Víctor
Detengo el auto frente a la casa de mi padre y suspiro, odio la idea de entrar ahí, pero si tiene que saberlo por alguien es por mí porque si por alguna razón se entera por las noticias sé que tendré problemas. Al bajar del auto a quien primero veo es a mi hermana, ella siempre tan bonita está arreglando el jardín, ni siquiera descansa cuando ahora está por dar a luz y tiene una panza enorme, no sé cómo alguien puede aguantar eso y la imagen de Aylin embarazada viene a mi mente, sin poder evitarlo sonrío, me hubiera gustado verla así, niego con la cabeza queriendo borrar ese pensamiento, pero lo hago demasiado tarde.
—Debes estar muy enamorado cuando sonríes solo —comenta ella con su enorme y preciosa sonrisa, solo beso su mejilla.
—¿Papá está en casa? —asiente con lentitud
—Se pondrá feliz de verte —ruedo los ojos y ella ríe por su comentario, ambos sabemos que no, mi hermana se queja de dolor y coloca rápida mi mano en su vientre. —¿Lo sientes? —sonrío sintiendo como el bebé se mueve.
—¿Duele? —la miro —cuando se mueve mucho —ella asiente
—Sí, un poco —me quedo como bobo mirando su panza preguntándome si Elizabeth se movía bastante —Hermano —la miro cuando me habla —no me digas que Aby está
—¿Qué? —río —no Siena, para nada —rápido retiro mi mano. —por Dios —bufo
—Dime algo —ella lleva una de sus manos a mi rostro —hermano, ¿amas a Aby? —sigo mirando sus ojos —tienes planes para casarte con esa chica y un matrimonio no es algo de un día —acaricia mi rostro con cariño —si no la amas no deberías casarte, no tienes que
—Siena —tomo su mano —hablas así porque papá no está arriba de ti, tú ya estás casada y le darás un nieto, lo mismo pasa con Fred —hablo refiriéndome a mi hermano, ella sonríe.
—Pero me casé por amor Víctor —sonríe —sabes eso —suspiro —hermano, te conozco y no pareces feliz con Aby.
—Papá va a desheredarme si
—Ya tienes dinero, has invertido este, no necesitas de papá —ella bufa —además —sonríe —yo voy a heredar y no me importa tener que compartir mi herencia contigo hermanito —sonrío al escucharla sabiendo que no tengo la misma suerte que Aylin, yo tengo a los mejores hermanos que existen y abrazo a Siena con cariño.
—Hablaré con papá y por cierto, este mes no voy a casarme —cuando la miro está sonriendo —te amo —beso su frente.
—Aún no me dices por qué razón sonreías y por qué me preguntaste si mi bebé se movía mucho —bufo con su curiosidad.
—Pronto sabrás —camino hacia la casa
—No, Víctor —me regaña aunque soy mayor —¡por Dios odio los secretos! —chilla y solo río antes de entrar a la casa.
Camino por la casa en busca de mi padre aunque no le encuentro en su despacho, así que solo queda un lugar al que ir, la cocina y al llegar ahí escucho las risas, voy despacio hasta que entonces los veo, mamá cocina y claro, cuando ella lo hace papá está a su lado.
—¿Habrá algo para mí? —cuestiono, mamá sonríe al verme y viene hacia mí, en cambio, papá bufa
—Depende si traes la invitación a tu boda
—¡Gerard! —chilla mi madre mientras me abraza, papá solo bufa sentándose y ella besa mi mejilla. —Tienes que quedarte a cenar, lo que no entiendo es por qué has venido solo —dice mirándome con ternura y sonrío.
—Aby está aún en la empresa
—¿Y tú qué? —papá me ataca una vez más —¿acaso solo inviertes y no vas a trabajar en esta? —tomo asiento
—Sí, si iré, me encargaré de la economía de —él se echa a reír sin dejarme acabar
—Es claro que el padre de Aby no te conoce —sigue riendo —esa empresa está en quiebra y contigo ahí no va a levantar —aprieto mis dientes —es más, estoy seguro de que vas a perder el dinero que te di y no te daré más —deja claro mirando mis ojos.
—Y no te pediré más dinero, papá.
—Entonces qué haces aquí —mamá lo mira
—Gerard, es nuestro hijo —él la mira —y ha venido a verme y no se irá sin comer.
—Tú lo has criado así —la señala —por eso siempre ha sido un bueno para nada, ahora dime una fecha para la boda, dijiste que sería este mes —me mira y sé que a eso vine, pero ahora mirando sus ojos siento miedo.
—No me casaré este mes papá —su mandíbula se tensa
—¿El que viene entonces? —siento como mi corazón se acelera
—Aún no lo sé—el golpe seco que da en la mesa me calla.
—Una vez más seré portada de revista —maldice —¡no puedes romper ese compromiso Víctor! —grita enojado mirándome
—¡No puedes obligarle a casarse papá! —escucho la voz de mi hermana que acaba de entrar —si no ama a Aby
—Tú cállate muchacha —me pongo de pie cuando la señala
—A ella no vas a gritarle —digo estando frente a él, quedando a su misma altura y papá sonríe molesto.
—Si rompes ese compromiso no vas a heredar nada Víctor y no te querré en esta casa
—Es mi hijo también —mamá sale en mi defensa —y si él no puede entrar a esta casa entonces yo me iré —los ojos de mi padre se abren en demasía cuando la escucha.
—Perfecto —él se aleja unos pasos de mí —todos están en mi contra —ríe y mira mis ojos —tu madre te crió así y tu hermana siempre ha estado de tu lado, pero recuerda Víctor —me señala —soy quien tiene el dinero en esta casa y además, puedo hacer que cada negocio que hagas termine mal, puedo hacer cenizas la maldita empresa en la que has invertido —sonríe y sé que si puede —o te casas o te quedas sin nada —él sale de la cocina y mi madre va detrás de él, mi hermana toma mi brazo y toca este con cariño.
—Sabes como es, pero te quiere —dice mirándome —acabará aceptándolo Víctor aunque no entiendo por qué no vas a casarte este mes —suspiro.
—Aún no sé que hacer hermana —paso las manos por mi rostro.
—Haz lo que quieras —la miro —no dejes que papá mande en tu vida Víctor, toma tus propias decisiones y deja de tenerle miedo, sé que puedes conseguir mucho en esta vida hermano —sus manos van a mi rostro —yo confío en ti y sé que saldrás adelante sin la ayuda de papá —sonrío un poco.