Capitulo 28 (Corregido)

 Capítulo 28

Gillian

Cuando llegamos nos dirigimos directo al ascensor y veo como Maxim presiona el botón que va a su piso, no digo nada, ya que después puedo bajar. 

— ¿Cómo te sientes Gillian? —
— Bien, en realidad creo que soy yo la que debería de hacer esa pregunta ¿no lo crees? — por raro que parezca, después de esto siento que existe más confianza entre nosotros. 
— Tienes razón, la verdad no fue como pensé que sería, al principio sí, me miraban y eso no me gusto, pero después pararon las miradas furtivas de la gente. Cuando el señor Preston se acercó a la mesa, se me sentí muy incómodo, pero solo fue un rato. — mientras lo escucho solo puedo sonreírle. 
— Eso es bueno. —
— Creo que sí. Pero sabes que es realmente bueno —
— No. — volteo y lo veo directo a los ojos. 
— Que tú estabas ahí, conmigo. — y sin más se agacha y me besa. 

Este besó no es igual a los otros que hemos intercambiado, es de alguna manera más intenso. Cuando las puertas del ascensor se abren, aún seguimos fundidos en el beso, solo noto como me rodea con sus brazos y me levanta, lo suficiente para quedar a su altura y para que él pudiera caminar. 

Aunque no ve por donde va, párese que conoce su ático tan bien, porque solo puedo sentir como se mueve con fluidez por la sala, realmente estoy tan perdida en su besó que no noto a dónde nos dirigimos, no sé si es muy tarde cuando siento como mi cuerpo es depositado en una superficie suave, que no tardó mucho en saber que es. 

Justo en ese momento es cuando separamos nuestros labios, nos quedamos viendo directamente a los ojos por lo que párese que fue mucho tiempo, no sé si esto es lo correcto o no, después de esto no hay marcha atrás, pero ahora mismo no puedo pensar con claridad y al parecer el tampoco, porque me empieza a besar otra vez, beso que vuelvo a corresponder. 

Siento como sus manos viajan por mi cuerpo, provocando sensaciones que nunca antes había sentido, si esto es estar excitada, debería de desagradarme  porque no puedo pensar con claridad, pero me gusta. 
— Si quieres que paré dilo ahora, solo tienes estos segundos. — Maxim parece más afectado que yo tanto por su voz agitada y por su erección, que está pegada a mi muslo. 
Realmente no estoy pensando, porque mi respuesta es besarlo, y eso es suficiente para él. No sé qué pase después de esto, pero sé que no puedo parar y no quiero, es el primer hombre que me provoca esto y el primero que amo. 

Solo puedo sentir como sus manos viajan por mi cuerpo tratando de quitarme el vestido y yo por mi parte hago lo mismo con su ropa.

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Día siguiente. 

Gillian. 

Cuando despierto lo primero que noto es que no estoy en mi cuarto y lo segundo es que estoy junto a algo duro y caliente. Sonrió. Antes de que abra los ojos sé que es Maxim. 

Solo puedo recordar la noche que acabamos de pasar, cuando se dio cuenta de que era virgen, algo cambio, ya no era solo sexo, ya era hacer el amor, y eso hizo sentir emociones muy fuertes como que mi corazón empezó a latir fuertemente.

Cuando lo veo directamente se ve tan relajado y tan guapo, no puedo evitar perderme en sus cicatrices  y antes de que me dé cuenta mi mano ya está tocándolas, me preguntó cuánto le abra dolido, mientras pienso en todas las posibilidades como respuesta a esa pregunta, Maxim se despierta, como si sintiera mi toque. Es tan rápido que no alcanzo a quitar mi mano, lo único que hago es sonreírle y mi corazón se descontroló cuando él me devolvió la sonrisa. 

— Buenos días. — me dice, pero aún se nota adormecido y eso me meda risa.  
— Buenos días. —
— ¿Cómo amaneciste?— 
— Muy bien… más que bien y ¿tú? —
— Yo…— parece que está pensando su respuesta. —Desperté con la mujer más hermosa que han mirado mis ojos… así que yo diría que muy bien. —
Ante eso no sé qué decirle y solo le sonrió. 

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Un tiempo después le dije que tenía que preparar el desayuno y a pesar de su negativa a dejarme ir, lo hace. Pero no sin antes darme un beso, que porciento aún siento mis labios adormecidos.  

