Corazón en Reparación

Capitulo 8 (Corregido)

Capítulo 8

Gillian

Una semana después de las entrevistas 


Oficialmente hoy es una semana de que fui a la entrevista y aún no han llamado, pero no es como si fuera una gran sorpresa, ya sabía que no podría obtener ese trabajo, no con la competencia que tenía.

Son mis pensamientos mientras limpio una mesa del  Coffe Delghts. Tendré que seguir trabajando aquí, y no es que sea malo, lo malo aparte de Víctor, es que me tengo que ajustar mucho a los gastos básicos que tengo. 

 

 

Maxim


— Señor Carter, perdón por molestar— me interrumpe Arnold y pierdo la concentración de la propuesta de inversión que estoy leyendo.

 – Pero ya ha pasado una semana desde las entrevistas y necesito con urgencia el nombre de la candidata seleccionada— 


Suspiró apartando la vista de los papeles que tengo en la mano, diablos, olvide ese estúpido asunto el mismo día que Arnold me trajo las solicitudes con los datos de las “candidatas”.
Abro el cajón de mi lado izquierdo que creo que es en dónde las guarde, rebuscando en los demás papeles, las encuentro y empiezo a revisarlas sin verlas en detalle realmente, mientras  siento la mirada atenta de Arnold, supongo que se debe estar preguntando “¿Qué no las reviso antes?“


— No Arnold, no las he revisado. — 
—  ¿Disculpe señor?—  
— Por si te preguntas que si no las he revisado las solicitudes, no,  de hecho es la primera vez que las veo. — 
— Yo no me estaba preguntando nada señor. — se pone serio y vuelve su postura firmé, me reiría de él, pero hace mucho que no hago eso, solo me limitó a negar con la cabeza y pongo de nuevo mi atención en las solicitudes. 


Paso hoja tras hoja hasta que llegó a la última, está casi vacía en el apartado de referencias, pero no me detengo por eso sí no por el nombre. 
“Gillian Morgan” 


Me están obligado a contratar a alguien para que me haga compañía, así que yo escogeré a quien, se ve que este chico, chico por qué apenas tiene 21 años, casi tiene la edad de mi hermana y eso ella es 3 años mayor,  se ve que no ha trabajado en muchos sitios pero, que sepa cocinar ya dice mucho de él, respecto a eso no soy tan exigente, bueno ya no más. 
Así que si voy a convivir con alguien prefiero hacerlo con un hombre aunque  no tenga experiencia, que con una mujer que solo se va a horrorizar conmigo, no es que este Gillian no lo vaya a ser pero será más tolerable. 


Ni mi madre me ve directo a la cara. 


— Este es el chico seleccionado – Le entrego la solicitud de Gillian. 
Se me queda mirando sin entender algo de lo que dije pero no pregunto 
— Solo ve y haz los arreglos que tengas que hacer— 
— Si señor —  Sale de mi oficina viendo la hoja que trae en las manos con mirada rara, creo que esperada que contratará a una súper cocinera. 

 


Gillian


Estoy terminando de lavar unos platos cuando mi teléfono suena, me seco rápido las manos y tomo mi celular de mi bolsillo, me sorprendió ver un número desconocido ya que por lo general solo recibo llamadas de Beth, Tim o mi casero. 
— Si, ¿quién es? ¿Cómo puedo ayudarle? — con toda cautela contesto ya que no se quién puede estar del otro lado de la línea. 
— Buenas tardes, habló con Gillian Morgan— Dios reconozco esa vos – Soy Arnold Philips, el mayordomo del señor Maxim Carter—  
O por dios quiero gritar, pero me contengo puede que no sea lo que estoy pensando. 
— Si, ella habla— mi respiración está entrecortada por la fuerte emoción que está creciendo dentro de mi 
— Le hablo para informarle que usted ha sido seleccionada para el puerto solicitado hace una semana— no digo nada, no lo puedo creer  
— Señorita sigue hay— 
— Oh, mmm si, si, solo que estoy un tanto nerviosa y emocionada no creí que me fueran a llamar y mucho menos a seleccionar. — 
— Si, por eso pido disculpas, pero mi señor no había tenido tiempo para ver la solicitud, es por eso que se demoró una semana— 
Ya había olvidado lo elegante de sus palabras, pero no me importa, tengo un nuevo empleo con un nuevo sueldo… 
— No hay problema, es solo que no creí que yo sería seleccionada ni nada por el estilo, pero ahora ¿Qué sigue?, ¿cuándo tengo que empezar? — 
— Si pudiera de inmediato sería perfecto, pero porque nos atrasamos en darle la información puede ser en tres días, ya con sus cosas para instalarse, hay algún problema o prefiere una semana, para poder solucionar su cosas— 
Realmente tenía cosas que hacer pero en tres días lo hago no necesito más tiempo, mientras más pronto mejor. 
— No, con tres días es más que suficiente— 
— Muy bien, entonces nos vemos en tres días señorita Morgan, en el mismo lugar— 
— Ok, bien gracias, adiós— 
Estoy tan emocionada, quiero gritar, pero de seguro asustaría a los clientes y a Tim. 


Es verdad, tengo que hablar con Tim, con mi casero y con Beth. Pero primero con Tim, se que sin mi la cafetería va superar su propias crisis financieras ya que si yo no estoy es muy probable que Víctor haga mi trabajo y así Tim no pagaría un salario. Creo que todo saldrá bien para todos. 


Más tarde ese día. 
— Oye Tim, puedo hablar contigo—  
— Claro Gil, que pasa?— 
— Verás mmm te acuerdas de la entrevista que hice el miércoles de la semana pasada— 
— Si— 
— Bueno pues hoy me hablaron de que me quedé con el trabajo— 
Veo como su cara cambio de preocupación a algo pharécido a tristeza 
— Así que te vas— 
— Si, yo no quisiera, pero es en realidad una gran oportunidad, para ti también, Crees que no se de los problemas de la cafetería— 
— No quería preocuparte mas con eso. — 
— Lo sé, pero si no me tienes que pagar un salario, tú también puedes salí del oyó, además Víctor te va a ayudar, no es como si mi trabajo fuera tan indispensable— 
— No es el trabajo eres tú, pero entiendo tu punto y solo quiero que sepas que siempre puedes regresar— 
— Gracias— le sonrió y ya me siento mejor 
— Y bueno ¿cuándo te vas? — 
— Tengo tres días, pero también tengo que arreglar lo de mi departamento ya que el contrato incluye alojamiento— 
— Oh.. Eso es muy bueno—  
— Pero mañana si vengo a trabajar, hasta que Víctor tome mi lugar— 
— Muchas gracias, hoy voy a hablar con él, ven para acá—  Extiende sus brazos y me da un gran abrazo uno al que yo correspondo con gusto. 
— Bien, bien no hay que seguir, por qué sino vamos a terminar llorando— le digo.
— Si lo sé—. 




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