Durante la noche, cuando la oscuridad invadió mi alrededor y cuando el sueño comenzaba a acechar, volví a recordar el pequeño momento de la tarde… Ese encuentro de pocos segundos que me había cambiado la energía.
Sonreí.
De pronto, deseé volver a encontrarlo. Por alguna razón, quería hablar de nuevo con aquel joven, preguntarle por ese viaje que había emprendido y qué lo había llevado a hacerlo.
Me dormí pensando en eso, como sellando el deseo y dejándolo en manos del universo. Sin saber que, probablemente, justo en ese instante una estrella fugaz viajaba por el cielo haciendo que todas las coincidencias ocurrieran.
El deseo se haría realidad pocas horas después.