Corazón En Guerra

*Epílogo*

¿Quieres ser mi Novio?

Despierto y veo a mi mejor amiga a mi lado, anoche tuvo una discusión con Trevor y se vino a dormir conmigo. Sauvage como el gato demoníaco que es ahora, me mira desde la mesita de noche queriendo decir “Maldita humana, apaga ese sonido que no me deja dormir”. Muerdo mi labio y apago la alarma, rápidamente me levanto y corro al baño encendiendo a mi Alexa porque hoy es un día especial y hay que comenzarlo con música.

Maldición, hace un año que no lo veo, hace una semana que no hablo con él y no tuvimos la mejor última llamada porque me dijo “Tampoco te pido nada, sólo quiero que seas feliz y si no es conmigo no me molesto”, ¿Que clase de iidiota dice algo así cuando te dicen “Te estoy esperando”? Además cada llamada que teníamos y me preguntaba si estaba intentando algo con alguien me tenía que inventar citas porque sentía que él necesitaba que le confirmara que seguía con mi vida, ese consejo se lo seguí a Tanya y para mi creo que no era necesario, simplemente le podía decir la verdad.

Me ducho y al salir del baño me encuentro con que Tanya ya se ha despertado y juega con mi gato, el cual ha crecido demasiado y cada vez está más gordo, el veterinario me ha dicho que mi gato es muy sedentario, pero es que no sé qué hacer para que se mueva, ahora me odia o sólo me ignora. Mi amiga me ve y frunce el ceño sin entender mi buen humor.

—¿Qué te pasa?

—Hoy llega Scott —chillo emocionada.

O sea, el soldado no me dijo nada cuando hablamos por última vez, quien me avisó fue su padre que fue a mi lugar de trabajo sólo para decirme aquello. Me visto viendo a Tanya que sigue sorprendida por lo que le acabo de decir, seguro ella no sabía y tal vez Trevor mucho menos. Me termino de vestir, hoy hace demasiado frío por lo que voy con el jeans más abrigador que tenga, un body de manga larga, una camiseta, un suéter y sobre eso llevaré mi chamarra especial para cuando viajo en moto. Antes de maquillarme me peino, por el casco me haré dos trenzas revertidas, ahora he vuelto a mi color natural, un castaño muy oscuro casi negro. Me maquillo lo más simple porque con el casco me arruino la mayoría y quiero verme bien.

—Estás muy emocionada.

—Con lo que he planeado, obvio.

—¿Y si no sale todo cómo esperas?

—Pues, estaré bien, pero al menos no me quedaré sin intentarlo —admito que me he cuestionado sobre si nada sale bien, si me rechaza, pero fiel a la charla con Adele, me voy a atrever para que luego no sea tarde y suficiente lo esperé. 

Vamos juntas a tomar desayuno, en eso le marco al Senador Turner porque tengo que saber a qué hora llegará el vuelo, esa es la única información que me falta. Quien me contesta es la recién divorciada Collin Turner.

—Hola, linda.

Harper, papá está ocupado discutiendo con mamá —dice en un bostezo, seguro se ha de haber levantado recién.

—¿No dejan de discutir?

No —asegura y de fondo se escucha que discuten sobre algo de mi soldado—. ¿Tu sabes cúal es el platillo favorito de Scott?

—Risotto alla carbonara —digo recordando la vez que lo comentó y el día antes de marcharse lo preparamos juntos.

Papá, no podías estar más lejos de saber que le gusta a Scott —acusa la chica alzando la voz, se viene un interrogatorio.

Harper ¿Azul o Negro? —cuestiona mi futuro suegro, o eso espero.

—Siempre usa verde militar y negro, cualquiera de esos dos.

Gracias. ¿Dorado o plateado?

—Plateado ¿Algo más?

¿Cuánto sabes de Scott?

—No mucho, sólo lo básico. ¿A qué hora llega el avión?

A eso de medio día ya debería de estar aterrizando.

—Bien, ahí los llamo más tarde —cuelgo antes de que sigan preguntando.

Siento un nudo en el estómago y estoy demasiado feliz, nunca imaginé que estaría así solo por su llegada. Cuando suena el timbre tengo que ir a abrir yo porque Tanya no está ni a un metro de interesarse. Al abrir la puerta me encuentro con Trevor que trae un ramo de tulipanes rojos y unos chocolates, espero con eso pueda solucionar todo. Me saluda y le señalo la cocina mientras que yo voy a mi habitación, no quiero ser espectadora nuevamente.

Paso toda la mañana ordenando para poder botar un poco de energía, estoy demasiado exaltada y pensar me agota más que ordenar, así que esto último es mejor. Cuando suena la alarma para salir en dirección al aeropuerto le aviso a mi hermano, a Trevor y a Tanya que vayan a casa del senador porque se le hará una fiesta de bienvenida a Scott, curiosamente Trevor no sabía de la llegada de este y se encuentra un tanto molesto.

Por mi parte, al subir a la moto debo respirar profundamente tres veces antes de encenderla. El camino hacia el aeropuerto lo hago demás tranquila, es sólo cuando me detengo en los aparcamientos de este que algo comienza a picar mi estómago y el nerviosismo me vuelve loca. En la entrada tengo que esperar por la familia Turner, Collin es la primera en verme y corre a mi lado.

—Esto de un divorcio es agotador, nunca te cases si no estás segura.

—¿Dónde quedó la que aseguraba que casarse era increíble? —digo divertida caminando a su par.

—Es que casarse no está mal, pero cásate con quien de verdad sea el amor de tu vida, porque no vale casarse con quien sólo te haga perder el tiempo.

—Estás más reflexiva —deja salir una carcajada mientras que Meredith riñe a su esposo porque este le aprieta demasiado la mano.

Vamos donde se supone que Scott va a aparecer y me oculto entre los tres, no quiero que me vea de primeras, se supone que yo no sé de su llegada. Cuando lo veo aparecer me mezclo con las demás personas y veo la interacción con su familia, Collin es la primera en correr y abrazarlo entre llantos.

—Estás más guapo —dice secando sus lágrimas y dando saltitos.




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