Corazón de diamante

La cafetería

La cafetería estaba llena de estudiantes charlando y riendo, con el aroma a café y comida rápida flotando en el aire. Ruth y Alis se unieron a la fila para pedir algo de beber. Mientras esperaban, Ruth no pudo evitar notar el cambio en la apariencia de su amiga.

—Oye, Alis, ¿por qué de repente usas lentes? —preguntó con curiosidad, inclinándose un poco para verla mejor.

Alis bajó la voz, casi susurrando.

—Para ocultar mi identidad —respondió con seriedad—. No puedo permitirme que me reconozcan, especialmente Dan y Carolina.

Ruth asintió, — ¡oh! Entiendo

Cuando llegó su turno, pidieron café.

Ruth estaba mirando su taza que no se percató que Alis tomó la taza con cuidado, observando el vapor que se elevaba. Dio un pequeño sorbo y, de repente, una mueca cruzó su rostro: el café estaba demasiado caliente y amargo.

—¡Ay! —exclamó, intentando no exagerar—. Está muy caliente y… feo. No tiene dulce.

Ruth soltó una carcajada, cuando hizo eso, ¿Acaso nunca había tomado café? ¿En el Reyno de las hadas no había eso?

—¡No has abierto el sobre de azúcar! —dijo divertida, alzando de su platillo de Alis que a ahí mismo tenía—. Aquí, te enseño.

Con paciencia, Ruth mostró cómo abrir el sobre y mezclar el azúcar en el café. Alis probó de nuevo y esta vez su sonrisa fue sincera.

—Mucho mejor —dijo—. Gracias.

— ¿No hay café en dónde vives?

— No pero tenemos otras cosas, que son nada como aquí

—Me encantaría ver cómo es todo ahí..

— No hay forma de ir, aún no

Mientras se sentaban en una mesa apartada, Alis no pudo evitar echar miradas discretas hacia Carolina, quien caminaba por la cafetería con una sonrisa altiva, presumiendo su collar con el Corazón de Diamante y disfrutando la atención que recibía.

— Vaya.. en serio que odias a Carolina, es comprensible.

Alis no respondío.

Alis apretó los puños bajo la mesa, recordando la importancia de mantener su misión en secreto y la urgencia de recuperar el diamante antes de que el poder se desperdiciara en vanidades.

—Oye, Alis, ¿cómo haces para que esa magia tuya te haga parecer tan… humana? —preguntó, señalando los lentes que ocultaban parte del rostro de su amiga—. Es como si te transformaras en alguien ordinaria, pero especial.

Alis sonrió con suavidad, sin rastro de altivez.

—La magia no es para presumir ni para cambiar quién eres —respondió con calma—. Se debe usar con sabiduría, y lamentablemente, eso es algo que pocos hice.

Ruth asintió, impresionada por la madurez en sus palabras. Pero entonces, la mirada de Alis se desvió hacia otro punto de la cafetería. Sus ojos se posaron en Dan, que estaba rodeado de sus amigos y 3 chicas que parecían coquetear abiertamente con él, estaban sonriendo.

Dan intentaba mantener la misma actitud despreocupada de siempre, hablando de cosas.

Ruth, siguiendo la dirección de su mirada, sonrió pícaramente.

—¿Te gusta Dan? No es así—le preguntó en tono de broma—. Porque, si no me equivoco, le gustas a casi el 90% de las chicas aquí, es entendible es bastante guapo, yo digo ¿Cómo es que hace para mantener su peinado tan perfecto?

Alis se quedó sin palabras, sorprendida por la pregunta directa. No era exactamente así, pero tampoco sabía cómo responder, más bien era celos y herida no supo explicarlo y no quería hablar de ello

—No es eso —murmuró finalmente—. Es complicado—. Suspiró por instante Alis se le vino a la mente ese momento del beso y como se sintió su corazón, pero no era momento de caerse tenía una misión

Ruth la miró con comprensión, sin presionar.

—Bueno, cuando quieras contarme, aquí estaré.

Alis agradeció en silencio esa oferta. Sabía que su misión era urgente, no quería que sus sentimientos interrumpiera su misión, si fracasaba estaría perdiendo su mundo. Pero susurro para si misma en contra de Dan. "Idiota"

El timbre resonó por todo el instituto, anunciando el fin del receso y el regreso a las aulas.

— Vamos queda una clase más.

Ruth y Alis se levantaron de la mesa iban a ir a sus aulas, mientras Alis caminaba por el pasillo detrás de Ruth, dos jóvenes de cabello oscuro y blanco que iban en sentido contrario y uno rozó el hombro de Alis, inmediatamente sintió que ellos no eran normales, se detuvo en seco sintió que todo se detuvo sintió un aura distinto, estaba segura de que ellos también eran de su mundo, ¿Cómo era posible? Se volteó para verlos, y uno miró sobre el hombro a Alis por un segundo, Alis notó que sus ojos eran color plateado confirmando que era un hada también, sin pensarlo fue ande ellos.

Ruth que estaba adelante notó como Alis iba presurosa hacia atrás, le pareció extraño que había llamado su atención.

— Alis ¿A dónde vas? El aula queda por acá..

Fue a alcanzar a Alis, confundida porque había hecho eso.

Alis al doblar la esquina por la misma que los jóvenes no vió a nada anormal seguían estudiantes charlando, estaba segura que los vió.

— Oye.. ¿Por qué corriste?. — Le preguntó curiosa.

— ¿Viste a los dos chicos de pelo negro?. — preguntó para sacarse la duda de no estar equivocada.

— ¿Ah? ¿Los jóvenes que pasaron?, pues si.. ellos son estudiantes de aquí, aunque no se sabe nada, no hablan con nadie, además de que son raros y siempre usan pupilentes en los ojos, yo digo porque no utilizan, un azul o un verde.. porque tiene que ser plata.. además parece que nunca les dió el sol.. ¿Por qué?. — hablaba notando una expresión de shock o como si Alis ya los conociera.

— Por nada.. son cosas mías.. — no quiso hablar antes de confirmar si en verdad venían de su mundo a pesar de jamás haberlos visto en su Reyno, aunque el Reyno era grande, siempre tenían en cuenta cuántos eran en cada clan o aldea, y cuántos nacían o morían, cada hada y alado tenían auras distintos un brillo único pero asociado a su poder.

— Entonces vamos, la siguiente clase es geografía, tal vez el de lenguaje te pareció aburrido con los tipo de acento en cada región del país pero el de geografía es distinto, bueno talvez no entiendas nada por no ser de aquí pero tienes suerte yo me sé cuántas ciudades hay y.... — Ruth hablaba dando a conocer lo aprendido queríendo guiar a Alis, pero ella no prestaba atención, su mente estaba recordando ese encuentro, quería agrupar esa aura parecía provenir de los de velocidad pero había algo mezclado con de visión.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.