Capítulo 15
Gillian.
Sé que no debería de molestarme, pero en la cafetería de Tim estaba acostumbrada a que las personas me dieran un “gracias” después de atenderlos, pero no es lo mismo aquí, claro que no, este hombre fue todo lo contrario, fue un bruto y mal educado, solo espero que mi desayuno le haya gustado.
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Unos minutos después escucho como empieza a caminar a dónde sé que está su estudio, así que voy directo a el comedor a recoger el plato y la taza de café, para luego ir rápidamente a asear su habitación.
Cuando llego a la mesa veo que se comió todo lo que hice y del café dejo un poco menos de la mitad, eso es bueno, creó, ya que si no le hubiera gustado, simplemente no se lo comería.
Ya de vuelta a la cocina lavo los trastes sucios, para termino aquí, ya que mientras el “señor Carter” desayunaba yo me puse a limpiar todo lo que había ensuciado para preparar el omelette y el café.
Se escucha la puerta del ascensor abriese, por fin llego Arnold, no tarda mucho para aparecer por la puerta de la cocina.
— Gil, ¿todo bien?, no vi a mi señor en la mesa desayunado—
— Oh, si todo está muy bien, solo que el señor Carter ya desayuno—
— ¿Cómo?—
— Si, es que apareció aquí antes del tiempo del horario que me diste y me dijo que quería su desayuno, aún no terminaba de preparar su café, creo que se enojó un poco, pero se comió todo— Le dije con un poco de orgullo, como si hubiera hecho una gran hazaña.
— ¿Enserio? ¿Qué le preparaste?— me pregunto claramente sorprendido.
— Mmm… un omelette de verduras y su café amargoso—
— Esa fue una buena decisión, solo procura no repetir las comidas tan seguido, saltéalas, oye ¿me puedes ayudar a acomodar esto?— me dice mientras señala las bolsas con las que llego.
— Si, solo que me vas diciendo donde va cada cosas— le digo mientras le sonrió, esto me va a ayudar a saber dónde está todo aquí y como se organiza. Ya después voy a limpiar la habitación.
Maxim.
Estoy revisando unos balances del último mes, la empresa no me preocupa va muy bien sin que yo esté presente, eso es bueno.
Cuando revisó mis correos, doy con uno que me perturba y me enfurece a la vez, lo único que puedo hacer es leerlo y volver a leerlo.
No lo puedo creer. Es lo único que pienso.
Gillian
Al entrar a lo que es la habitación de Maxim Carter, me esperaba encontrar algo igual que el resto del pent—house, muy iluminado por los grandes ventanales y todo lo demás que tiene, pero no, las paredes si son blancas pero se ven tenues, aquí también hay un gran ventanal pero este en lugar de estar tapado por delgadas cortinas blancas, este está cubierto con cortinas gruesas color café, por lo que la luz que entra no es mucha, lo que hace ver sombría la habitación.
Decido hacer lo que cualquier persona haría, abrir esas gruesas cortinas para dejar entrar la luz del sol en este cuarto oscuro.
Ahora ya con el cuarto iluminado con la luz del sol, puedo ver con detalle el cuarto, la verdad no sé qué esté en desorden, aparte de la cama, que está desarreglada, pero fuera de eso no hay nada más fuera de su lugar.
Por eso Arnold me dio un plumero y me dijo que solo sacudiera, y eso estoy haciendo cuando escucho un fuerte ruido en la puerta.
Cuando volteo veo que es Maxim, pero dios, se ve tremendamente enojado, puede que saque fuego hasta por los ojos si se lo propone, mismos me recorren a mí, hace mucho que no sentí este miedo. Luego su vista cambiar cunado ve las cortinas corridas.
— ¿QUIEN DEMONIOS TE CREES?, ESTO LO TENGO CERRADO Y ASI SE QUEDA, TÚ NO ERES NADIE PARA VENÍR A CAMBIAR NADA— definitivamente no estaba preparada para su reacción, solo espero que Arnold llegue, ya que sus gritos son muy fuertes y atemorizantes.
— Yo…yo lo siento, de verdad, es solo que creí que sería una buena i…—
— SOLO CALLATE Y LARGATE DE AQUI—
Se acercó a mí, tan rápido que no lo vi, ya hasta que estaba parado a un lado de mí, fue tan rápido cuando envolvió su mano en mi brazo, misma que lo rodeada todo.
Así que cuando me apretó, lo hizo al parecer con toda su fuerza, y me empezó arrastrar hacía la puerta.
— Por favor, señor Carter, suélteme, me está lastimado—
A pesar de mis súplicas no paro, ni aflojó su agarre, solo cuando llego a la puerta y como si no fuera nada me arrojo.
Cuando caí en el piso ya no pude contener mis lágrimas, y empecé a llorar.
— Gil. Oh dios, ¿estás bien pequeña?—. Cuando Arnold se acercó para tocarme yo retrocedí, tenía miedo y no ayudo cuando del otro lado de la habitación se empezó a escuchar como tiraban todo.
— Vamos, pequeña, vamos a tu cuarto—
— Yo puedo sola— creo que sí me escucho a pesar de que susurré mis palabras.
Cuando se escuchan más ruido y maldiciones, me apresuro a levantarme, aunque me está empezando a doler el brazo y la pierna, que fue donde aterrice cuando caí al suelo. Solo quiero descansar un rato, sin más voy caminando al ascensor con Arnold pegado a mi espalda.
Maxim
Solo estoy tirando cosas para mitigar mi MALDITA rabia, demonios, odio mi maldita existencia, odio a todos los que me rodean, lo odio todo.
— MALDITOS SEAN TODOS—
Cuando ya no hay nada que romper en mi habitación es cuando empiezo a relajarme, pero solo recuerdo el correo y la ira empieza de nuevo.
Maldita Clarise, y pensar que era la mujer que amaba, ahora solo es una perra, que se atreve a mandarme la invitación a su boda, si solo me hubiera enterado por los periódicos, tal vez no me hubiera enojado tanto, pero no, la muy zorra tenía que mandarme, su puta invitación, dónde “cordialmente me invitaba a su gran boda”.
Necesito whisky, pero es cuando veo que el que tenía en mi cuarto, ahora está regado por el suelo, cuando pierdo los estribos y me dejó dominar por la ira, pierdo mis sentidos y no los puedo controlar.