Capítulo 21
Gillian.
A pesar de que tenía nervios y de los recuerdos dolorosos que tuve ayer por la noche, creo que fue, muy buena, sé que después de todo mi jefe no es tan malo. Arnold tiene razón y antes era un muy buen hombre y lo sigue siendo, solo que está envuelto en un caparazón para protegerse.
Desperté pronto, aunque me dormí más tarde ya que después de la cena, le hable a Beth y le conté todo.
Cómo ya estoy despierta me voy a preparar para ir a el piso de Maxim… mi jefe.
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Hoy es día de que Arnold sale a comprar la despensa, así que yo le voy a servir el desayuno a Maxim, a diferencia de otras veces hoy estaba emocionada por llevárselo, le estoy haciendo unas pechugas empanizadas rellenas, se ven bien, con el relleno un poco salido, pero se ve bien. Y a él le gusta todo lo que le preparo.
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— Buen día Gillian. —
Solté la taza que estaba en mis manos, al escuchar a Maxim. Esta vez no fue Arnold.
— Oh por dios, lo ciento. — me agachó a recogerla pero me detiene.
— No, no hagas eso te puedes cortar, déjame a mí. — él se agacha y cuidadosamente agarra los trozos y los hecha en el bote.
— ¿Quiere desayunar ya señor?—
— Si. —
— Bien ahorita le sirvió. —
— Con una condición, que me acompañes y deja el señor, ya pareces Arnold, dime Maxim, o como quieras… ¿Quieres que te ayude en algo? —
— No yo lo hago, es que usted… tú eres el jefe y esto es muy raro. —
— Vamos dime, ¿pongo la mesa y tú llevas la comida? —
Solo asiento, mientras lo veo sacar unos platos, pienso que ayer en la noche secuestraron a mi jefe y lo cambiaron por este tipo.
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Estoy sentada en el mismo lugar que ayer, pero ya no estoy nerviosa, es algo extraño pero esto me gusta.
Estamos comiendo las pechugas que porciento Maxim ya elogio, cuando las puertas del ascensor se abrieron, yo me imaginé que era Arnold, y me pregunto que va a pensar cuando me viera aquí, solo espero que no crea que soy una persona aprovechada.
Pero no, no es Arnold quien aparece, sino una mujer como de unos 50 años, rubia y muy elegante, y por la expresión de Maxim sé que la conoce y no está contento de verla.
— ¿Madre que haces aquí?—. Su voz apenas se escucha, pero da miedo ese tono de voz, pero la mujer, que ahora sé que es su madre, ni se inmuta.
— No me hables con eso tono, Maxim. Solo viene aquí para hablar contigo y tú actitud del otro día. —
— No creo que tengamos nada de qué hablar, entiendes ¡nada!, Aparte ¿cómo carajos entraste aquí? —
— Soy tu madre y puedo venir a verte cuando yo quiera. —
— Solo vete. —
— Por dios hijo, deja esa actitud… Y mejor dime ¿quién está adorable mujer? y ¿Por qué está aquí? y ¿Por qué a ella no la corres como a mi?. —
Veo como su mandíbula se aprieta
— Ellas es Gillian Morgan, la mujer que contraté para que me cocinara y se encargará de la limpieza. —
Veo como la cara de la señora cambia
— Vaya prefieres convivir con tu personal, que con tu familia… no es nada en tu contra querida. — me ve y me da una sonrisa
Por un momento creí que iba a ser una señora, de esas ricas que son unas esnob, pero no.
— Solo vete, no quiero verte, después de lo que me dijiste. — ¿qué le diría?, creo que él se enoja con todo.
— Corazón yo solo me preocupo por ti. —
— ¿Tú y la familia van a ir a la boda de Clarise? —
—… Si… Ryan, al principio, no quería, pero lo convencí de que todos iríamos y por todos me refiero a ti también, hable con Peterson, y le dije sobre esto y me dijo que sería muy bueno. —
Solo veo como la cara de Maxim cambio a una de coraje. Rayos va a estallar la bomba.
—SABES QUE, TÚ Y TODOS SE PUEDEN IR A EL DEMONIO, NO PIENSO IR Y QUEDAR COMO UN MALDITO ENGENDRO EN ESA BODA DE MIERDA, Y NO ES QUE CLARISE ME IMPORTE, ESA PERRA SE PUEDE IR MUCHO A EL CARAJO, PERO NO PIENSO SER EL CENTRO DE ATENCIÓN DE ESE LUGAR. —
Tanto su madre como yo nos quedamos calladas y sorprendidas por sus palabras y su tono de voz.
— Sé que es muy difícil para ti hijo, pero tienes que hacer un intento, por favor, si me quieres hazlo. —
— No. —
— Puedes… puedes llevar a Gillian, ya que veo que se llevan muy bien. —
¿Que? Y porque me meten a mí, pero no quise decir nada, no teniendo a Maxim tan cerca de mí, ya conozco su fuerza.
— Vete. —
— Hijo, piénsalo. —
— Vete. —
— Pensaba en quedarme a desayunar contigo. —
— Vete madre. No es un buen momento. —
Ve como da media vuelta ya molesta también y sale por el ascensor.
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— Sé que debes de estar pensando que soy una maldito infeliz por tratar a mi madre así, pero es que ella me saca de mis casillas, quiere que vaya a la boda de mi ex novia, una que me dejó después del accidente, cuando se enteró de que iba a quedar así. — yo sé eso, pero no lo voy a decir.
— Lo siento, pero se ve que tu madre se preocupa por ti. —
— No, créeme Gillian, ella puede que si se preocupe por mí, pero sus verdaderos motivos no son esos, sino que lo hace por su propio imagen, es una mujer buena en unas cosas pero en otras no, le importa mucho la apariencia y creo que hubiera preferido que me quedara invalido o que muriera, antes de haber quedado así. — Y me señala su cara.
— Pues yo no lo creo, quizá si es una mujer que le importa la apariencia, pero se ve que es una buena mujer, y también se ve que si te quiere. —
Solo nos vemos y de nuevo suena el ascensor, pero está vez si es Arnold el que entra cargado de unas bolsa, se nos queda viendo, y más por qué hace un rato le puse mi mano a Maxim sobre la suya. Rápidamente la quito.
— Buenos días señor, buenos días Gil. —
— Hola. — solo le digo eso y Maxim asiente con la cabeza mientras toma café, como si nada malo pasará.