Corazón de León [serie Gold Pride 1]

Capítulo 11

 


Sus heridas escocían, los puntos tiraban de su piel en sentidos opuestos, este dolor era molesto, pero soportable. A comparación con la tensión que surcaba el aire, era algo insignificante. 

—¿Hay una loba dentro de la coalición? —Inquirió Byron, pero por la forma en que lo hizo, con ese tono alterado y fuerte, ya sabía la respuesta. 

Patrick estaba rodeado en la sala común, ya todos estaban avisados sobre los acontecimientos del día y honestamente... Lo único que quería es un poco de descanso. Una necesidad efímera, pues no lo obtendría muy pronto. 

Al grupo llegaron Nolan y Queen, recordó también que debía poner en marcha cuanto antes la ceremonia para el cambio de nombre de la tigresa, oh... Había tanto por hacer... 

—Sí, eso es correcto. —Patrick relajó su postura, ocultó las manos en los bolsillos de su pantalón de mezclilla negro, manchado por tierra y sangre, propia y ajena—. Tanya y yo la encontramos cerca de la laguna. 

—No debería estar aquí —comentó Ágatha, yendo hacia los brazos de Byron. 

—Es una loba Omega —habló Ian mientras bajaba de las escaleras—. Inofensiva. 

Patrick se preguntaba cómo era que estaba tan seguro de eso, sí, él también intuyó eso apenas la vio, pero fue una corazonada. Su hijo hablaba desde una seguridad absoluta. 

—¿Y eso en qué cambiaría las cosas? —Preguntó uno de los leones guardianes—. ¡Sus perseguidores nos han atacado! 

—¡Hay que entregarla! —Sugirió otro. 

—¡No! —Ian se impuso, con una fuerza tal, que hasta Patrick se sorprendió—. ¡No haremos tal cosa! —El joven buscó su apoyo—. No abandonaremos a una mujer. 

Los murmullos se intensificaron mientras Patrick compartía una mirada de aprecio hacia su hijo, este signo de madurez era bien recibido después de su último desliz. 

—De acuerdo, silencio... ¡Silencio! —Pidió, los demás se callaron, las miradas quedaron sobre él—. Por lo que tengo entendido, las lobas omegas no representan ninguna amenaza. 

—¿Por qué la persigue como presa, entonces? 

Ian atravesó el círculo de personas, y se detuvo junto a él. 

—Los buenos lobos las protegen como si estuvieran hechas de oro, los malos... Bueno, las usan para tres fines: formar nuevos clanes a fuerza, para estabilizar cambiantes agresivos y peligrosos, y... —Se detuvo, Ian formó puños fuertes—. Para forzar vínculos. 

—Dios, eso es horrible —musitó Queen. 

Sabiendo ahora eso, Patrick quería desollar a las bestias que intentaron cazar a esa pobre criatura. Sin embargo, ahora tenía un gran problema, no sabía que tan dispuestos estaban a conseguirla de vuelta, ni si regresarían, aunque confiaba en que su demostración de fuerza y poder les diera una buena impresión como para pensarlo dos veces antes de atreverse a regresar al territorio. 

—¿Qué harás con ella Patrick? —Nolan preguntó. 

Patrick pudo ver algo de incertidumbre en los ojos oscuros del tigre. 

—Se quedará —afirmó, levantando la voz, como para camuflar una orden evidente—. Ha llegado a un lugar seguro, Gold Pride le dará protección hasta que decida qué hacer por su cuenta. 

Sin ánimos de más explicaciones, Patrick avanzó, el círculo se rompió y sin dejar de comentar y murmurar, los demás tomaron diferentes rumbos, los cuatrillizos se separaron e Ian dijo al pasar que iría a ver a Naiara. Patrick subió a la segunda planta, fue directo a la enfermería. 

Allí, Gala estaba monitoreando el estado de los tres leones heridos en la pelea. Aunque estaban fuera de peligro, ella había insistido en una vigilancia. Chase había recibido el disparo más grave mientras que Leroy obtuvo un par de roces poco profundos, Felix tenía un impacto en una pata. 

—¿Cómo siguen? 

—Estables —Gala giró para recibirle. 

Patrick le ofreció una sonrisa amable mientras le rodeaba con un brazo, a veces el contacto ayudaba a estabilizar emociones, les hacía sentir mejor, sobre todo a los cambiantes tan sociales como eran los leones. A la distancia, en la última camilla, se encontraba Tanya comentando algo sobre la loba a Joey. 

El león de Patrick saltó al frente al ver esa mirada sobre ella, el recién llegado le escuchaba con atención, sus ojos perdidos en la mujer humana. 

—¿Celoso? —Gala murmuró. 

No pudo contener el gruñido que hizo su pecho temblar. 

—Es un extraño cerca de alguien de suma importancia para la coalición, por supuesto que tengo que actuar con reticencia. 

No supo si Gala le había creído esa mentira. 

—Es un buen tipo, me agrada. 

Vio a Tanya sonreír, mientras Joey miraba a la loba inconsciente con un poco de ternura, quizá lástima. Pero todo eso quedó relegado cuando vio a Gala bajar la cabeza, el disgusto en su mirada quedó grabado en el aire cuando Chase se quejó en la camilla. 




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