Dos días después
Ava
La clase de literatura ya estaba por terminarse, pero antes de que eso sucediera, el profesor Weler nos dijo que debíamos entregar un ensayo de la obra "Tristán e Isolda". No había nada de malo en eso, amaba la buena literatura principalmente la clásica, el punto era que se debía entregar el trabajo en dúos que él mismo se encargó de juntar.
—Ava Jenkes— dijo con voz aburrida—. Usted es la pareja de Freddie Spencer.
Todas las chicas del salón pusieron los ojos en mí, me lanzaban miradas asesinas y protestaban.
El timbre sonó y todos salieron como si de una estampida se tratara. Yo recogí mis cosas y también salí. Nos dieron una semana para entregar el trabajo y mi compañero ni siquiera lo vi asistir a clases por lo que no sabía de quién se trataba. Esperaba que tan siquiera hubiera asistido a la escuela y encontrármelo en algún lugar. Aunque hubiera leído el libro varias veces no haría el trabajo yo sola. Fui a los casilleros y dejé mis cosas, al cerrarlo me encontré con Jackie.
— Hola Ava.
— Hola — dije con cara de pocos amigos.
— Y esa cara ¿Sucede algo?
—Orientaron un ensayo de literatura... — me interrumpió.
— Jajaja. Yo pensé que amabas la literatura, incluso inventaste todo un plan para buscarle pareja a tu tío.
— Sí, amo la literatura pero ese no es el problema.
— Y ¿cuál es? Tal vez pueda ayudar— dijo elevando una de sus cejas.
— Sabes donde encontrar a Freddie Spencer.
— Oh ¡Freddie Spencer! Por supuesto, es uno de los chicos más calientes de la escuela.
—Bueno eso no reponde... — me interrumpió.
— Oh, lo siento me fui por las ramas. Fred no sé donde pueda estar, si esperas un poco lo puedes encontrar en el gimnasio, él comparte clases con mi hermano.
— Gracias Jackie.
Me retiré. Tiempo después fui camino al gimnasio. Varios estudiantes salían de este, por suerte vi a Raynier.
— Ey, has visto a Freddie Spencer.
—Sigue en los vestidores — respondió.
— Gracias. Nos vemos luego — me dio una sonrisa y siguió su camino.
Con mi apuro de resolver el problema terminé por olvidar que no se veía bien que una chica entrara a los vestidores de los chicos. Como sea... atravecé las puertas y luego de caminar unos pasos me encontré con una chica recostada en los casilleros y un chico besándola apasionadamente. Me iba a retirar para no interrumpir, pero terminé enrredándome con mis pies y caí. Ellos notaron mi presencia y yo me moría de vergüenza. Lo peor fue cuando vi de quién se trataba.
— ¿Que haces aquí? ¿Acaso nos espiabas?
Yo me levanté para explicarme pero la chica no paraba de parlotear y comenzó a caminar hacia mí.
— No, yo solo... — traté de explicarme pero Spencer no me dio tiempo.
— ¿Que quieres? —preguntó— Estás obsesionada conmigo o algo así.
Sip, era el mismo chico que Gina me mandó a fotografiar.
—Me dijeron que estabas aquí, así que decidí...—la chica me miraba con odio y luego lo miró a él.
— Así que te reúnes con todas aquí, canalla.
—Elsy...
La rubia se puso algo histérica, como un toro bufeaba y quería desquitarse conmigo. Freddie fue más rápido y se interpuso entre nosotras, ella comenzó a darle varios golpes en el pecho.
Iba a aprovechar que ellos estaban entretenidos para salir de allí pero él miró hacia atrás y antes de que llegara a la puerta me detuvo con una advertencia.
— Yo tú, no haría eso. Tú armaste todo esto así que explícate — soltó la chica y se dio vuelta.
— Aggg, saben qué, la que se va soy yo —la chica camino rápido hacia la salida pero antes de cerrar la puerta dijo a Spencer—. No me vuelvas a llamar —algo me decía que el otro mensaje iba para mí y efectivamente—. Y tú, ya pasarás por lo mismo — lanzó una última mirada asesina y se marchó.
— Espero que lo que tengas que decirme sea muy importante, arruinaste mi ligue de la tarde.
Me quedé como una tonta mirando su cuerpo atlético, él se dio cuenta y sonrió el muy engreído.
— No se tu significado de importante pero para mí si lo es. Te espero fuera, no quiero que aparezca otra loca.
Minutos después salió con su maletín al hombro y me miró enarcando una de sus cejas.
—Y ahora bien. ¿Se está incendiando la escuela?, ¿se acabaron de derretir los glaciares?
—No, algo peor. Reprobarás el año por no presentarte a clases de literatura.
—Ya tengo suficiente con el profesor Weler para que tú también vengas a darme lata —dijo poniéndo los ojos en blanco.
—Haz lo que quieras pero dejaron un trabajo y es en parejas. Por tu culpa no voy a salir mal.
Iba a abrir la boca para decir algo pero lo interrumpí.
—No digas nada, tenemos hasta el viernes que viene. Nos vemos en estos días, no pienso hacerlo sola.
—Pensé que me pedirías que saliéramos este finde.
—Descuida, tengo cosas más interesantes que hacer y por supuesto tú no te incluyes en la lista.
—Hablaba del trabajo —sonreí.
—Igual, puedes investigar un poco por tu cuenta.
Caminé por el pasillo sin mirar atrás. Mientras pasaba por uno de los salones alguien me jaló hacia dentro.
—¿Acaso me quieres matar del corazón? —le pregunté y empezó a reírse.
Me llevé un gran susto.
—Lo siento, pero es que la curiosidad me estaba matando.
—No ha pasado nada extraordinario Jackie, así que me hubieras matado en vano.
—Exagerada. Pero creo que mientes. Dime... ¿te pidió salir? —sonrió y se cruzó de brazos.
—Era solo del trabajo de literatura.
Puso cara de disgusto.
—El lunes hablaré con el profesor Weler, no trabajaré con alguien como Spencer.
—¿A no? Vaya que lastima. Debería de cambiarme a tu clase.
—Jaja. Me harías un favor.
—Sabes que ese profesor es muy gruñón y no aceptará hacer cambios. Así que toma esta oportunidad para un buen ligue.
—No necesito ningún ligue, además ese chico parece un jugador.
—Sí lo es pero eso qué, tú también diviértete —dijo elevando sus hombros, yo solo negué.
—Será mejor que me vaya y tienes razón.
—¿Con lo del ligue? —preguntó.
—Jaja. Claro que no, me refería a que el profesor no me cambiará.
—Como es viernes, tal vez los chicos salgan a algún lado. ¿Te apuntas?
—No, gracias. Tengo algo que hacer.
—Si cambias de opinión, me llamas.