Epilogo 2
Maxim.
3 años después.
— Matthew, no corras, te puedes caer. — desde mi despacho, puedo escuchar a Arnold ir tras de Matt, desde que mi hijo empezó a caminar, creo que al que le ha dado más problemas es a Arnold, ya que se preocupa mucho por él. Apagando mi computadora me levanto de mi asiento para ir hacia donde está Matthew y Arnold. Por esto es que prefiero trabajar en casa y no en la empresa, porque así puedo darme los descansos que quiera y poder estar con mi familia. Nada más salgo del estudio y veo una pequeña cosita correr hacia mí, me agacho para tomarlo en brazos.
— ¡Papá!. —
— ¿Que estas asiendo?—
— Jugando con Anold. —
— No, eso no es jugar jovencito. — le dice un Arnold todo agitado. Pero Matt solo se ríe, tiene una risa encantadora.
— ¿Dónde está mami, Matt?—
— En la cocina pepalando palomitas de maíz pala mí. —
— Oh ¿enserio?, entonces vamos… y ya no le dejes problema a Arnold. —
— Yo no le loy pobemas. —
Cuando nos acercamos a la cocina puedo ver a mi Gillian vaciando las palomitas en un bol de vidrio.
— ¡Palomitas!. — grita Matt, nada más verlas
— Si, palomitas. — dice Gillian, mientras se acerca y le da un beso en la mejilla a nuestro hijo y a mí uno en los labios. —¿No deberías estar en el trabajo?—
— Si pero me tomé un descalzo para estar con este pequeño demonio y mi bella esposa, ademán Arnold ya estaba cansado de perseguirlo. —
— Matthew… ya hemos hablado de no andar corriendo por la casa puede ser peligroso. —
— Si mami, lo siento. — le pone una cara muy tierna y Gillian no puede evitar sonreír aunque intentaba que fuera un regaño.
— Anda vamos a ver una película. —
— ¡Si!. — lo bajo y sale corriendo hacia la sala.
— ¡No corras pequeño!. — le dice Arnold que sale tras él.
— Entonces señor Carter, quiere ir a ver una película. — me dice Gillian mientras sostiene el bol de palomitas con una mano y no la otra se mete una palomita en la boca.
— Claro señora Carter. — la acercó y la beso.
Hace unos años nuca se me pasó por la mente que después de mi accidente, yo podría ser feliz de esta forma, con una esposa y un hijo que me dan amor incondicional. Hoy puedo decir que soy realmente feliz, y que amo a mi esposa más que nunca, ella me dio una nueva oportunidad de ser feliz.