevada a cabo en uno de los salones, al principio él lo ignoro pero mientras se aproximaba al lugar, una de las voces se le hizo familiar, era una voz femenina; la voz de Alexa. Al darse cuenta de ello comenzó a prestar más atención al por qué de esa discusión, pensó que ella podía estar en problemas.
-No me dedicas tiempo- Dijo Jake el capitán del equipo de fútbol.
-Estoy cansado de esto, de tener que soportar que estés con él, déjalo – Le pidió eso casi que en tono de súplica y Javier no comprendía lo que ocurría, ella se le acercó en un movimiento suave. –Cariño sabes que no puedo hacerlo, mi situación económica no es muy buena y Javier es mi única salida- Al terminar estas palabras lo besó. Justo en este momento Javier irrumpió en la escena para corroborar lo que acababa de pasar y vio a su novia besando a Jake.
Su corazón se rompió, pero no dejaba de sentir algo de lástima por esas personas que veía en frente, porque eran tan mediocres; una rubia tonta sin capacidad de conseguir su dinero y su único consuelo era ser bella y aprovecharse de un chico en silla de ruedas y un chico el cual su única gracia era ser buen jugador y eso le traía popularidad. (¡Vaya qué eran un par de mediocres!), contempló esta escena uno segundos sintiendo solamente lástima, se retiró en cuanto ellos notaron su presencia dejando a ambos con la boca llena de excusas, fue por sus libros y salió de allí lo más rápido que le fue posible. Comenzó el camino a casa pensando en todo lo que había pasado y lo rápido que ocurrió, no dejaba de sentir lástima, pena y tristeza por todo, por ellos, por la felicidad y el tiempo que había perdido, incluso por sí mismo...¿en realidad era tan poca cosa, como para ser querido por dinero o ser reemplazado fácilmente?. Aunque fuese inteligente él no sabía la respuesta. Se detuvo en un parque, no faltaba mucho para llegar a casa y no quería llegar en ese estado, ahí hizo lo que mejor le salía que era admirar todo, le dio dos vueltas al parque y todo parecía tan bien, tan estable y perfecto que pronto su alma tomo la misma forma, la tristeza no se había ido pero se había tranquilizado. Era hora de volver a casa, al llegar entró a su habitación, tomo un baño y leyó hasta que cayó la noche. Cenó con su familia mas no comentó nada de lo sucedido, jugó con Ana, su hermana quien antes de dormirse le dijo un pequeño “te quiero”. Que créanlo o no dispersó un poco más su tristeza.
En los siguientes semanas y meses no dijo nada, no volvió a comentarle nada a Alexa y ni siquiera hizo reclamos. Es como si para Javier ella hubiese muerto, aunque ella fuese muy insistente en hablar sobre el tema; cosa que Javier nunca hizo.
Al dejar Alexa Javier tomó dos determinaciones, uno: No volverse a involucrar con personas de un nivel tan alto en belleza pero tan bajo en cerebro. Dos: Aprendería a tener un corazón con armadura para proteger sus propios sentimientos y se cuestionaba constantemente si él merecía ser amado o no, la ruptura de esa manera lo volvió bastante inseguro de sí mismo.