Cuando baje al piso que comparto con Arnold, estaba muy nerviosa, de qué me viera, claro como no estarlo, si traía el mismo vestido de ayer, solo que mal puesto y despeinada, pero para mí fortuna no me vio. 

Solo me dio tiempo para darme una ducha rápida y vestirme para volver al ático y preparar el desayuno.  

Cuando Maxim me pregunto que como había amanecido, no mentía, amanecí muy bien, pero mientras más pasa el tiempo, estoy empezando a sentir un leve dolor en la entrepierna, pero no es nada, nada con las sensaciones que sentí la noche anterior en los brazos de Maxim. 

— Gil, ¿anoche a qué hora llegaron, no te escuche llegar? — aparece Arnold y me sorprende, pero por su pregunta, se que no sabe nada, pero no puedo evitar ponerme nerviosa. 
— Pues… mmm… la verdad no vie la hora, pero ya era noche, nos quedamos en la boda casi toda la recepción. —
— ¿Enserió? —
— Sip. —
— Vaya, quien lo iba a decir, Y ¿cómo se la pasaron? —
— Realmente bien, todo fue muy bien, Maxim estuvo hablando mucho con un socio de la empresa y no se sintió incómodo después de un rato. —  solo cuando termine de hablar y vi su cara supe que había cometido un error.  —Digo el señor Carter. — no quiero que piense que soy de la clase de mujer que es interesada o aprovechada. Por eso no quiero que se entere de que dormí con Maxim, eso sería una afirmación errónea de la clase de mujer que soy. 
—  No te preocupes, yo solo estoy preocupado por como se sintió mi señor en ese evento… sabes, desde que llegaste las cosas cambiaron un poco, y eso… eso me hace feliz. —  
— Gracias, pero no creo que sea para tanto. —
— Yo creo que sí, pero ya veremos qué dice el tiempo, ¿no? — aunque no estoy segura de a qué se refiere, asiento con la cabeza. —Dime que exquisitez estás preparando está mañana. —
— En realidad hoy no es algo tan elaborado, son huevos con tocino y un trozo jugoso de carne. —
— Se lo que sea, te queda riquísimo y eso huele muy bien, realmente nunca me voy a cansar de decirlo, porciento sabes haces postres? —
— Si… de hecho iba a preparar uno el día del asaltó. —
— Oh, no quise hacerte recordar eso… también se fueron esas cosas… —
— Si. — creo que mi buen ánimo se puede ver opacado por recuerdos amargos. 
— ¿Perdiste muchas cosas ese día? —
— Pues aparte de una camioneta que vale mucho dinero y el dinero que me diste para las compras… y las compras, mi bolso y mi teléfono. — me mira y puedo ver qué siente una genuina simpática por mi. —No te preocupes, son pocas cosas, y se pueden reemplazar. — le digo dándole una sorisa.
— ¿Que se puede reemplazar? —  tanto Arnold como yo nos exaltamos, con la voz de Maxim, que estaba parado en el marco de la puerta, eso y que trae ropa casual, no su habitual traje a la medida. Eso es muy raro, desde que lleve aquí no lo he visto con otra cosa que no sea un traje.
— Oh mi señor, no le escuche llegar. ¿Quiere el desayuno?, ya casi está. —
— Claro. —  
— Bien. — dice Arnold, mientras va por los cubiertos, pero se para en seco cuando Maxim agarra un taburete de la barra y se sienta. Creo que nunca lo ha hecho y eso sorprende mucho a Arnold, yo solo puedo mirarlo, pero cuando me ve, no puedo evitar sonrojarme, su mirada dice muchas cosas, o no sé si solo sea yo.  
— Arnold hoy comeré aquí, ¿no hay problema? —
— Claro que no señor. — parece  muy nervioso y alterado.
— Ahora díganme de que estaban hablando —
— Pues… Arnold me preguntó si sabía hacer postres, y le dije que si, y que compre cosas para preparar uno el día del asaltó… y también decíamos de las cosas que se habían perdido ese día y por eso decía que eran remplazables. —  empiezo a divagar y ponerme nerviosa.
— Bien…  ¿te sientes bien? —
— Si. — y le sonreí misma que correspondió, Arnold solo nos miraba sin entender nada, pero como siempre no pregunto.  Aunque yo si entendí a qué se refería. Anoche fue muy despacio pero después todo nuestro mundo se descontroló y perdió un poco la compostura, estaba preocupado de haberme lastimado, aunque yo le dije que estaba bien.