Corazón Equivocado

Capítulo 26 ¿Estás bien?

Fred
No me hizo ninguna gracia que mi chica hubiera pasado tanto tiempo con ese Nathan pero dicimulé mis celos. Ya lo había visto antes en la prepa incluso pensé que salía con Ava pero por suerte para mí no fue así. Después de pasar un tiempo con Ava y llevarla a casa quedé con una vieja amiga en un café.
—Vaya, pensé que habías perdido mi número —dijo cuando se colocó al frente de mi.
Le indiqué con un gesto que se sentara.
—Ganas de borrarlo no me han faltado —le dije.
Enarcó una de sus cejas y me sonrió coqueta.
—Sabes que si lo haces tendrías mucho que perder —me guiñó.
—Ya no tienes tanto poder sobre mí.
—Entonces que quieres de mí, para que me has llamado.
—Dejala en paz, no te vuelvas a acercar a ella.
—¿No se de quien hablas?
—Tus problemas son conmigo, no hagas que tu hermanastra pague.
—A entonces te refieres a ella —rodó los ojos.
—Estoy hablando en serio —dije mirándola fijamente.
—No me dirás que hacer a menos que la orden sea bésame, hasta ese entonces no me importa a quien quieras proteger.
—No es una opción, es solo una orden y yo solo te informo.
—Nunca se me ha dado bien obedecer y si no tienes una buena propuesta que hacerme o algo más que decir me voy.
Se puso de pie y me dio un sonoro beso en la mejilla. La observé alejarse seguía igual de guapa pero mucho más loca y eso me daba miedo. En su intento por que volviéramos sería capaz de cualquier cosa y mi deber era estar alerta para que no cometiera otra locura.

Harold
Marlon y Raynier iban hablando sobre los números de CR7 en la temporada pero yo estaba ajeno a la plática. Mis pensamientos solo tenían un nombre, Ava Jenkes y como si la hubiera llamado la vi cerca de los casilleros acompañada del idiota de su novio quien le guardó los libros y fue cuando percibí la escayola en su brazo. Quería correr a preguntarle que le había pasado pero con Fred estando cerca sería imposible, terminaríamos discutiendo y no podría hablar con ella. Le envié un mensaje y acordé vernos a la salida a lo que ella accedió. Esperé ansioso a que llegara aunque había hablado antes con Jackie y me había explicado lo que había sucedido quería escuchar de su boca que todo estaba bien.
—Hola —dijo con una sonrisa dejándome embobado.
—Hola. ¿Cómo has estado?
—Bien, aunque todo sería mejor sin esto —dijo apuntando la escayola.
—No es grave ¿verdad?
—Solo serán un par de días. Por suerte soy diestra o sino todo hubiera sido un dolor de cabeza.
—Si necesitas algo, lo que sea... sabes que puedes contar conmigo.
—Gracias —me dijo.
—Creo que no será necesario cuando me tiene a mí —dijo Spencer quién la radeó con su brazo y me fulminó con la mirada.
—Fred, Harold solo está siendo amable conmigo.
—Mmhu, ya esta historia me la sé. Mi amor despídete de tu amigo, te llevo a casa.
—Hasta luego Harold —me dijo y le dije adiós mientras se marchaba.
—Te dije que no sería buena idea —me dijo Marlon detrás de mi.
—Tenía que hacerlo.
—Si ya comprobaste que está bien deberíamos irnos.

Ava
Pasaron algunos días pero las cosas no cambiaron nada en casa, Gina se hacía la accidentada e incluso hizo que contrataran un chófer para ella. Mi padre más que una sugerencia ordenó que yo también me fuera con ella a lo que me negué rotundamente. Por suerte tenía un novio atento y cariñoso, era él quien me llevaba a la prepa todos los días.
Tenía mi celular encendido esperando impaciente a que publicaran el resultado de la obra de teatro ganadora. Por fin llegó el momento, la emoción corría por todo mi cuerpo, estaba nerviosa incluso sudando. Tenía muchas ilusiones de que mi obra fuera la elegida pero al buscar mi nombre solo lo encontré en el de los agradecimientos a los participantes.
Auch, me sentí un poco decepcionada por el duro choque con la realidad que tuve. Permanecí sentada en los asientos traseros de la prepa dejando que la hora de almuerzo pasara para después volver a clases. Cinco minutos después alguien se sentó a mi lado.
—Hola —miré hacia un lado y era Axel.
—Hola.
—Tu cara indica que ya lo sabes —yo asentí.
—Descuida solo fue...
—No tienes que explicarlo pero quiero que sepas que confío en tí, ya vendrán muchísimas oportunidades donde podrás mostrar tu talento.
—Gracias por eso —dije con una sonrisa.
Después de las clases nos reunimos en el teatro, aproveché para felicitar a Audrey porque su obra resultó ganadora y ella nos informó que no formaría parte del casting.
—Es una pena querida pero no te preocupes cumpliré con todas las espectativas que tenías de la protagonista —le dijo Gina y rodé los ojos.
—Veo que estás muy segura con respecto a eso ¿será que te elegirán? —dijo Audrey.
Reprimí la risa, había olvidado que Gina no era una de las personas favoritas de Audrey.
—No me queda la menor duda, talento sobra —dijo con una sonrisa autosuficiente.
Antes de que pudieran continuar la plática Ive llegó para informarnos todo al respecto de las audienciones. La obra debía ser presentada en enero pero debido a una propuesta de trabajo que recibió nuestra profesora para esa fecha decidió adelantar la fecha de estreno de la obra. Eso nos pondría a correr a todos, sería más tiempo y ensayos a la semana pero ella creía que podíamos lograrlo y todos estuvimos de acuerdo.
Cuando llegó la audición me sentí preparada incluso conté con el apoyo de Audrey quién me dio algunos consejos para actuar como la verdadera protagonista.

