Capítulo 29
Maxim.
No puedo creer que esté haciendo esto, de hecho antes del accidente tampoco se me pasó por la cabeza la idea de salir de compras, pero ahora voy directo a hacer eso, pero realmente solo voy por Gillian. Desde que se subió al auto ha estado muy callada, ocasionalmente volteo a mirarla y la sorprendo mirándome. No sé porque pero se me hace divertido.
Anoche me lleve una gran sorpresa cuando descubrí que era virgen, demonios si hubiera sabido eso, no me habría dejado llevar como un loco, pero es de entenderse, más de tres años sin sexo, me pasaron factura y más con Gillian trabajando para mí, pero sé que no es solo la necesidad de sexo, es algo más, creo que con ella puedo ser feliz de nuevo y eso me llena de sorpresa, ya que creí que jamás volvería a serlo.
— Mira ahí está un lugar de estacionamiento. — me señala Gillian.
— Bien. —
— Creo que hay más seguridad que la última vez que vine. — no lo había notado pero tiene razón hay más guardias esparcidos por todo el estacionamiento del supermercado.
— Haber si hacen su maldito trabajo bien. — no puedo evitar enojarme por lo que le pasó a mi mujer.
— Vamos, que si nos tardamos no tendré tiempo de preparar nada. — solo cuando se baja del auto me doy cuenta que la llamé mi mujer, ni con Clarise había utilizado ese término.
— Bien hay que darnos prisa. —
Cuando estoy fuera del auto y llegó a dónde esta, por inercia le tomo la mano veo que se sorprende, pero no sé aparta, y así empezamos a caminar hacia la puerta del supermercado.
Gillian.
Sentir su mano envolviendo la mía, me hace sentir feliz y confiada. Al entrar rápidamente tomo un carrito, pero Maxim me lo quita y lo toma él, sin perder tiempo vamos al pasillo donde están las cosas que necesito para hacer un rico pastel de zanahoria, es uno de mis favoritos, espero que le guste a Maxim.
Sin que pase mucho tiempo noto como dos mujeres, ven directamente las cicatrices de Maxim, él también lo nota, lo sé porque se puso tenso, pero las trata de ignorar, cuando pasamos a su lado, les lanzó una mirada llena de coraje, lo que hace que se volteen rápidamente para otro lado.
— Aquí es. —
— Vaya ¿hay tantos tipos de harina? —
— Si. —
— ¿Cuál vas a llevar? — lo dice mientras toma una caja de harina preparada.
— Mi abuela me enseñó que todas la harinas sirven para lo mismo, pero voy a llevar está, que no tiene nada. — le muestro la caja de harina. —Prepararé un rico pastel de zanahoria. —
— Esta bien, tú eres la que sabe no yo. —
— Señor, disculpe, señor. — los dos agachamos la mirada hacia el lugar donde provenía el sonido y vemos a un niño de unos 6 señor que está jalando el pantalón de Maxim, exigiendo atención de esté.
— ¿Qué quieres? — le fruncen el ceño, dios es enserio, creo que lo gruñón no se le va a quitar nunca.
— Es que…… no alcanzo esa caja. — le dice señalando una caja de harina preparada de pastel de chocolate, que justamente está al lado de la cabeza de Maxim. —Y usted es muy alto y quería ver si me la podía dar. —
— Claro. — el niño le da un enorme sonrisa cuando le entrega la caja
— Muchas gracias señor. — sale corriendo en dirección a una mujer que supongo que es su madre. Suspiro mientras los veo alejarse.
— Ves, No todos juzgan por la apariencia. — y si, ese niño no se sorprendió por las cicatrices de Maxim, simplemente lo trato normal. El solo me sonríe y seguimos con las compras.
……………………………………………………………………………………………........................
Cuando llegamos a el edificio Maxim saludo a Martin, el hombre de la recepción, se sorprendió tanto que no supo que decir y solo asintió con la cabeza. Eso nos provocó a Maxim y a mi risa, misma que contuvimos hasta llegar al elevador.
— Eres muy malo. —
— Yo solo lo saludé. — realmente me sorprende, este es un nuevo Maxim, uno que no conocía.
— Eso no quita el hecho de que se sorprendiera. —
En ese momento se abren las puertas del ascensor, Maxim me iba a contestar pero fue interrumpido.
— ¡Hermanito!— los dos volteamos en dirección a dónde provenía la voz chillona.
— Sarah, ¿qué haces aquí? — Maxim parecía molesto, no creo que le agrade que su hermana este aquí.
— Porque me contestas así… yo solo vine a verte, ¿acaso no puedo? —
— No. — lo dijo seco y con un tono que si estuviera en el lugar de ella, me hubiera ido sin más, pero bueno ella puede ser la más agradable de todos y la más perra, por eso y por su dinero cree que puede salirse con la suya, pero no voy a admitir eso delante de ella o su hermano.
— Todavía que vengo a verte y no me quieres. — ahora ella es la que parece enojada, pero para mí que está fingiendo todo.
— Solo lárgate Sarah. — no sé porque esta tan enojado con ella, tal vez por su comportamiento el día de la boda.
Sarah se queda ahí, solamente parada, viendo a su hermano mayor.
— Lo siento. — me sorprendo con esa afirmación, pero Maxim no cambia su expresión.
— ¿Por qué? – le dice sin más.
— Porque sé que me porte mal con Gillian, ayer en la boda, y sé que eso te enojo, hermanito. — no sé por qué no siento sinceras esas palabras.
— Pídele perdón solamente a Gillian. — parece que esa respuesta le sorprendió, pero no dijo nada más.
— Perdóname Gillian… me porte muy mal contigo y no te lo merecías. — Cuando termina no se que decir pero los dos están esperando una respuesta mía.
— Esta… está bien, no te preocupes por eso Sarah, podemos intentar ser amigas, ¿no? — me da una sonrisa, pero no la siento verdadera.
— Gracias. — mira a su hermano. – ahora sí, no me vas a correr más ¿Verdad? —
— No. Ven. — Maxim le abre los brazos y ella corre a recibir un abrazo de su hermano. Cuando están abrasados me sale una sonrisa, pero se me borra rápidamente, cuando Sarah me ve a los ojos, y solo puedo distinguir coraje hacia mi. Esto no va a salir bien.
— Te quiero. Estás muy cambiado, y eso me da mucho gusto… que retomes tu vida de antes. —
— Bien… no te adelantes, solo son unas salidas, nada de importancia, ¿estamos.?— como que nada de importancia, quiero preguntarle, pero con Sarah aquí, mejor me controló.
— Voy a llevar esto, a la cocina. — les digo.
— Si, Sarah, puedes ayudar a Gillian, con esto, voy a mi despacho a revisar unos correos, y enseguida estoy con ustedes. — sin esperar respuesta de su hermana le entrega las bolsas y se va directo a su despacho.
— Vamos. — a pesar de todo trato de ser amable con ella.
……………………………….................................................................................