Corazón desesperado

Capítulo: 1

Aylin

Recojo las cosas como loca, ya nada cabe en las maletas y quizás no debería llevar tantas cosas, pero claro, si fuera yo sola la maleta estaría casi vacía, pero observo las cosas que faltan y aún están sobre la cama y ruedo los ojos, la mayoría son muñecas con el cabello de varios colores, peluches e incluso hasta pequeños autos, y es que ella, mi pequeña, no quiere dejar nada atrás, quizás aún no comprende que todo eso podemos volver a comprarlo.

—Elizabeth debes apresurarte —hablo alto para que me escuche —perderemos el vuelo —acabando de hablar entra la pequeña de cabello rubio corriendo.

—Ester no puede faltar mami —me regaña al ver la muñeca en la cama —y Mila tampoco —toma esta en sus manos —ni Gia ni

—Amor —me acerco a ella —no caben en esta maleta en la cual ya hay muchas muñecas

—Esto puedes comprarlo allá —dice sacando uno de mis vestidos y ruedo los ojos, luego coloca sus tres muñecas ahí —listo, ¿ves que fácil? —sus ojos azules buscan los míos y sonríe, solo me toca sonreír y dejo un beso en su mejilla.

—Hora de irnos Eli —digo cerrando la maleta y la niña sonriendo toma dos muñecas más en sus manos, decir algo ya es en vano y solo camino con las maletas en mis manos.

—Quiero ya llegar y ver a los abuelos —comenta mientras vamos en el taxi y solo sonrío —también quiero ver a la tía Aby —agrega y sonrío —¿con quién se va a casar mami? —ella me mira —no le conozco —susurra y me encojo de hombros.

—Tampoco yo mi cielo

—Quiero ya llegar —habla con ilusión —quizás veamos a papá —me tenso con sus palabras y vuelvo la mirada a ella.

—¿De qué hablas Elizabeth? —mira mis ojos y los suyos están cargados de ilusión

—No está en este país, así que quizás está allá donde antes vivías —sonríe dejándome desconcertada con sus ideas —pienso buscarlo mami —expresa toda ilusionada mi pequeña de seis años y solo me quedo en silencio, ¿qué probabilidades habría de encontrar a un hombre con el que solo pasé una noche en un país tan grande? Pero claro, eso mi pequeña no lo sabe.

—Podría ocurrir mi cielo —digo para no romper sus esperanzas y su sonrisa solo se agranda, yo vuelvo la mirada hacia la ventanilla del auto y suspiro, apenas recuerdo esa noche, pero entre risas, tragos y charlas simplemente ocurrió, quise dejarme llevar, mi corazón estaba roto porque había acabado de romper con un novio infiel y ahí lo encontré a él, un hombre alto, fuerte, guapo, con una sonrisa encantadora, un olor agradable y una voz que solo ella hacía que mi cuerpo se revolucionara así que solo me dejé llevar porque así es la vida, así es el corazón, loco y desesperado.

El viaje en avión me deja con las piernas temblando y es que volar siempre lo he odiado, observo el bonito cielo de la ciudad y respiro hondo, mi ciudad, dejé tantos recuerdos atrás y ahora estoy aquí otra vez, pero esta vez, no estoy sola, sonrío cuando mi pequeña toma mi mano y miramos hacia todos lados al salir del aeropuerto.

—¡Aquí! Aquí —escucho los gritos y entonces la veo, río viendo como da saltos y mi pequeña suelta mi mano y corre hacia ella.

—¡Tía Aby! —grita lanzándose a los brazos de esta y río yendo también hacia ella.

—Maldición como las extrañé

—Aby —regaño a esta y ríe

—Por Dios, ni pareces la más joven, siempre dando regaños, deja de ser la niña buena —me regaña antes de darme un fuerte abrazo y ambas reímos.

—Así que te casas —suelto y sus mejillas se tiñen de rojo, sonrío, nunca la había visto así

—Encontré al hombre perfecto hermanita —toma mi brazo y caminamos hacia el auto —es guapo, rico y —se acerca a mi oído —maravilloso en la cama —debo reír y agradezco que Eli esté a unos pasos por delante.

—Por Dios, en serio, estás enamorada —su sonrisa aparece.

—Creo que me han hecho brujería porque estoy en las nubes —río con eso

—Es bueno hermana —digo al llegar al auto y la miro —ya estaba cansada de que me presentaras diversas parejas en solo semanas —rueda sus ojos —me alegra que asientes cabeza hermana —toco su cabello y ella sonríe ampliamente.

—Si hermana, ha llegado mi momento —luego de eso entro sonriendo al auto, me alegra verla así, tan feliz, con sus locuras habituales en el pasado y queriendo madurar, algo que debió haber hecho mucho antes, pero en fin, presiento que mis padres estarán más que felices.

—¿Y cuándo conoceré a ese hombre tan perfecto del que hablas? —cuestiono cuando noto que el auto ya se acerca a la casa.

—Bueno, va a cenar con nosotros hoy, tú y la familia van a conocerle —la miro

—¿Mamá y papá?

—Aún no le conocen, es que viaja mucho —se excusa rápido —casi nunca está en el país —asiento y doy un largo suspiro cuando el auto se detiene frente a la casa en donde ya mis padres esperan fuera y Elizabeth sale rápido del auto y corre hacia ellos, mi pequeña es demasiado buena y extremadamente cariñosa, ama a todos sin reparos incluso aunque no los conozca.

—¿Cansada? —pregunto a mi pequeña cuando acaba de comer y parece apagada, ella solo asiente —ve a la cama mi cielo —beso su cabecita.

—Esperaré por ti mami —dice y asiento

—Enseguida llegaré —ella se levanta y luego de despedirse de todos con un beso y un abrazo va hacia su habitación.

—Hacía años no la veíamos y aún nos quiere —miro a mi madre cuando habla.

—Elizabeth quiere a todos mamá, ella es así

—Como tú cuando pequeña —sonríe mi padre —Y Aby —mira a esta —una vez más tu futuro esposo nos deja plantados —ella bufa

—Es un hombre ocupado papá, tiene negocios por todos lados y quizás no llegó a tiempo.

—Cuando uno ama hace sacrificios —papá es duro —ese hombre ni siquiera viene a conocer a tus padres Aby —esta baja la mirada —y yo ya necesito conocerlo o juro que no dejaré que te cases con él porque hasta ahora no ha demostrado que te quiere.

—Papá no seas tan duro —digo y me miran —el hombre tiene ocupación, eso es bueno, seguro vendrá pronto —Aby me sonríe.




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