Corazón En Guerra

*Treinta y Seis*

Indirecta

Sonrío esperando a que detenga la moto, cuando lo hace baja para dejarme el espacio suficiente por mi comodidad al bajar, al hacerlo rápidamente me acomodo el vestido y luego le entrego el casco.

—Muchas gracias —susurro sonriendo con nerviosismo.

—¿Harper? —me giro hacia la entrada de mi casa y veo a Usher en la entrada con los brazos cruzados.

—¿Qué haces acá?

—Te vine a ver ¿Que no es obvio? ¿Dónde estabas?

—En un cumpleaños.

—Yo me tengo que ir —dice Scott a mi lado y asiento con nerviosismo, literalmente estoy entre los dos que me vuelven loca.

—Sí, muchas gracias por traerme —asiente y nos quedamos mirando sin saber cómo despedirnos.

—Hablame si necesitas cualquier cosa, te voy a escuchar —dice en mi oído mientras que me abraza.

—Gracias, Soldado.

—Estoy a su servicio, Princesa —me guiña un ojo mientras se monta en su vehículo.

Sonrío y no veo cuando se aleja porque me encuentro caminando a enfrentar a Usher, quien me ve con el ceño fruncido claramente molesto y se gira al interior de mi casa sin siquiera esperar por mi llegada. Entro y me quito el abrigo yendo en dirección a la cocina, dejo mis cosas sobre el sofá y me lo encuentro haciendo un berrinche tal niño pequeño.

—¿Por qué no sabía dónde estabas? —reclama y yo frunzo el ceño confundida e incluso ofendida—. Además, no contestas las llamadas y llegas a casa con Scott Turner.

—Te llamé todo el día luego de que ayer me abandonaras por ir corriendo tras mi hermano dejándome sola —digo tratando de permanecer calmada—. Por la tarde la única persona que vino a verme fue mi mejor amiga y al verme destruida me invitó al cumpleaños de su novio sólo para subirme el animo.

—Claro, siempre Tanya —acusa y me peino buscando paciencia para no gritarle que se largue de mi casa—. No entiendo cómo puedes ser amiga de alguien que lo único que hace es influenciarte. Además todos sabemos que ella al igual que quien era mi mejor amigo prefiere verte con ese idiota en el que confiaste mas que nosotros. De seguro su intención siempre fue que vieras al idiota ese.

—Es mi mejor amiga te guste o no —ya perdí la paciencia y tampoco puede venir y juzgar a quien me ha visto llorar por él—. Con respecto a Scott, era obvio que estaría en el cumpleaños porque su mejor amigo es el novio de Tanya, y se ofreció a traerme porque se enteró que me vendría caminando, por eso me hizo el favor que agradezco. Por otro lado, ni siquiera debería estar dándote explicaciones porque tu me diste la espalda primero.

—Siempre con eso, siempre discutiendo quien hace primero que —me sigue hasta la sala donde busco a mi mascota, no lo he visto y necesito a mi gato—. Con tus prioridades que ni tú respetas.

—¿A no? ¿Acaso no me ves llorar? ¿No llegas a ponerte en mi lugar? —grito ya fastidiada, cansada de todo y vuelvo a llorar luego de la mejor tarde noche que había tenido.

—Pero es un bache en el camino nada más, deberías haberme esperado —dice besando mi frente consolándome con un abrazo, su calor traspasa mi cuerpo y me insta a seguir llorando ¿Por qué no puede ser todo normal?

—Es que no te voy a esperar toda la vida —suspiro rindiéndose o esperando escuchar que hay motivos para luchar, porque siento que el amor que yo le tengo no es el mismo que él siente por mi—. Menos si llegas y me dejas cada que no sabes poner el pecho a las balas, Usher.

—Harper, por favor —besa mi frente y busca mi mirada—. ¿Cómo siquiera puedes llegar a pensar algo así? Eres lo más importante en mi vida, pero…

—Es que si soy lo más importante no debería de haber un pero, Usher —me alejo y me siento en el sofá porque mis piernas tiemblan de nerviosismo—. Doy todo por ti, y me tengo que conformar con lo más mínimo de tu tiempo e incluso de tu cariño porque estás casado. 

—Pero ya conoces todos los términos y condiciones, es difícil —niego con una sonrisa recordando cada palabra de Tanya que ahora puedo entender.

—Amar no debería ser difícil, Usher —sollozo y cierro los ojos para calmar mi desesperación.

—Pero es que se hace difícil y no sé lidiar con algo así, no quiero ser egoísta, pero es que si sé que no te tengo por completo me da miedo que Scott venga y te enamore porque lo conozco y sé cómo es —niego porque él no lo conoce como yo y es ilógico que desconfie de mi.

—No deberías desconfiar, porque sé lo que siento por ti y siempre  te lo digo —explico mirando sus ojos—. ¿Sabes qué es lo peor? Que hasta Scott comprende mucho mejor que tú todo esto cuando ni siquiera él está involucrado.

—¿A qué te refieres? —frunce el ceño y aclaro la garganta antes de confesar.

—Scott Turner sabe de nuestra relación y a pesar de que estás engañando a su hermana, decide que merezco ser feliz y él no interfiere porque cuida nuestros corazones mucho mejor que tú.

—No lo puedo creer  —se agobia y me suelta dando vueltas frente a mi—. ¿Acaso te gusta? ¿Por eso pones todas estas excusas tontas?

—Dios, es que ni siquiera llegas a aceptar que haces algo mal, siempre culpas a otros.

—¿Sabes qué? —toma su chamarra y noto su intención de marcharse, por eso lo sigo a la puerta aunque no lo voy a detener—. No puedo hablar así contigo, lloras por todo y no aclaramos nada. Por cierto, mañana es mi primer mes de aniversario de matrimonio y no vendré por obvias razones.

—Lo veía venir —me queda viendo casi con lástima por dejarme aquí llorando, pero debería haberlo pensado antes que ahora ya no me sirve. 

Me abrazo con tal de que no se acerque, luego de unos minutos abre la puerta y se marcha, con eso rompo en sollozos y busco a Sauvage.

—Sauvage —recorro toda la casa, buscando, pero no lo encuentro por ningún lado.

En eso llego a mi sala de estar y mi celular está sonando, se trata de Tanya, trago el nudo en mi garganta, aclaro mi voz y contesto. Me siento en el sofá y veo a mi gato salir desde uno de los cajones del mueble frente a mi.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.