Corazón desesperado

Capítulo: 5

Aylin

Entro al despacho de mi padre y este al verme sonríe, solo tomo asiento frente a él odiando la decoración del lugar, luego miro el reloj en la pared y suspiro, Elizabeth debe de tener mucha hambre, pero papá quería verme antes del desayuno y preferí no negarme, al parecer este sabe más sobre mi vida de lo que yo pensaba y eso no me agrada, así como tampoco ahora me agrada la idea de quedarme, Víctor está aquí, se casará con mi hermana y ahora solo debo pensar en irme después de la boda.

—¿Has pensado en lo que dije ayer? —cuestiona mirándome luego de retirar sus gafas y asiento.

—Elizabeth tiene su vida en otro lugar papá, solo tiene seis años y es difícil para ella acostumbrarse —papá suspira —solo vine hasta aquí por la boda de mi hermana y porque los extrañaba, que por cierto, ¿cuándo es la boda? —papá se encoge de hombros.

—Aún no han dicho fecha exacta, se supone que el próximo mes —asiento con lentitud —hija —él suspira —sé que tienes deudas, apenas te sostienes con tu trabajo.

—Soy adulta, papá, he hecho mi vida y

—La empresa está en quiebra —me interrumpe sin mirarme —en números rojos, nadie quiere invertir en nosotros y —me mira —hay alguien robando en ella.

—Habla con Aby, ella se está encargando —papá sigue mirando mis ojos —¿desconfías de ella? —su mirada lo dice todo y me pongo de pie —por Dios papá no —lo miro enojada —Aby jamás te haría eso.

—Hay cosas de Aby que no sabes Aylin, tu hermana es —él duda —muy diferente a ti y es ambiciosa.

—Eso da igual —río —¿por qué iba a robarte? Al final la empresa es suya prácticamente papá, no tiene ningún sentido que desconfíes de mi hermana y jamás me harás pensar lo contrario —bufo —si tienes dudas habla con Aby, ella es quien se encarga de la empresa.

—No solo desconfío de ella hija.

—Oh, eso me tranquiliza un poco —él rueda los ojos ante mi sarcasmo —no quiero saber nada sobre la empresa papá —me acerco a él —sé que te arrepientes, sé que me amas y no, no te guardo rencor por ello, pero me echaste de la empresa y de esta casa —su mirada se llena de tristeza.

—Ya te pedí perdón hace años.

—Y por eso estoy aquí, te perdoné, te amo, pero no pienso volver a vivir aquí, cometí un error sí, pero tú también cuando me pediste abortar y me echaste de aquí por negarme a ello —él baja la mirada.

—Hija

—No hablo para hacerte sentir mal papá, solo que no quiero volver —él me mira —no insistas, tengo mi vida en otro lugar y buscaré la forma de arreglar todo, no es la primera vez que tengo una crisis, que tengo deudas pero créeme, ni a Elizabeth ni a mí nos hace falta una fortuna, jamás hemos dejado de comer —luego de hablar voy hacia la puerta.

—Estoy enfermo —sus palabras me detienen por completo —mi corazón ya está viejo, puedo morir en cualquier momento —lo miro

—No hablas en serio

—¿Crees que bromearía con algo así? —abro la boca, pero mi voz no sale —te quiero conmigo el tiempo que me queda hija —niego con la cabeza cuando se acerca a mí.

—Mamá me hubiera dicho

—Nadie sabe nada —sus manos van a mi rostro —ahora solo tú —siento las lágrimas en mis ojos —quizás no tenga otro año más y quiero estar con mi nieta, contigo, fallé antes hija —veo sus ojos llenos de lágrimas y las mías salen —por favor, acepta vivir aquí al menos hasta que muera y acepta trabajar en la empresa, ya que confías tanto en tu hermana, entonces entra ahí y demuestra que ella no tiene nada que ver con la quiebra de la empresa —ni siquiera puedo responder mientras miro sus ojos y luego él me abraza.

Mi hija desayuna feliz a mi lado y todos lo hacen, pero yo ni siquiera he podido probar algo, además, siento constantemente la mirada de Víctor sobre mí y eso molesta, bebo un poco de jugo, pero mi garganta está cerrada por completo pensando en las palabras de mi padre, ¿cómo es posible que esté tan enfermo y que nadie sepa nada? Pienso mientras observo a mi madre y a mi hermana.

—¿Elizabeth qué piensas de mi prometido? —miro a mi hermana cuando habla, mi pequeña sonríe a mi lado poniendo sus lindos ojos sobre él.

—Es guapo tía —Aby sonríe agarrando el brazo de Víctor —y me cae bien —mi pequeña y él se miran, Víctor le guiña un ojo y es como si se conocieran de toda la vida, por favor, no han ni hablado.

—Elizabeth si ya acabaste espérame en tu habitación —digo mirando a mi hija —saldremos hoy

—Pero mami

—Por favor —pido, ella solo me mira confundida, pero luego asiente y se levanta de su silla, cuando miro a Víctor, este parece enfadado conmigo.

—¿Amor te gustan los niños? —cuestiona Aby y evito rodar los ojos —me encantaría tener un par —sonríe

—A mí también —la respuesta de Víctor me hace tensar la mandíbula —es más, me gustaría tener una niña así como Eli —me tenso por completo —es preciosa, buena y educada —lo miro.

—Y hasta se parece a ti —suelta mi hermana, mi madre le da la razón y yo siento que sufriré un infarto, debo beber agua de forma rápida.

—Ya que Elizabeth no está quiero hablar sobre algo —habla papá que se pone de pie y mamá bufa.

—¿Acaso los negocios no pueden esperar? —Hugo ríe.

—Esta vez tengo noticias y muy buenas —papá me mira —Aylin y yo llegamos a un acuerdo —bajo la mirada, agradezco ahora que Elizabeth ya esté en su habitación porque aún no hablo con ella —y se mudará para acá —mi madre lleva sus manos a su boca desconcertada.

—Por Dios eso es —viene hacia mí —hija es maravilloso —besa mi mejilla y solo debo sonreír.

—Pero Aylin tiene su casa —habla mi hermana —y su vida, ¿Elizabeth ya sabe? —respiro hondo.

—Aún no, pienso hablar con ella

—Un cambio así para un niño no es bueno —dice de forma atropellada, me encuentro brevemente con la mirada de Víctor y este parece muy sorprendido.

—Hay otra noticia —papá vuelve a hablar y todos le miramos —Aylin no solo va a vivir en esta casa, también va a trabajar en la empresa —lo miro y una vez más recuerdo lo que me dijo sobre su enfermedad, nada de esto me hace feliz —trabajará en el puesto que tenía antes y junto con ella estoy seguro de que la empresa crecerá —me mira orgulloso.




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