No Me Dejes
—Harper —me oculto bajo las sábanas, incluso cubriendo mi cabeza—. ¿Harper?
—Princesa, despierta.
—¿Qué haces aquí, soldado?
—¿Por qué le respondes a él y no a mi?
“Porque con él tuve sueños húmedos” dice mi subconsciente y al parecer Sauvage igual se entera de la presencia del soldado, pues sale de entre mis brazos pasando por sobre mi cuello y posteriormente mi cabeza, para salir de mi cueva.
—Porque es extraño que esté en mi habitación —señalo con obviedad.
—¿No habías venido aquí? —le pregunta a Scott, obviamente—. ¿Te levantas ahora o quieres que Tanya se lancé sobre tí. ¿Por qué el gato te quiere más a ti que a mí?
Salgo de debajo de las sabanas y me siento en la cama, los identifico luego de acostumbrarme a la luz del ambiente. Mi hermano está recostado en mi sofá mientras que Scott está sentado en mi cama con mi gato entre sus brazos. Miro a ambos chicos y friego mis ojos sin entender su presencia.
—¿Tu no estabas molesto conmigo? —cuestiono a mi hermano mientras me levanto para ir al baño.
—Sí, pero eres mi hermana y dijiste, “aunque te equivoques eres mi hermano” pues corre lo mismo de mi parte —blanqueo los ojos y cierro la puerta.
Me tomo mi tiempo y luego al salir los encuentro a ambos recostados sobre mi cama, Sauvage duerme sobre el pecho del soldado, maldito gato suertudo. Los observo, no sé qué pretenden y aunque me ven no dicen absolutamente nada.
—¿Me van a decir que hacen aquí?
—Vamos a intentar dar una vuelta en auto y dijiste que con Scott no te pasaba nada así que lo invité.
—¿De verdad?
—Eres mi hermana, Harper, necesito tener la garantía de que estarás bien —dice mientras toma mi celular.
—Me voy a vestir.
—¿Sin darte un baño? Hueles terrible, Harper London —escucho a Tanya y me volteo para encontrarla en las escaleras junto con Lety.
—Estúpida —gruño y voy a mi closet.
Busco algo de ropa porque si Scott está en mi habitación obviamente no voy a salir desnuda como siempre hago. No tardo demasiado en ducharme, tampoco le doy importancia a la humedad entre mis piernas, si un sueño me dejó así. Me visto en el baño, un jeans azul claro, una camiseta azul rey y sobre ella un suéter tejido oversize del mismo color, salgo en busca de unas zapatillas. Hay cuatro personas recostadas en mi cama y charlando con la mayor tranquilidad del mundo.
—¿Ninguno piensa preparar el desayuno? —cuestiono calzándome unas zapas blancas con plataforma para no sentirme tan pequeña.
—No —dicen todos al mismo tiempo.
—Entonces no hay desayuno para nadie —me peino sin prestarles atención y no me maquillo porque los domingos generalmente no lo hago, aunque si me hago mi tratamiento de skin care.
Me dispongo a bajar sin hacer mi cama porque hay demasiados animales sobre ella. Me muerdo mi labio y voy hacia la cocina, abro los ojos sin poder creer lo que contemplo, hay un desayuno espectacular para todos los que habemos aquí.
—Preparé el desayuno antes de ir a tu habitación, Princesa.
Me sobresalto al sentirlo y escucharlo a mis espaldas, giro para encararlo y sonrío encantada. Tras él vienen mi hermano discutiendo con Tanya y Lety sólo sonríe divertida por la situación, Scott vuelve a adueñarse de mi cocina y nos sirve a todos las delicias que nos ha preparado.
—¿Estás lista? —pregunta Lety viéndome con orgullo y admiración, emocionada por lo que estamos a punto de hacer.
—Eso creo —admito que me siento un poco nerviosa.
—Descuida, Scott dijo que tomaría tu mano —Tanya le resta importancia y yo volteo a ver al mencionado, quien sonríe y me guiña un ojo ¿Cómo es posible que con solo eso ya tiemble completa y las mariposas bailen cha cha chá en mi estómago? inclusive me provoca un leve aumento en la velocidad de los latidos de mi corazón.
—Además, soy buen conductor —mi hermano se encoge de hombros y guiña para despreocuparme.
—Y nosotras iremos de pasajeros para que tengas más apoyo —asiento y realmente les agradezco esto que hacen por mi.
Tomamos desayuno todos juntos y bromeamos un poco antes de decidirnos a que ya es momento de salir, miro a Scott mientras que me ayuda ordenando la vajilla utilizada y que ya he lavado y secado. Mi hermano ha ido por nuestros documentos, Tanya y Lety discuten en que auto deberíamos ir, no sé qué hice para merecer a estas personas, pero le agradezco a mis padres que me hayan hecho llegar a semejantes humanos a mi vida.
—Todo estará bien —dice Scott a mi lado, lo veo a los ojos y asiento decidida.
Todos nos abrigamos porque si bien no hay nubes cubriendo el cielo, la temperatura si está muy baja. Salimos de casa y rápidamente tomo la mano de Scott, quien no se sorprende y sólo entrelaza sus dedos con los míos. Mi hermano corre a la camioneta del soldado y sube en esta para luego esperar a que nosotros hagamos lo mismo y poder encender el vehículo.
—¿Estás bien?
—No me preguntes qué o si no me voy a cuestionar —susurro y me giro a verlo, sus ojos hacen contacto con los míos dándome seguridad.
—Iré tras de ti, si quieres mi mano sólo dime ¿Sí? Igual siempre estaré atento a ti —lo abrazo y presiono mi frente en su hombro respirando su aroma mientras sus manos masajean mi espalda.
—Estoy lista —suspiro alejándome y este asiente.
Ya todos están montados en la camioneta, sólo faltamos nosotros. Subo y me ubico en el asiento del copiloto, me cruzo el cinturón de seguridad y espero tomo la mano de mi hermano antes de que este encienda el vehículo, luego estiro mi mano y siento la de Scott tocar la mía, me tranquiliza saber que si podré tomar su mano con facilidad.
—Vamos —aviso y todos suspiran.
—Será una vuelta pequeña —asegura mi hermano.
Enciende la camioneta y me concentro en lo que haremos, tengo que hacer esto, no nos pasará nada, todo es perfecto y quienes me acompañan esperan resultados. Tengo que poder, además ya di el primer paso hace mucho, sólo que el peso de la esperanza de Alex cae sobre mi.