Corazón En Guerra

*Tres*

La Boda

—¿Ya ve? Hemos llegado sanos y salvos a nuestro destino —dice Peter, cuando para el auto.

—Muchas Gracias, Peter.

Sale y viene a abrirme la puerta, tomo su mano y me ayuda a salir del auto. Mi hermano ya me estaba esperando en la entrada alternativa, pues la entrada a la casa o mansión es otra. Me acerco a él, que me mira casi cómo si estuviera loca.

—¿Acaso quieres opacar a la novia? —pregunta bastante furioso y trata de mantener compostura cuando nota que hay más personas.

—Eso no es mi problema, no había código de vestimenta —digo lo más tranquila y extrañada de que me diga algo así—. Además es una boda de otoño, si hubiese sido de verano, vengo en bikini.

—Estas loca, no me agrada esa amiga tuya, Tanya —¿a qué viene esto?

—Pues es MI amiga, no es para que te guste.

—¿Trajiste los anillos? —pregunta molesto.

—Aquí los tienes —le paso la cajita al igual que él molesta, este solo niega con la cabeza y me deja sola.

Avanzo y hay dos chicas recibiendo las invitaciones y también guardando los abrigos. Las saludo con una sonrisa y ellas halaban mi maquillaje, obvio aprovecho la oportunidad y les doy mi información de donde trabajo y así, no se desperdician los prospectos a clientes.

—Que tengas una linda noche —dicen ambas y yo sigo avanzando.

Hay una muralla de globos rosas pálidos y azules, hay dos chicos tomando fotos.

—¿Puedes mirar a la cámara?

Los globos tienen los nombres de quienes se casarán y también la fecha, lindos recuerdos. Miro a la cámara y me hacen algunas fotos, les agradezco y continúo hasta el jardín trasero, hay una piscina enorme, creo que la fiesta se hará alrededor de ella, hay dos barras, una cercana a la piscina y otra en lo que parece ser una terraza. Hay escaleras que de seguro serán por donde la novia va a salir, hay un pasillo alfombrado y casi unas cien sillas o más, hay un increible marco de madera muy bien decorado, que de seguro es donde se van a casar. La decoración es sutil, pero tiene demasiada iluminación por unas pequeñas lamparillas de corazones, azules y rosas.

Voy al bar de la terraza, ya han llegado bastantes personas y muchos de ellos miran mi cabello, es que aquí al parecer nadie ha visto a una chica con el cabello rosado pastel, por suerte no tengo el cabello fucsia brillante. Pido un martini y de inmediato me lo entregan, esperamos alrededor de treinta minutos hasta que llegan los padrinos de boda, incluido mi hermano. Luego viene Usher, se ve muy apuesto con ese traje azul marino, ahora entiendo toda la decoración.

Saluda a todos y luego vienen hacia mí, conozco a todos los chicos desde que mi hermano se fue a esa casa de influencers. Todos me saludan de un beso en la mejilla.

—Pero qué guapa estás —dice uno de los chicos, me encanta el moreno de su piel.

—Muchas gracias —musito sonriendo.

—Te ves divina, ya decía yo que mi hermana sorprendería.

No entiendo qué motivo tiene el destino que me odia tanto, es que ni siquiera sé cómo disimular la decepción de que Usher me diga “hermana” cada que puede. Los padrinos piden un trago y Usher los mira mal, de seguro les pidió que se comporten y estos ya están compartiendo.

—¿Qué pediste? —pregunta mi hermano con una seriedad sorprendente.

—Martini —digo enseñando mi trago.

—Hola, ya va a empezar —dice una señora, que supongo es la madre de la novia.

Usher se va con ella, mientras que los chicos terminan su trago, me vuelvo para pedir otro trago y escucho a Simon.

—Harper. Lindo trasero, está más grande —mi rostro se torna rojo de vergüenza y Usher le pega un manotazo en la cabeza, pero ellos siguen riendo.

Los chicos se van a sus lugares y yo camino hasta la parte alta de la escalera por la cual va a bajar la novia, nuevamente no tuve el valor para decirle a Usher lo que realmente siento por él. Me cruzo de brazos para darme el calor que se ha ido de mi cuerpo.

La música comienza a sonar y veo a Collin salir envuelta en un vestido corte sirena de tela crepe, con escote en V, manga larga, espalda pronunciada y vivo de pedrería en la falda. Un vestido bastante elegante, lleva el cabello recogido en un rodete bajo, las chicas hicieron maravillas con el maquillaje. Antes que ella, pasan sus damas, todas con el mismo vestido de color crema.

Pasan y cuando se toman de la mano con Usher, es cuando decido que al menos no quiero ver ni escuchar nada de lo que sea la ceremonía, suficiente he tenido. Retrocedo y cuando doy media vuelta es que choco con alguien, y lo sé porque las paredes no llevan perfume, que yo sepa.

—Lo siento —murmuro, retrocedo un paso y quedo frente a él.

—Descuida, tampoco venía muy pendiente de por dónde iba —su voz en muy ronca y casi que rasposa.

Si hay algo que me gusta más que su voz, son sus pestañas, es que son infinitas y aunque no son rizadas, le dan un aspecto que no lo sé, pareciera que se acaba de levantar de una siesta. Tiene los ojos de un color marrón hermoso, ese marrón rojizo, de verdad que me gustan sus ojos. Otra cosa que me gusta es su cabello, lo tiene en corte mediano/corto peinado hacia atrás y ademas tiene tipo ondas muy lindas, es de color castaño claro.

—¿Vienes por el novio o la novia? —pregunta aquel que está en un traje negro y con la camisa abierta.

Es más alto que yo por unos diez centímetros, creo. Tiene un porte bastante imponente, no sé si eso me asusta o me gusta. Mantiene las manos en los bolsillos de su pantalón.

—Por el novio —musito sonriendo.

—¿No estás con los demás invitados? —señala las sillas.

—Bueno, tú tampoco estás con ellos —asiente a mi afirmación—. ¿Novio o Novia?

—Más bien estoy aquí porque la boda vino a mí —frunzo los labios confundida y de igual manera el ceño porque no entiendo—. Vivo aquí, soy Scott Turner.




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