Harold
A pesar de que Jing y Marlon me dijeron que no fuera a las audiciones lo hice. Sería otra oportunidad de verla aunque fuera de lejos. Cuando llegué ya habían empezado, busqué con la mirada a Ava y por suerte su turno no había llegado. Tomé asiento y me dediqué a mirar las chicas en el escenario hasta que llegó su turno. Se mostraba confiada y con gran naturalidad hizo su papel, quería felicitarla en cuanto dejó el escenario pero allí estaba su novio para eso. Sin más que hacer allí me dirigí a la salida y luego al aparcamiento, por fin pude recuperar mi permiso de conducir, era una larga historia que no venía al caso. Cuando me acerqué a mi auto escuché algunos sollozos, busqué con la mirada para descubrir de dónde provenían. No veía a nadie más rodié el auto y fue cuando me di cuenta que una chica lloraba dentro de su auto abrazando su volante.
—¿Estás bien?
Di dos golpes en el cristal y se sobresaltó un poco, seco sus lágrimas y buscó de dónde provenía la voz. Sus ojos estaban un poco rojos y con la expresión perdida. Asintió y se puso el cinturón, ¿se marcharía en ese estado?
—Ey espera, no te ves bien. Quieres conversar, tal vez pueda ayudarte en algo.
—No creo que puedas —me dijo encendiendo el auto y se marchó.
Después yo también hice lo mismo. Al día siguiente volví a encontrar la chica solo que esa vez fue en los pasillos. Su expresión era seria, se veía enojada con algo o alguien y todos la mirabsn. Si Raynier hubiese estado allí me hubiera informado de todo, siempre estaba al tanto de lo que sucedía pero no sabía por qué había faltado. En cuanto fue a dejar sus cosas en el casillero me acerqué a ella.
—Hola.
Se dio vuelta y me miró.
—Ayer me quedé un poco preocupado. Estás bien —ella asintió.
—A qué se debe tanto interés o solo intentas burlarte por lo que sucedió —dijo con una actitud fría.
—Ey cálmate, no te veías bien ayer, solo quería saber cómo estabas y no tengo idea de lo que sucedió no me importan los cotilleos.
—Yo lo siento... es que no ha sido un buen día.
—Ultimamente yo tengo varios de esos —la chica sonrió.
—¿También te traicionaron?
—No pero cuando se trata de amor siempre mi corazón está más mal que bien.
—No hablemos de amor —hizo una mueca—, yo soy Audrey —extendió su mano.
—Harold —dije sosteniendo su mano.
A nuestro lado pasó uno de los amigos de Fred y miró a la chica pero por las miradas de odio que ella le dio no se atrevió a acercarse, tal vez era él culpable de su sufrimiento.
—Harold me gustaría seguir hablando contigo pero ahora tengo clase.
—Claro, nos vemos luego tal vez a la hora de almuerzo.
—Me parece bien —dijo y se alejó.
A la hora de almuerzo volví a ver a la chica, se detuvo un instante a saludarme pero al ver a mis amigos siguió de largo y su expresión antes amigable cambió. No sabía que sucedía así que me acerqué a donde estaba.
—Hola chicas, me pudo sentar.
Las dos chicas que acompañaban a Audrey la miraron y ella asintió.
—Claro —dijo una de ellas.
—Nos vemos luego Dry —le dijo otra de las chicas.
Luego de que se marcharan decidí sentarme.
—Veo que cambiaste de opinión.
—Y yo pensé que eras diferente pero eres mucho peor.
—Ey ey, yo no hice nada. Solo intento ser amable —me defendí.
—Querías burlarte de mi junto con esa zorra ¿verdad?
—Despacio que no te estoy entendiendo —le dije confundido.
—No finjas no saber, si ella es parte de su círculo de amigos.
Miré a la mesa donde estaban sentados mis amigos y fue cuando me di cuenta de que hablaba de Jackie.
—¿Entonces fue con ella?
—Sí, por qué la sorpresa si a lo mejor tú la consolaste cuando no podía conquistar el chico de otra.
—Es mi amiga pero eso no justifica lo que hizo, una traición siempre es una traición nunca intentaría encubrirla. Siento mucho lo que sucedió pero si aún así no me crees...
—Está bien, solo estoy un poco alterada. Si aún quieres quedarte puedes hacerlo, tu compañía me hará bien.




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