Corazón de Hielo - Dominick

capítulo 2 - Parte 2

Al terminar el examen de la ultima hora me sentí aliviada por al menos ese momento, estaba segura que en ese si iba a salir bien. Mientras caminaba hacia la salida vi que algunos chicos se quedaban de pie en la entrada y comenzaban a murmurar cosas, como pude me asome por un espacio que había y de nuevo ahí estaba: el mismo auto, el mismo chico, recargado sobre la puerta del copiloto con los brazos cruzados sobre el pecho y, aunque estoy segura que mi cabeza era apenas visible entre la acumulación de personas, supe en el instante en que me vio pues sus labios hicieron una mueca que termino en una media sonrisa. Alguien detrás mío dijo "es ella" y un par de chicos que estaban a mi lado voltearon a verme, comencé a abrirme paso entre la gente hasta que logre salir al exterior del edificio. Para ese momento ya tenía la vista de todos los chicos clavados sobre mi espalda. Sin voltear atrás camine directamente hacia el auto.

- ¿Otra vez tú?

- Pensé que te daría gusto verme, o al menos más gusto que hoy en la mañana

- Puedo ir sola a casa

- Sí, lo sé, pero creo que puedo hacer más ameno tu viaje en mi auto. – sin decir nada más abrió el auto, la forma en como me miraba parecía una invitación a subir. Después de un par de segundos lo hice. Cerro la puerta y comenzó a rodear el auto por la parte de enfrente y en menos de lo que esperaba él ya estaba sentado al lado mío y a los pocos segundos ya habíamos dejado atrás la escuela.

- Y ¿qué tal los exámenes?

- Supongo que bien. O al menos eso espero

- Eres una chica lista, seguro lo hiciste muy bien

- ¿Por qué viniste a la escuela? Creo que soy lo suficiente capaz de llegar sola a casa, además el autobús no es tan malo como crees.

- Sé que eres capaz de hacerlo, es solo que quiero aprovechar todo el tiempo que tenga contigo

- Para que me convenza de que no me vas a secuestrar o algo parecido, tranquilo, comienzo a pensar que no lo harás o en su defecto eres el peor secuestrador de todos ya que acabas de dejar allá atrás a una multitud de testigos.

- Ninguno de ellos me preocupa, aunque había una mirada que me llamo la atención.

- Si, seguramente la mirada de alguna de las lindas chicas de mi escuela.

- Te equivocas, era de un chico y era notable ya que no me veía a mí, te veía a ti – Erick, seguramente había estado esperando a que saliera para que habláramos ya que había estado evitándolo todo el día. - ¿tú novio?

- ¿Qué? ¡No! Erick... no, es solo un amigo, mi único amigo en realidad. Además si fuera mi novio no estaría en el auto, contigo, en este momento.

- Es bueno saberlo. Servida señorita. – el auto ya se había detenido y por la ventana podía apreciar toda la fachada de la casa de mi tía.

- Gracias por traerme.

- Para mí fue todo un placer. Te veré más tarde

- Si, nos vemos al rato.

Salí del auto y hasta cuando estuve en la puerta de la casa escuche el sonido del motor mientras se alejaba.

El agua caliente de la regadera golpeaba mis hombros y mi espalda, al menos eso ayudaba a relajar un poco mi cuerpo. Estaba ansiosa por lo que pasaría, aún seguía sintiendo esa alarma dentro de mí, pero mi curiosidad era más grande, ese misterio que el tenia me atraía de alguna una forma hacia él.

Me vi al espejo tratando de identificar cuál de todos mis rasgos era lo bastante bonito como para llamar la atención de Nick. Mis ojos marrones no tenían nada de especial, solo eran grandes y expresivos, mis labios eran ligeramente gruesos aunque mi sonrisa si me gustaba, mi cabello castaño lacio, muy lacio, como la caída libre, sin volumen ni nada, parecía no tener vida y a causa de eso nunca sabía qué hacer con él, por lo que siempre terminaba amarrándolo en una cola alta o chongo desenfadado. Y hoy eso usaría. Me puse los jeans y una blusa de tirantes anchos y una chamarra ligera encima. Escuche el timbre y baje casi corriendo las escaleras abrí la puerta y ahí estaba, esbozo esa media sonrisa tan típica de él. Apenas y me despedí de mi tía y mi abuela cuando salí de la casa.

- Y bien ¿Cuál es tu plan?

- Depende de ti ¿Tienes mucha hambre o quieres acompañarme a un lugar?

- ¿Qué clase de lugar?

- Tranquila, no es nada malo, y para tu tranquilidad es un lugar publico

- No te tengo miedo

- Eso quiere decir en que ya no crees que soy un secuestrador

- Algo así

- Creo que vamos progresando

Piso un poco más el acelerador y el auto tembló ligeramente debajo de nosotros, la música era suave y un tanto melancólica; en poco tiempo pude darme cuenta de que íbamos hacia el norte.

- ¿A dónde vamos?

- ¿Aún no adivinas?

- No vengo mucho por esta zona

- Vamos a City Park

- Al menos si intentas algo podre salir corriendo – no pude evitar reír un poco con mi comentario, el volteo a verme de reojo –

- Si ese fuera el caso estoy seguro de que podría alcanzarte muy fácilmente.

- Ya lo veremos. – ambos reímos y por un instante me sentí bien, cómoda, tranquila como si justo en ese momento algo hubiera echo clic y estuviera en el momento y lugar en donde debería de estar – No pensé que fueras un amante de la naturaleza




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