Capítulo 5
Gillian
Ya eran pasadas de las 11:00, y aún no pasaba a ser la dicha entrevista, tuve que llamar a Tim para que no me espere hasta la tarde, lo bueno que el molesto de Víctor fue a la cafetería y se quedó para ayudarlo, esa es la razón por la que no me siento tan mal, aquí sentada, juro que ya no siento el trasero, cada vez es más difícil la espera para pasar y aparte tengo hambre no he comido nada ya que en la mañana Beth paso por mí y ya no me dio tiempo de comer nada.
Estoy tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando la mujer que estaba dentro salió y entro la otra, ya casi, me digo a mi misma, solo sale la que acaba de entrar y por fin es mi turno.
No quise irme a la mitad de las entrevistas, aunque sabía que tenía nulas posibilidades de quedarme con el trabajo, sentía que tenía que quedarme.
Mi abuela solía decirme que sin importar que pasara nunca me diera por rendida, así que aunque aquí solo hayan venido mujeres muy elegantes, tenía que dar mi lucha y más por Beth, que si me hubiera ido me hubiera atormentado por días o por semanas recriminándome por no haber hecho la entrevista.
Pasaron 10 minutos más cuando por fin.
—Gillian Morgan— el señor Philips me llama y torpemente me levantado a este punto no sé si es por qué tengo los pies adormecidos o por los nervios, pero aun así camino a la oficina.
Cuando entro veo con asombro el orden del lugar, creo que sería el paraíso para las personas que sufren de un TOC.
—Tome asiento señorita Morgan— me indica la silla que esta frente de él.
—Gracias— parece como si espera que dijera algo más —Pero prefiero que me diga Gillian o Gil, que es como todos me llaman—
—Bien “Gil”, tu puedes llamarme Arnold— le sonreí, eso era bueno ¿no?, Quizá tenga una pequeña oportunidad. – para empezar yo solo soy el mayordomo, realmente el que va tomar la decisión de a quien se contrata es mi jefe el señor Carter, yo solo soy el encargado de llenar las fichas técnicas de las aspirantes, así que empecemos— saca lo que párese una solicitud de empleo de su cajón y toma la pluma negra y me mira —Nombre completo—
—Gillian Morgan Cook—
—Tu edad—
—21 años— voltea verme con si le hubiera insultado
—Eres muy joven— yo solo asiento con la cabeza – Bien, ¿Lugar dónde vives actualmente?—
—Grove Hall, calle creston, en el edificio La ‘rose, número interior 26—
—Otra cosa que se me olvidó comentarte— era válido ya que por lo menos había estado ablando de lo mismo por dos horas —si llegas a ser seleccionada para el empleo tendrás que mudarte a el edificio, no a la planta principal que es el pent—house del señor Carter, sino a la plata que está debajo del pent—house , es la planta de empleados permanentes, en todo caso solo seríamos dos tu y yo, pero no hay de qué preocuparse el piso es lo suficientemente grande. ¿No hay problema?—
Lo miro, si quedo eso me ayudaría mucho ya que no pagaría alquiler y podría ahorrar más dinero…
—No, ningún problema de hecho sería mucho mejor para mí. —
—Continuemos entonces, ¿Qué experiencia tienes? o ¿Por qué crees que serías buena para el empleo?—
— La verdad no tengo experiencia trabajo en el área de cocina, pero me han dicho que cocino muy bien— pienso en las palabras de Beth —Estoy trabajando en una cafetería así que se podría decir que esas es toda la experiencia que tengo, mi abuela fue quien me enseñó lo que se y no sé que más decir—
—¿Por qué cree que sería buena para el trabajo—
—Prepararía la comida con amor y limpiaría muy bien — Dios no creo que haya dicho eso, dije lo primero que se me vino a la mente.
— Eso es interesante, la verdad lo que mi señor necesita es eso— lo mire sin entender que quiere decir y párese que se da cuenta —Él necesita amor— suspiró fuertemente – Bueno solo dame tu número de celular y con eso sería todo de mi parte—
Al salir de la oficina siento que no tarde nada, con las otras mujeres tardo mucho más, quizá está cansado o no hay nada que le interese a él de mí, tomo el ascensor más desanimada, ahora que lo pienso lo de pedir el número es una forma educada de decir “no gracias, no estamos interesados”, probablemente a las otras mujeres las citaron para una segunda prueba otro día.
Al salir del ascensor no veo a el hombre que estaba cuando llegue, probablemente se fue a comer, yo también tengo hambre, así que sin quedarme más tiempo voy directo a el coche de Beth para ir a la cafetería y empezar mi jornada de trabajo, ya más al rato le contaría lo poco que pasó hoy a Beth… y a Tim, sabía que esto no era para mi pero me siento decepcionada.
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