Corazón desesperado

Capítulo: 3

Aylin

Bajo mi teléfono en cámara lenta sin dejar de mirarlo y podría decir que ya mi pulso es un desastre, él parece estar caminando hacia mí en cámara lenta y odio sentir lo mismo que sentí aquella noche, odio ahora mismo mi cuerpo, odio que él sea tan guapo, ya basta Aylin, es el prometido de mi hermana, debo pensar en eso y olvidar el pasado, pero es que él es, es además el padre de mi hija. Cuando Víctor se detiene frente a mí a un metro más o menos de distancia siento como me tenso.

—Veo que me reconoces y yo también lo hago —dice rompiendo el incómodo silencio —así que es hora de hablar y aclarar todo —sigo tensa y debo carraspear para hablar.

—No tenía ni idea de que tú —me callo sin saber qué decir —yo

—No haremos de esto un drama por favor —él sonríe callando mis palabras —tampoco podía imaginarme que la mujer con la que estuve hace años es la hermana de mi futura esposa así que es mejor olvidar eso y fingir que nunca pasó —no puedo evitar sentirme mal por sus palabras —después de todo, ocurrió hace muchos años, ya casi ni lo recuerdo, ya que no significó nada, solo fue una noche —un leve dolor se instala en mi pecho, pero asiento manteniendo la compostura.

—Así es, solo fue una noche

—Bien —él asiente —quiero que te quedes callada y no hables de eso, no quiero que Aby sepa algo, voy a casarme con ella y no vas a arruinar eso

—No se preocupe —hablo molesta, su tono no me gusta —no diré nada, no quiero acabar con la relación que tienes con mi hermana

—Perfecto, sería estúpido sacar a la luz algo tan insignificante, locuras que uno hace en una noche cuando ya ha bebido demasiado y hay alguien ofreciéndose

—Ten cuidado como me hablas —doy un paso hacia él —entiendo todo lo que dices, pero no aceptaré que me ofendas

—¿Y te ofendes? —ríe y aprieto mis labios sin dejar de mirarlo —por favor, en fin, no hagamos drama, sigamos nuestras vidas, olvidemos todo lo ocurrido en ese hotel hace no sé cuantos años y quedémonos callados. —luego de acabar simplemente se aleja rápido sin dejarme hablar y me quedo con la boca abierta como estúpida, ¿será infeliz? Incrédula niego con la cabeza, el estúpido se cree un Dios.

—¿Estoy linda así mami? —pregunta mi pequeña cuando acaba de arreglarse y sonrío.

—Estás preciosa mi amor

—Vamos, tengo hambre —expresa tomando mi mano y solo río, ambas salimos de la habitación y caminamos por la casa en silencio, no quiero verlo, es lo que voy diciendo en mi cabeza todo el tiempo y al llegar al comedor suelto el aire que retenía, Víctor no está ahí y tomo asiento en silencio.

—¿Tu prometido no cenará con nosotros? —cuestiona papá mirando a mi hermana que niega

—Le dolía la cabeza —mi pequeña bufa

—Aún no conozco a tu novio tía —dice y sonreímos

—Mañana ya será preciosa —habla Aby y yo solo estoy feliz sabiendo que podré cenar en paz sin tener que mirar sus ojos.

—Me hubiera gustado que estuviera aquí, ya que luego de la cena tengo cosas importantes que hablar —habla papá y le miro

—Amor no por favor, no hablemos ahora de negocios —mamá lo interrumpe y sonrío

—En eso estoy de acuerdo —digo, papá solo asiente y luego mira a Elizabeth

—Elizabeth pequeña —mi niña le mira —¿te gustaría vivir aquí con los abuelos? —me tenso un poco cuando lo escucho, mi hija sonríe mirando los ojos de su abuelo.

—Bueno, yo

—Papá —interrumpo a mi pequeña —acabamos de llegar —él sonríe

—Tenía que intentarlo y lo seguiré haciendo —sonríe, hasta la idea a mí se me había cruzado por la cabeza, pero ahora con Víctor aquí ya no me parece una buena idea.

—Si me gustaría mamá —susurra mi pequeña a mi lado y solo me quedo en silencio.

La cena transcurre entre risas y bromas, volver a estar con la familia me hace feliz y espero que eso siga siendo así, pienso mientras miro a mi hermana, si ella supiera algo sobre mi pasado con Víctor creo que me odiaría y la familia entonces ya no volvería a ser la misma.

—Mamá iré a la habitación —dice mi pequeña cuando acaba de comer y solo asiento, luego de besar mi mejilla se pone de pie y sale del comedor.

—Aby —papá habla —dile a Víctor que vaya a mi despacho, tenemos cosas de las que hablar —papá se pone de pie —Y Aylin —lo miro —también quiero que hablemos.

—Papá sé que quieres que viva aquí, pero tengo mi vida en otro lugar

—Así es papá —habla mi hermana —Aylin vive bien donde lo hace y además, la niña está acostumbrada a ese lugar —agrega sonriendo y papá suspira mirando mis ojos.

—Sé que en el pasado no te traté como debía —dice y bajo la mirada —cuando supe que serias madre y que esa pequeña no tendría un padre no lo tomé de la mejor manera, pero —él se acerca a mí —Aylin yo te amo y amo a mi nieta.

—Lo sé señor Hugo —sonrío poniéndome de pie

—Y yo sé que no estás bien allá donde vives, que tenías deudas, que no tienes trabajo y que hasta hipotecaste tu casa —respiro hondo

—Papá

—Aquí tienes una gran casa hija —sus manos van a mi rostro —mi nieta vivirá bien y tu podrías trabajar en la empresa —sonríe y solo me quedo mirando sus ojos.

—¿Y de qué lo haría papá? —Aby también se levanta y nos mira —ya yo estoy al frente de la empresa —agrega y papá la mira —además —ella sonríe algo nerviosa —Aylin hace años no va por ahí, apuesto a que ya no se acuerda de nada —ríe y asiento.

—Aby tiene razón papá.

—Hablaremos en el desayuno cuando esté toda la familia —papá sonríe —piensa en ti Aylin y en tu hija —luego de decir eso besa mi frente con cariño —mañana hablaremos sobre lo que tengo en mente —añade y solo asiento para luego salir del comedor e ir hacia mi habitación.

—¡Mamá, mamá! —mi pequeña sale de la habitación y me alcanza

—¿Qué pasa mi amor? —me pongo a su altura

—Quiero que juguemos fuera de la casa —sus ojos me miran ilusionados y sonrío

—Está bien, ahora te alcanzo, pero Elizabeth —toco su naricita —no corras por la casa —ella asiente y como si no hubiera dicho nada solo baja las escaleras corriendo y sonrío negando.




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