En alguna parte del bosque, dentro de una cueva poco profunda, se escuchaba el eco de unas voces.
- ¿Lo sentiste? -
-Si-
- ¿Llegaron 1 o 2? -
-Solo 2. Uno de ellos está despierto, el otro se encuentra dormido pero su esencia es perceptible-
En la oscuridad se podría sentir la tensión que se creaba en el ambiente. Al parecer los dueños de las voces estaban meditando o pensando, o simplemente esperaban que el otro hablara.
- ¿Qué es lo que haremos? - habló la primera voz con inseguridad.
-Aún no lo sé, pero hay que evitar que se den cuenta de lo que podemos hacer-
- ¿Estás seguro de esto? ¿No crees que sería mejor atacar o matarlos antes de que ellos lo hagan? -
-No, eso haría que el que está dormido, se despierte y puede ser una desventaja para nosotros-
Volvió a reinar el silencio, solo por momentos, porque del exterior de la cueva se escuchaba el canto de las aves, el soplar del viento.
-Creo que... - dudo la segunda voz - solo nos queda esperar a saber si son nuestros aliados o no-
- ¿Esperar? ¿No recuerdas lo que paso la última vez que esperamos? – recalco la primera voz.
- ¡Ya lo sé! ¿Crees que no recuerdo aquel fatídico día? – explotó, ya con desespero de las preguntas de su acompañante.
Y ya no se dijo nada. Todo se quedó en la penumbra.