Corazón En Guerra

*Treinta*

Visita Inesperada

—Estás lista —susurro y ella sonríe emocionada dando saltitos para luego abrazarme.

—Te amo, Harper. Y hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, siempre voy a estar contigo.

Quisiera llorar, pero si yo lloro ella igual y no quiero que su ánimo decaiga justo antes de que tenga su cita. Bajamos para estar pendientes y esperando a que Trevor pase por ella, aunque todavía falta.

—Por cierto, vendré a alojar acá porque me queda más cerca.

—Está bien. ¿Quieres que te espere?

—Y vemos una peli —asiente emocionada y yo no me quejo de pasar tiempo con mi mejor amiga.

Cuando el reloj marca las 20:00 nos comenzamos a poner nerviosas las dos, aunque más que nervios es ansiedad por la emoción y alegría. Sauvage solo nos mira de vez en cuando mientras que se lame sus manitos.

—Tu gato me está cuestionando.

Voy a responder cuando suena el timbre, deja salir un gritito y busca el abrigo y su bolso mientras que yo voy a abrir la puerta. Un Trevor muy bien peinado y con una barba corta y muy arreglada me sonríe provocando que el color de sus ojos casi ni se vea. 

—Vengo por Tanya —dice un tanto nervioso.

—Lo sé, ya viene. Por favor, cuida de ella que está un poco chiquita aún —deja salir una carcajada que me hace sonreír, aun así asiente afirmando y en eso Tanya me hace a un lado y yo río.

—Hola —saluda un tanto nerviosa, es adorable, ya quisiera yo algo así.

—Wow, estás bellísima.

—Gracias, tu no estás nada mal —responde ella viendo de la misma manera que Trevor la ve, embobados.

—¿Si se van o van a seguir aquí?

—Cierto —Trevor le insta a tomar su brazo y mi amiga con suerte evita suspirar—. ¿Nos vamos?

—Claro.

—Buenas noches, Harper.

—Pasenla bien —digo viéndoles alejarse.

Entro a mi casa y veo a mi gato ahora sentado en la escalera, lo tomo y voy hasta el sofá, debería preparar mi cena pero no se me antoja hacer nada. Enciendo la televisión y busco algo que ver, como sugerencia está Cartas a Julieta y también Orgullo y prejuicio, no se por cual decidir.

—¿Tú qué dices, Sauvage? —mi gato maulla respondiendo a su nombre mientras se acomoda en mis piernas.

Al final me decido por Cartas a Julieta porque Orgullo y Prejuicio exige que tenga la mente en blanco para poder disfrutarla. Viendo la película reafirmo que Amanda Seyfried es muy guapa y muy buena actriz. Yo quisiera escribir una carta a Julieta, no lo sé, pero suena poético que recibas respuesta de aquella mujer que murió porque no podía vivir sin el amor de su vida. Yo ahora que lo pienso ¿Podría vivir sin Usher? ¿Daría mi vida sólo por no estar sin él?

Termino de ver la película y lo único que quiero es ir a mi cama, acurrucarme entre las sábanas y dormir, pero le prometí a Tanya que esperaría a su regreso, por ello reviso entre las series propuestas por Netflix y encuentro una que me llama la atención, es un drama coreano llamada “Aun así”.

Veo un capítulo y medio cuando el timbre suena, voy a abrir con cuidado y me encuentro a Tanya sonriendo mientras que Trevor desde la acera sonríe y agita la mano en despedida. Mi amiga entra tratando de verse controlada hasta que cierro la puerta y suelta un gritito que me hace reír feliz por ella.

—¿Cómo te fue?

—Muy bien, demasiado bien —admite dando brinquitos luego de quitarse las botas—. Juro que es el primero que puedo decir me ha cautivado y no solo por su físico.

—Me alegro por ti.

—¿Dormimos juntas? —asiento y mientras ella sube las escaleras corriendo, yo me dedico a apagar la televisión y las luces.

Obviamente cierro las puertas con seguro y activo las alarmas, cuando llego a mi habitación Tanya se está poniendo uno de mis pijamas y luego se acomoda entre mis sabanas, hace mucho que no dormimos juntas y siento que lo necesito.

—Es increíble lo que voy a decir, pero si quiero algo más con él —susurra cuando yo me estoy acostando a su lado.

—¿Tú? ¿Estás segura?

—Es que siento algo que antes no, es extraño y está esa ilusión.

Sonrío junto a ella mientras sus mejillas ya desmaquilladas lucen rojas, me abraza y parece una niña chiquita. Comienza a contarme cómo inició su cita y omite varias cosas para sí misma, pero en conclusión para ella fue una muy buena primera cita con Trevor.

—Creo que fácilmente me podría enamorar de Trevor —suspira y me siento para verla mejor.

—¿Qué? —sonríe ilusionada y se cubre el rostro con los brazos—. Recién lo estás conociendo, Tanya, no lo puedes amar de un momento a otro.

—Yo jamás he dicho que lo ame —puntualiza y se acuesta de costado para verme a la cara—. Te estoy diciendo que me puede enamorar sin esfuerzo alguno.

—¿Cúal es la diferencia de ello?

—Enamorarse es esa sensación de ansiedad por verlo, ese latir desenfrenado de tu corazón, esas cosquillas en la panza cada que lo tienes cerca, pensar en él a cada minuto y hacerte soñar, hablar y follar con la misma intensidad y pasión, saber que quieres todo y más con él —realmente es algo que reflexionar—. Amar es mucho más, amar es que sabes que no puedes vivir sin él, lo amas porque ya es parte de tí, como familia.

—¿De donde sacaste eso?

—Es obvio —puntualiza y ahora se acuesta de manera que ve el cielo de la habitación y yo la imito—. Sinceramente, yo prefiero mil veces estar enamorada a simplemente amar. Y que la persona a la que amas y de la cual te sientes enamorada te enamore todos los días, eso vale oro y por eso la amas mucho más, creces con él así como crece el amor entre ustedes.

—¿Desde cuando tan sabia?

—Desde siempre —suspira y me ve—. Busca quien te enamore, porque es más emocionante y aunque ya sepas que lo amas, vas a seguir queriendo enamorarte. Es la emoción del sentir.

Chilla y se acomoda en la cama para verme directo a los ojos, me sorprende que esté actuando así. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.