A las voces que arden en silencio.
A quienes no temen mirar entre las ruinas y aún así deciden quedarse.
Este libro nació del fuego, pero no habría sobrevivido sin quienes, de un modo u otro, soplaron para mantener viva la llama. Gracias a los que creyeron en las palabras antes de entenderlas,
a los lectores que rescatan historias de entre las cenizas y las hacen suyas,
a quienes entienden que escribir también es una forma de resistencia. A las manos invisibles que sostuvieron las mías cuando la tinta pesaba, a las que ofrecieron silencio cuando el ruido amenazaba con devorarlo todo,
y a quienes me recordaron que incluso las sombras tienen memoria. A las mujeres que aprendieron a arder sin permiso, a las que siguen escribiendo aunque el mundo les diga que ya todo fue contado,
a las que saben que un final no es cierre, sino tránsito. Gracias a las cenizas por recordarme que toda destrucción es también una siembra.Gracias al fuego por recordarme que el calor de una palabra puede cambiar un destino. Y gracias a ti, lectora o lector,porque mientras sigas leyendo,
mientras sigas recordando,
*Corazón de Cenizas* no habrá terminado de escribirse.
Este libro es para los que alguna vez creyeron que la oscuridad era el fin.
Y descubrieron que era solo el lugar donde nacen las llamas.