Corazón desesperado

Capítulo: 2

Víctor

Es ella, la mujer que siempre visita mis sueños, esa que aparece en mi mente a toda hora y en todo momento, la única que se ha quedado dando vueltas en mi cabeza porque esa noche con ella quebró algo dentro de mí, maldición, siempre que volvía al club miraba hacia todos lados buscándola con la mirada, en las calles pasaba igual, cuando voy en auto no dejo de buscarla y ahora, ahora que no quería encontrarla está justo frente a mí mientras mi prometida la presenta como su hermana menor, la educada y amada hermana menor de la que he escuchado mucho, pero que no había visto ni en fotos, definitivamente, mi vida debe de estar maldita.

—Señorita —digo intentando que mi voz salga lo más normal posible —un placer conocerla —formo una sonrisa y extiendo mi mano hacia ella, la cual, ha quedado de piedra, me recuerda, es obvio que lo hace.

—Lo mismo digo —acepta mi mano fingiendo justo como yo y rápido la suelto cuando el escalofrío que me recorre desordena todo mi cuerpo.

—Amor ya comimos —suelta Aby llevando sus manos a mi pecho —pero tardaste mucho, de todas formas puedo decir que te sirvan y

—No amor, no —sonrío tomando sus manos —no tengo hambre —y no miento, mi estómago está revuelto —estoy cansado, un largo viaje, ¿me enseñas mi habitación?

—Claro, será

—Ni se te ocurra decir la tuya —habla su padre y debo sonreír, cuando busco con la mirada esos ojos negros ya no los encuentro, ella se ha ido en silencio

—Pero papá

—Señor Beckham, yo le llevaré a su habitación —habla su padre y solo asiento en silencio sintiendo ahora un intenso dolor de cabeza, no podré aguantar un solo día en esta casa, eso es cierto.

—Es muy bonita —digo cuando entramos y él me mira

—Espero que pueda respetar mi casa, ya sabe de lo que hablo —asiento

—No se preocupe, le prometo que su hija no entrará aquí —él sonríe y solo sigo mirando sus ojos —señor, Aby me ha hablado mucho sobre su empresa y me gustaría invertir en ella —se queda pensativo —me encantan los autos y según Aby usted necesita inversionistas así que

—Señor

—Dígame Víctor, pronto estaremos en la familia —él asiente

—Víctor acaba de llegar, ¿qué le parece si mañana hablamos de negocios? —sonrío y sí, es verdad, acabo de parecer demasiado interesado y eso no es nada bueno para lo que tengo en mente, pero maldición, verla a ella aquí ha hecho un lío en mi cabeza.

—Tiene toda la razón —expreso y el señor Walter solo va hacia la puerta y sale, yo miro por breves segundos la habitación y luego tomo asiento en la cama pensando en su hija menor, la vida definitivamente no deja de jugar conmigo y coloco mi cabeza entre mis manos, tiene que ser alguna broma del destino, acabo de llegar y ya estoy al volverme loco. Me pongo de pie y doy una patada a la cama con fuerza aguantando la rabia, debería ya salir de esta casa, romper mi compromiso y nunca más volver. ¿Cómo podré casarme con Aby si es su hermana la mujer que tengo en mi cabeza todo el tiempo?

Dormir se me ha hecho imposible y la noche demasiado larga, eso sin contar que aun mi dolor de cabeza persiste y tengo el estómago revuelto, he pasado toda la noche pensando y aún no he llegado a una solución, Diablos, el problema es que si sigo con la boda quizás a Aylin se le ocurra hablar y entonces será Aby quien rompa el compromiso y eso sería fatal para mí, ¡maldición!

—¿Por qué no has acomodado tu ropa? —escucho su voz y me giro hacia la puerta —Amor, desempaca, pasarás unos días aquí.

—Quizás no —su rostro se contrae —quizás es mejor ir a casa de mis padres Aby

—Pero dijiste que pasarias unos días aquí para que mis padres

—Sé lo que dije —mascullo —pero tu padre desconfía de mí y odio este ambiente —la tristeza en su mirada me pone mal —lo siento —bufo

—Amor —ella viene hacia mi —mi padre se relajará, ya verás, además, pronto estaremos casados —sonríe tocando mi rostro, casados y lo peor es que ella quiere vivir luego de la boda aquí, me alejo de su toque.

—Iré a ver a mis padres —digo sin mirarla —llegué ayer de viaje y no los he visitado —Aby no dice nada y solo salgo de esa habitación, sintiéndome asfixiado.

—Y vuelve el hijo rebelde a casa —murmura mi padre al verme y solo bufo mientras él lee un periódico frente a la piscina. —¿Qué tal tu viaje? —suspira —¿conociste a muchas chicas? —ríe

—Papá ya soy un hombre comprometido

—Y apuesto a que le has dicho a tu novia que tus viajes son de negocios —tenso mi mandíbula y él ríe —lo que no sabe es que lo único que te gusta hacer es gastar dinero y estar con mujeres en fiestas…

—Ya no es así, estoy cambiando

—Creeré en eso cuando te vea casado —él me mira —eres mi primogénito Víctor y la oveja negra de esta familia, durante años he tenido que soportar tu mal comportamiento y tus líos, mi apellido se ha visto manchado y hasta en revistas baratas has salido —él lanza el periódico sobre la mesa frente a él dando una vez más el mismo discurso.

—Estoy casi al casarme —sonríe

—Y si no lo haces sabes que pasará —dice poniéndose de pie —además de eso necesitas hacer un buen negocio

—Pienso invertir en la empresa del padre de Aby —papá ríe

—Esa empresa está en números rojos —bufa —vas a gastar mal el dinero que te he dado y sabes que no te daré un centavo más —mira mis ojos —te lo di y te dije que debías hacer algo con él y ganar dinero.

—Y ganaré dinero —me pongo también de pie.

—Más te vale porque si no sabes que le dejaré todo a tus hermanos y tú quedaras en la calle, no tendrás ni para comer —me señala —repetiré lo mismo que te dije la última vez que nos vimos —toca mi pecho con su dedo —cásate, invierte bien el dinero que te di demostrando que puedes hacer buenos negocios y ten al menos un hijo, no ensucies más el apellido de la familia y entonces no voy a desheredarte —sonríe —eso sí, si este compromiso que tienes vuelve a romperse como todos los anteriores te juro por Dios que no te dejaré entrar más a esta casa —advierte y solo pasa por mi lado dejándome ahí, yo paso las manos por mi rostro frustrado, maldita sea, estoy atrapado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.