Corazón Equivocado

Capítulo 4 "Que comience el plan..."

Ava


Una semana después.
Rocié el cristal y con una toalla comencé a darle brillo. El trabajo se hacía menos pesado porque escuchaba música. Alan Walker fue mi salvación en esos días. Me emocioné tanto con "The Spectre" que dejé de tarareala para cantarla.
Hello, hello
Can you hear me
As I scream your name?
Hello, hello
Do you need me
Before I fade away?

Is this a place that I call home?
To find what I've become
Walk along the path unknown
We live, we love, we lie.
Dejé de cantar porque mi prima tocó mi brazo, pero aún no sabía lo que estaba diciendo así que quité mis auriculares dejándolos en mi cuello.
—¿Qué me decías?
—Mañana me voy a casa —dijo frunciendo los labios—, no aguanto más.
Tiró la toalla que tenía y puso sus brazos en forma de jarra.
—Parte de esto es mi culpa —me sentí mal por eso.
—El castigo fue extremista. Llevamos trabajando una semana y un día, y aún nos queda un mes.
—Nos dio la oportunidad de decir la verdad y decidimos mentir.
—Aún así, somos adolescentes. No me vengas a decir que mi papá nunca se comportó mal.
—Es cierto. Tienes razón, al menos no le dijo nada a mi madre.
—Pero nos divertimos, así que puedo irme contenta.
—Al menos nos ha pagado. 
—Sí, el pago ha sido lo mejor de todo esto. 


                                   ⏭   ⏭    ⏭   
Estuvimos en silencio en el viaje de regreso a casa. Nos bajamos del auto. El chino regaba las plantas y al ver al tío se acercó.
—Buenas taldes Sr. Pembelton —le dijo, aún conservaba a diferencia de su hija su acento natal.
—Ahora que querrá este viejo —habló mi tío entre dientes—. Buenas tardes Sr            Huang —contestó el saludo con una sonrisa fingida.
—Fue ese chino que nos delató —dijo bajito y molesta mi prima.
—A penas los he visto en estos días. Ni siquiela pude darle la bienvenida a su soblina, pelo me es glatificante que ella y su hija se diviltielan en la fiesta.
—¿Fiesta? ¿A qué se refiere? —mi tío nos miró y sonrió aunque no le hizo mucha gracia.
Adiós playa, adiós vacaciones, adiós días felices, me dije y negué cabizbaja.
—¿Acaso no lo sabía? —miró al tío y sonrió— Muy mal niñas, deben aprendel a compoltalse y a no mentil.
Mi tío nos volvió a mirar, sus orejas comenzaron a ponerse roja, en señal de la molestia que tenía.
—Creo que tiene razón, debemos actuar como su hija —dijo mi prima, pero no lo dejó saborear la victoria—, logró escaparse sin que se diera cuenta. Pero gracias a eso la conocimos.
—Envíele nuestros saludos —agregué.
Antes de que dijera algo el tío se despidió y entramos a la casa.
—Vaya me sorprenden cada vez que tienen oportunidad, es decir siempre. Ustedes dos juntas son un peligro —nos dijo y nos sentamos en el sofá—. No intenten buscar escusas ni mentir.
—Papá...
—Khate, solo quiero decirte algo —mi prima bajó la cabeza, preparada para otro castigo—, gracias por poner a ese chino en su lugar.
Las dos nos miramos asombradas y luego a él.
—Cuando quieras. Lo aprendí de ti papá — Khate y fue a abrazarlo.
—No se crean que no haré nada. Pensaba llevarlas a la playa pero con esa última acción olvídese de eso.
—Aich, si aunque te lo hubiera dicho no nos dejarías salir —dijo Khate—, ¿ya podemos irnos a nuestras habitaciones?
—Está bien.
Seguí a Khate a su habitación. Tomó una maleta y comenzó a sacar todo lo que tenía en el guardarropas.
—¿Qué haces? —dije sentándome en el alféizar—, no pensé que antes hablabas en serio.
—Puedes venir conmigo si quieres.
—Sabes que no puedo. No seas mala Khate, que haré si te vas. 
—Se que encontrarás el modo de divertirte con Harold —dijo guiñándome.
Después de la fiesta lo vi una sola vez miéntras limpiaba los cristales, andaba con Marlon y me dijo adiós desde lejos.
—Muy graciosa. Aún tienes su playera. Mientras mi papá vaya a llevarme al aeropuerto puedes escaparte y llevársela.
—No sé dónde vive, ni siquiera tengo su número de teléfono.
—Ah, pero eso se resuelve, todos en la fiesta lo conocían. Si preguntas por él y se llegan a encontrar... —dejó la ropa para sentarse en la cama.
—Ay no, no comiences a armar una love history —me quejé.
—Ya verás que antes de que el verano termine vivirás un romance con un miamense.
—No hables de romance. Vine a divertirme y me sales con eso.
—Soñemos un rato. Si mi papá no nos deja salir no podremos ni siquiera saber cómo besa Harold.
—Khate, ¡eso es!
Mi prima me miró de súbito.
—Es verdad que quieres besar a Harold.
—Jaja. No me refería a eso.
—Explícate por favor, no te sigo.
Me senté a su lado.
—Tenemos que buscar algo con lo que mi tío se entretenga y desvíe toda su atención dejándonos a nosotras libres.
—Claro, claro. Y en qué piensas.
—Es hora de que tengas madrastra.
—¿Qué!


