Corazón En Guerra

*Ocho*

TU NOMBRE

Termino de ponerme mi jeans negro, me pongo una camiseta negra bastante simple pero es muy buena para mantenerme abrigada durante todo el día. Me pongo mis zapatillas blancas y busco alguna chaqueta que llevar hoy, me decido por una que es de jeans y en color blanco. Busco mi cartera y bajo las escaleras ya lista para ir a adoptar una mascota, pues hoy tengo tiempo libre por la mañana, ya que tenía que ir a maquillar para un evento, pero lo cancelaron, entonces sólo iré a trabajar por la tarde, además Leticia no quería que su hija se sintiera incómoda conmigo.

—Hola —saludo llegando a la cocina.

—Hola —musita Lily y su pequeño ya está comiendo.

—¿Cómo durmieron? ¿Todo bien?

—De maravilla, de verdad, muchas gracias.

—No es nada, Leticia es cómo una madre para mí en este último tiempo —me sirvo café y ella me sirve unas tostadas—. Muchas gracias.

—Mami dijo que eres un ángel —dice el pequeño, habla muy bien.

—No lo creo, pequeño, me faltan las alas —él se ríe y me hace sonreír con sinceridad—. Yo voy a salir ahora, pero vuelvo luego.

—¿No tienes que trabajar?

—Sí, pero sólo por la tarde —explico relajada.

Termino de desayunar y me voy a lavar los dientes, luego me aplico el labial. Ya lista y con el retoque de mi maquillaje, tomo mi cartera y salgo de la casa camino a la perrera de la ciudad, soy consciente de que ahí llegan gatitos todo el tiempo. El camino es largo, pero tiene una gran recompensa.

—Hola ¿Buscas alguna mascota en específico?

—Quisiera adoptar algún gatito.

—Justo ayer me trajeron algunos gatitos, tres ya fueron adoptados y el más pequeño quedó —me señala la chica—. ¿lo quieres ver?

—Por favor.

—Ven conmigo —señala una puerta que tiene una placa de gatitos—. Son pocos los que quedan, obviamente algunos ya están viejitos y nadie los quiere, pero aquí los cuidamos bien. Por lo general cuando los gatos son grandes, siempre vuelven a la misma casa de siempre o se pierden tratando de escapar.

—Eso me dijeron, por eso quiero un gatito pequeño.

—Aquí está, es macho.

Abre la rejita y estira la mano para tomarlo, el pequeño es de color gris, pero tiene algunas franjas en sus piernitas y en la cabecita, además de la cola. Es de pelaje corto y sus bigotitos son muy adorables. Sus ojitos son verdes y maulla despacito, casi inaudible. Le acaricio la cabecita y este se acerca para que lo acaricie más.

—Sus dueños los trajeron, al parecer su gata parió y ellos no los querían. Ya tienen sus vacunas y está desparasitado —dice sonriendo.

—Me lo llevo —tomo al pequeño y ella sonríe.

—Entonces prepararé el carnet.

La sigo mientras que el gatito sube hasta mi hombro y me da pequeñas cabezadas. Ya en la mesada, entonces, ella rellena un formulario y también su registro veterinario, me lo entrega y yo compro una de esas cajitas para poder transportarlo, además de una camita y un collar. 

Me lo llevo y camino hasta mi casa completamente satisfecha por lo que acabo de hacer, amo a mi nueva mascota peluda. Al llegar a casa, mis invitados no están, pero hay una nota en la mesada, fue a denunciar a su novio. Saco a mi gato que aún no tiene nombre y lo dejo que recorra el lugar. Por suerte compré un arenero y algo de arena, también. 

—Oye, mira, aquí debes hacer tu popó y pipí —él me mira cómo si yo estuviera loca, ojalá me entienda.

Llega la hora donde debo ir a trabajar y Lily aún no llega, pero le dejo una nota y ella ya tiene una llave. Dejo a mi bebé en su camita y me voy mientras que él se queda maullando, ojalá para cuando llegue, no haya un desastre en mi casa. Camino a mi trabajo, no llega nadie más que Scott a bailar en mi cabeza, creo que así llamaré a mi gato, es que sólo pienso en él y no entiendo la razón, lo odio.

—Sauvage —murmuro entrando al salón.

Saludo a todas, las chicas están trabajando. Me quito mi chaqueta y me pongo mi delantal, me informan que Leticia ha salido con su hija y su nieto, me quedo tranquila sabiendo que van juntas. 

—¿Qué piensan del nombre Sauvage para un gatito?

—Está lindo.

—¿Es por el perfume? —asiento—. Podría ser Dior.

—Es mucha responsabilidad para mi bebé —digo riendo y ellas hacen lo mismo.

Llega mi primer cliente y comienzo a trabajar, mientras tanto a cada persona que llega, le pregunto lo mismo. Necesito saber que opinan de ese nombre, a mi me encanta y tiene un muy buen significado. A media tarde llega mi jefa e informa que Lily ya está en casa con Victor, además me enseña una foto de su ex, pues tiene una orden de alejamiento y no puede merodear por mi casa.

—Ya es hora de irse —avisa la jefa cuando el turno está completo—. Buen trabajo, chicas. Nos vemos mañana, las que tienen eventos por favor avisar cuando lleguen a sus hogares.

Me pongo mi chaqueta y tomo mi cartera, me despido de todas y me voy caminando, la sensación térmica es muy baja, llevo mis manos a los bolsillos y me voy, aún no está oscuro el cielo, pero igual no hay la misma iluminación como cuando salía en el verano y en invierno es mucho peor. 

Paro en el semáforo y alguien se detiene tras de mí aunque hay bastante espacio, cambia de rojo a verde y comienzo a caminar más rápido que de costumbre, varias personas cambian rumbo normalmente, pero esta persona sigue caminando tras de mí, puede que yo sea un tanto neurótica, pero estoy segura que me están siguiendo. Tomo un camino distinto e incluso doy vuelta en la misma cuadra y este continúa tras de mí. 

Mi respiración se vuelve irregular, hay veces que me han seguido, pero cuando notan que yo los veo, entonces dejan de seguirme, pero este, no me puedo librar. Suena una bocina y reacciono mirando a mi alrededor, tal vez salté un semáforo, pero continúo en la vereda.

—Hola, Harper —esa voz.

Miro a mi lado, en la calle está Scott con la moto detenida.




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