Capítulo 1
Gillian
3 años después del accidente de Maxim
Estoy realmente agotada, tanto física como mentalmente, tengo dos turnos en coffee delights para poder pagar mis facturas a fin de mes y poder mantenerme, pero no sé si voy a aguantar una semana más, no por el trabajo, puede llegar a ser pesado, pero hay muchos factores para pensar si dejo mi trabajo, uno de ellos es por el hijo de mi jefe, Víctor, que en los últimos días se ha vuelto realmente pesado con el tema de salir una noche de fiesta y se perfectamente que para él una salida es como una invitación a tener sexo garantizado y no estoy interesada en eso. Suficiente tengo con trabajar todo el día, como para que después tenga que salir con chico que solo piensa en el sexo.
—Oye Gil ¿Puedes traer esos platos para el fregadero?
—Si Tim. — digo y le doy una sonrisa. Él es mi jefe desde hace ya un año y medio —. Oye... mmm ¿Crees que me puedas adelantar el pago de esta semana?— le digo un tanto nerviosa ya que esto es realmente vergonzoso porque no es la primera vez que le pido un pago por adelantado. Tim voltea y me mira con el ceño fruncido, aunque no se ve enojado, solo preocupado.
—Es martes apenas Gil ¿Todo bien?—
Realmente me agrada Tim, en lugar de enojarse por pedir el adelanto del pago se preocupa por mí, cuando mi abuela murió cuando tenía 16 años solo me quedaba Beth, mi mejor amiga y probablemente sea la única que tengo ya que no tengo mucho tiempo para socializar, pero ahora con Tim creo que tengo una persona más con quien de verdad puedo contar.
—Todo está bien solo que no quiero que se me atrasen los pagos de la renta y la luz. Y bueno, con el pago de otra semana compre despensa, así que practícame me quede sin dinero. — Lo dije con una sonrisa para que no se preocupe por mi situación.
—Está bien, solo déjame terminar con estos platos y vamos a la oficina antes de que termine el turno ¿Está bien?
—Sí, gracias. Enserio gracias Tim. — le digo con una sonrisa.
Estaba realmente contenta y aliviada de que Tim fuera tan bueno y comprensivo, así que voy a dar todo en la cafetería, en eso se escucha la puerta de entrada de la cafetería y salgo de la cocina pensando que es un cliente que pasa para ver si aún hay servicio, pero no es ningún cliente. Es Víctor, el hijo de Tim y mi mayor problema en este trabajo, no quiero decir que es un acosador pero si es un tipo insistente que no acepta un no por respuesta, si sigue así, tendré que tomar medidas drásticas.
—Hola mi bella Gil, ¿Cómo estás?— me sonríe con una sonrisa que he empezado a odiar.
—Bien Víctor, gracias por preguntar, ¿Le aviso a tu padre que estás aquí?
—Oh no mi querida, tu sabes que no lo vengo a verlo a él, ¿Verdad que lo sabes? Dime hermosa, después de que acabes aquí ¿Podemos ir por unos tragos o hacer algo más?
—No. — le contesté rápidamente y me di la vuelta para avisarle a Tim que su hijo estaba aquí, pero no hizo falta, ya que Tim viene saliendo de su oficina, que más bien es un pequeño cuarto, que antes funcionaba como bodega.
De seguro reconoció la voz de su hijo y por eso salió, él sabe cómo es Víctor y cómo se comporta últimamente.
—Hijo, hola, preguntaría que haces aquí pero ya lo escuché, ¿Gil quieres acompañarme por tu pago a la oficina?— Gracias Tim, pienso, realmente es un ángel.
—Si. — le contesto rápidamente.
—Bueno, viendo que no vas a salir conmigo, me voy, solo te digo que a esta hora se pone un muy buen ambiente, pero tú te lo pierdes, adiós nena—. Realmente no lo entiendo, siempre insiste y molesta con sus insinuaciones pero nunca ha intentado algo realmente grave, a veces siento que es su rutina nada más verme.
Sin pensar más en el molesto comportamiento de Víctor, sigo a Tim a su oficina por el pago, para poder ir a mi departamento y descansar un rato.
—Toma asiento, en lo que organizo esto. — me dice Tim, señalando la vieja silla de metal que hay aún lado de su escritorio.
—Gracias.
—También te quería pedir una disculpa por el comportamiento de mi hijo, sé que te incomoda, y voy a volver a hablar con él.
—No te preocupes, pero te agradecería que hablaras con él, ya van muchas veces que le digo que no quiero salir con él, y creo que no lo entiende.
— Descuida, hablare con él.
Diez minutos más tarde ya estoy fuera de la cafetería ayudando a Tim a cerrar todo bien antes de irnos.
—Bueno… terminamos hoy Gil, hasta mañana. — me dice mientras termina de cerrar el ultimo candado de la puerta.
—Sí. Adiós, hasta mañana… que descanses. — le dije con un adiós con la mano, mientras me dirigía a la parada de autobuses y el hacia su auto.
Estoy segura que si viviéramos por el mismo rumbo, me llevaría a mi departamento, pero vivimos en direcciones totalmente opuestas y no quiero causarle problemas.
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