                                      ⏭  ⏭  ⏭


El tío se llevó la TV  de la sala a su habitación y desgraciadamente esa era la única que había en casa. Aunque ese castigo no fue tan efectivo para nosotras, pues no nos despojó de las otras tecnologías.
Veíamos una peli de Netflix cuando el timbre sonó.
—Ve a abrir la puerta —dijo mi prima y le dió una mordida a la galleta que tenía en su mano.
—Ay no, estoy cansada.
—De seguro es Harold y no viene a verme a mí.
—Harold, Harold. Ya deja de hablar de él, aún tenemos una conversación pendiente sobre tu primera salida. No me has dicho a quien fuiste a ver.
—No hagas esperar al invitado —me bajé de su cama y fui rápido a abrir la puerta.
—Buenos días.
—Buenos días. ¿Cómo ha estado? —saludé a la señora Rosmary.
—Bien, gracias. 
—Desea pasar.
—Si no es molestia. 
—Claro que no.
—Está bien. Hace mucho calor.
—Ay sí. ¿Quiere algo de beber?¿Qué tal una soda?
—Sí está bien.
—¿Quién era Ava? —preguntó Khate mientras bajaba las escaleras—, oh  Rosmary, qué bueno verte.
Mientras fui por la soda, mi prima se quedó conversando.
—Aquí tiene —dije dándole el vaso.
—Gracias, pero deja a un lado las formalidades, somos vecinas ahora.
—Está bien —repondí.
—Y cómo van sus vacaciones.
—Pues digamos que un poco aburridas y en casa. Nada de lo que planeamos hemos podido hacer —dijo Khate.
—Nos lo buscamos —dije.
—Ahora que hablan de buscar, recordé que les traje algo. Regreso en un momento —dejó el vaso en la mesita de centro moderna y se dirigió a la puerta.
Mi prima y yo nos miramos y elevamos nuestros hombros. ¿Qué podría ser? Tuvimos que aguantar unos minutos de curiosidad en los que se demoró en ir a su auto.
—Como no pudieron visitar la pastelería, decidí hacerle un pastel de lima —nos dijo con una sonrisa.
—Gracias. No te hubieras molestado —dijo Khate.
—Sabes que no es molestia, sé que a Louis también le gusta.
—Sí, mi papá los ama.
—El tío nos ha hablado mucho de sus pasteles.
—¿Ah sí?—percibí cierto sonrojo de su parte—, yo tengo que volver al trabajo. Espero que me devuelvan la visita y de paso nadan un rato en la piscina.
—Claro —dijimos al unísono.
—Te acompaño a la salida —sugirió mi prima.
Y esperé sentada en el sofá a que regresara.
—Es muy simpática Rosmary —comentó con una sonrisa mi prima.
Al parecer le agradaba la Señora. 
—Si parece simpática, se ve joven y conserva cierta belleza. Esos cabellos negros ondeados y los ojos negros expresivos... 
Khate se quedó mirándome con el ceño fruncido, estaba lista para interrumpirme.
—No estarás pensando en...
—Exaxto.
Me había pasado la noche pensando en una candidata. Por qué no la vecina de tantos años del tío Louis. 
—¡Ni pensarlo!
—Hasta ahora decías que era simpática.
—No pensé que el plan iba en serio.
Su expresión cambió.
—Tiene piscinaaaa —enfaticé y sonrió cuando cambié la voz. 
—Interesada.
—No pero hablando en serio. Luego de la separación de tu madre nunca ha tenido a nadie más.
—Lo sé —admitió al sentarse—, a veces me siento mal porque vive solo.
—Antes el tío Louis, no era tan gruñón y amargado. Recuerdas como nos sacaba al parque y nos hacía cuentos.
—Es uno de mis mejores recuerdos. Tienes razón, siempre pensé que volveríamos a ser una familia pero mi mamá volvió a encontrar el amor. Ahora debemos ayudar a mi papá, quiero que sea feliz.
—Así se habla prima. Qué todo sea por la felicidad del tío. 
                                                                                                                       ⏭   ⏭  ⏭
Cuando estábamos probando el delicioso pastel, el tío llegó.
—Hola niñas. Espero que no hayan hecho nada que extienda su castigo.
—Claro que no.
—Estamos muy arrepentidas tiíto.
—Qué bueno —miró el pastel—, ¿salieron de casa?
—No. Nos dejaste instrucciones claras papá.
—¿Y ese pastel entonces?
—La señora Rosmary estuvo aquí —respondí.
—Oh.
—Sí, nos dijo lo mucho que  te gustaba el pastel  de lima y de paso ya Ava lo probaría.
—¿Quieres una rebanada tío? 
—Sí claro. Iré a lavarme las manos —dijo con una sonrisa—, los pasteles gratis sabes más ricos. No se lo coman todo.
—Papá no queremos engordar.
Khate se puso de pie y vigiló, a la espera de que su padre subiera las escaleras.
—Qué comience el plan Novios a la Fuerza —dije a mi prima.




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